American Made - 2017

Director: Doug Liman

Bien, bien, bien, la presentación salió mejor y más fácil de lo esperado; seguramente me llegaron muchas buenas vibras, y además el horóscopo fue especialmente específico sobre que tendría gran discernimiento y que me iría bien en una presentación (no es broma). No tuve tiempo de ver películas ayer, pero oigan, ya lo compensaremos durante el mes y para qué seguir molestándose con la universidad, total, ahora tengo toda la vida para ver películas, leer libros y nadar miles de kilómetros, así que eso, veo imposible que me aburra... Bueno, bueno, bueno... "American Made" es una película de Doug Liman protagonizada por Tom Cruise, siempre tuvo buena pinta y al menos su visionado servía para no ver películas más exigentes de momento, despejar la cabeza para propuestas mejores.

Basada en una historia real. La historia de Barry Seal (interpretado por un relajado Tom Cruise), piloto de aerolínea común y corriente que contrabandeaba una que otra caja de puros de Cuba a Estados Unidos. Algo ilegal; no para darle cadena perpetua o la inyección letal, pero lo suficiente como para perder su empleo, imagino. El caso es que fue descubierto, sólo que por un agente de la CIA, que al ver la inclinación por lo ilícito que tiene este piloto, le ofrece trabajar para la surrealista agencia de inteligencia estadounidense. Así comienza la delirante y alocada historia de este piloto convertido en títere-comodín-contrabandista-agente-espía-loquesea de cuanta agencia gubernamental o federal o como se delimiten-llamen estas cosas quiera sacar provecho de él, desde mediados de los setenta hasta mediados de los ochenta, siendo pieza clave de revoluciones centroamericanas, construcción de peligrosos carteles de drogas, entre otras lindezas más. En realidad es de no creer tanto enredo, pero ya todos sabemos que la CIA es bastante esquizofrénica para algunos asuntos, y no debería extrañarnos que Estados Unidos financie cosas que luego le salen por la culata.
No hay mucho que analizar, "American Made" es exactamente lo que parece: un ligero divertimento sobre los paños sucios de Estados Unidos en materia de política nacional e internacional: el sistema como un absurdo, un chiste. Nada serio, nada realmente crítico, nada de mala leche. Nada nuevo bajo el sol, pero oigan, aunque el guión ya está bastante visto, de todas formas las peripecias de Barry Seal los mantendrán entretenidos durante sus casi dos horas de metraje... esto, claro, si es que no se ponen exigentes y, como les digo, saben exactamente la clase de producto que van a ver. Por lo demás, Tom Cruise, quien se hace cada vez más guapo con la edad (esos peinados despeinados le sientan muy bien), es acompañado por Domhnall Gleeson (un buen actor como él merece cobrar un cheque fácil de vez en cuando); el adefesio de Caleb Landry Jones haciendo otra vez de paleto descerebrado y estúpido; y el ultrasobrevalorado Jesse Plemons, que no sé cómo consigue trabajo con esa inmóvil cara de cemento que tiene.
Doug Liman debe darse la gran vida dirigiendo blockbusters tan superfluos, pero imagino que debe ser el alma de la fiesta a donde vaya...
Aunque sea entretenida y disfrutable y cumpla lo que promete, sorprende que se hagan películas ulteriormente tan vacías e inocuas. Supongo que así es el negocio.
Bien por ti, Doug Liman, bien por ti...

...dale a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es pa' darle alegría cosa buena, dale a tu cuerpo alegría Macarena, ¡¡¡¡eeeeehhhh, Macarena!!!!!...