Snatch - 2000

Director: Guy Ritchie

Luego del éxito de "Lock, Stock and Two Smoking Barrels" mucha gente quiso producir y aparecer en lo nuevo de aquel director llamado Guy Ritchie. Lo que salió es "Snatch", película que he visto más veces de las necesarias y que siempre me tenía de un lado para otro, primero gustándome mucho y luego causándome cansancio, casi sopor, para luego volver a gustarme y luego volver a no gustarme. Dejemos que este sea el visionado definitivo, porque volver a verla ya sería mucho, ¿no?

Con "Snatch" ya se nota que Guy Ritchie se va a la segura, que no busca más que repetir la fórmula que tan buenos resultados le dio con su opera prima. Estamos ante una comedia criminal situada en el submundo criminal londinense cuya historia, que revolotea alrededor de las peleas ilegales de boxeo y de los enredos que va dejando un apetitoso diamante que pasa de mano en mano, de nuevo presenta un variado y variopinto número de personajes cuyos chanchullos se entrecruzan y entremezclan de violentas, sangrientas y, a menudo, letales maneras. Misma fórmula, acaso más excesiva y, en efecto, pasada de rosca, y ciertamente más inocua, banal, predecible, obvia, incapaz de sorprender, de diferenciarse de su predecesora y proponer un discurso propio, construir una personalidad coherente consigo misma, innovar esos términos que dieron un refrescante giro a la narrativa crimina-gangsteril-mafiosa. Volvemos a lo mismo: "Snatch" es lo mismo que "Lock, Stock..." pero más superficial en su narración, tontorrona en su humor, pomposa en su verborrea, artificial en su estilización y, en general, vacua e innecesaria como conjunto. Es una película sin peso, lánguida, y eso pasa cuando un director no se arriesga, cuando decide permanecer en su zona de confort, cuando da las cosas por descontado y olvida la sangre que debería existir y fluir tras cada imagen. De esta forma, el entramado argumental se siente forzado, predeterminado, demasiado calculado y mecánico, más preocupado de las improbables conexiones que de construir un submundo verosímil a su manera, y ya ni hablar de sus personajes, como salidos de otras películas más coherentes y contundentes. ¿Qué nos queda? Retazos de Tarantino, de Scorsese y de los hermanos Coen copiados y pegados a la mala por un Guy Ritchie embobado con su primera película y convencido de que es un realizador de alcurnia.
Y bueno, el reparto coral está compuesto por Jason Statham, un Stephen Graham que hace de pelele (Ritchie no pudo imaginar los amenazadores y aterradores roles que Graham ha hilado en el último tiempo), Brad Pitt luciéndose como siempre, Alan Ford dándoselas de Michael Parks, Lennie James no dando ñoñas lecciones zen, Dennis Farina haciendo gala de su delicioso carisma, Vinnie Jones haciendo lo que más sabe hacer (golpear y patear, claro), Benicio del Toro siendo desaprovechado de manera sangrante al igual que un Jason Flemyng que queda de florero al lado de Brad Pitt, Ewen Bremner en una divertida aparición breve, y Rade Serbedzija, actor cuyo rostro pude reconocer del visionado de "Before the Rain", una película macedonia de interesante premisa aunque poco lograda ejecución y narración.
En fin, "Snatch" de entretener, entretiene, sí, supongo (en la manera menos divertida e interesante del término), pero se olvida tan rápido como se ve y sus minutos corren por inercia más que por interés. No por ser un entretenimiento tiene derecho a ser tan anodina y salirse con la suya, ¿no?
No señor, para qué verla otra vez, para qué.

...¿alguien necesita calcetines nuevos?...