Birds of Prey - 2020

Directora: Cathy Yan

Me encantaría decir que fui a ver "Birds of Prey (and the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn)" al cine pero eso sería mentir, y si algo me dije y juré y prometí cuando chiquitito es que yo no quería ser un sinvergüenza ladrón y mentiroso enfermo de la cabeza como Piraña, así que diré la verdad: vi esta película el domingo, a las 22 horas, en mi habitación, con la puerta cerrada, las persianas abiertas y las luces apagadas. Y lo pasé genial, me encantó esta película, a la que le ha ido bastante mal en cuanto a críticas y parece que en taquilla tampoco ha satisfecho las expectativas de, oigan bien, la prensa especializada, que vaya que se ha regocijado diciendo que a esta película le faltaron cincuenta o cien millones para recuperar lo invertido o qué sé yo los muy miserables parásitos. En este blog debemos ser de los pocos que gustaron de "Suicide Squad" (aún aceptando y sopesando sus problemas, algunos impuestos por los idiotas del estudio, que cedieron a las presiones de los idiotas de los fans para mutilar la idea original de Ayer), así que por "Birds of Prey" no sentíamos más que entusiasmo y expectación, y sin embargo no la fui a ver al cine y eso es algo que lamentaré el resto de mi vida.

Pues bueno, esto es así: "Birds of Prey" es una película genial, divertidísima, bruta, violenta, desenfadada, ágil, muy bien rodada considerando el tipo de producción que es (las peleas, las persecuciones, etc., es decir, toda la secuencia de la estación de policía es fenomenal), tiene una trama sencilla pero que te atrapa de inicio a fin porque es pura aventura sin complicaciones, un relato directo y sin altibajos ni distracciones, por sobre todo una película honesta que se pasa por el culo tanta solemnidad y ñoñería tan típicas en los más alabados títulos de superhéroes: acá estamos hablando de personajes sin esa impostada épica y solemnidad ya descrita de tipos ñoños políticamente correctos que salvan el mundo en nombre de Estados Unidos (ejem) de robots del espacio exterior de otra dimensión, personajes más cercanos a la vida real, una Harley Quinn que vive en un departamento de mierda y que roba la comida del supermercado, un criminal mafioso que sólo quiere un diamante, una carterista, una policía infravalorada, etc., que se meten en un enredo sin importarles mucho más allá de sus propias motivaciones, todo contado con, volviendo un poco al primer punto, un saludable espíritu noventero: imaginen "Tank Girl", el espíritu festivo y desenfadado con que se hizo esa película (que igual es mala, puede que malísima, mal adaptada, pero aún así con ese espíritu que me hace olvidar lo demás y recordar esa película con cariño), pero mejor hecha, con más presupuesto y una escritura/dirección más depurada, porque acá hay hilo conductor y coherencia interna (créanlo o no). No siendo un experto en cómics, ignoro si sea malo o no que Harley Quinn tenga una actitud más cercana a esa chica punk australiana, pero a mí me ha maravillado. Tampoco sé si es una muy buena adaptación, una adaptación como para tirarse los pelos. Pero qué importa, me ha encantado la actitud que desprende cada maldito minuto y cada maldito elemento del relato.

Eso sí, por supuesto hay cosas que debo observar: ciertamente el tratamiento de fondo de los personajes que no son Harley Quinn es bastante superficial, acaso solamente la policía tenga más sustento dramático, una motivación más fuerte que las demás, que más o menos se ven arrastradas en todo este embrollo y sin tener una personalidad más compleja que sus arquetipos (Huntress es la badass solamente, por decir algo). El villano de Ewan McGregor cumple su función de antagonista, sí, pero también es bastante plano y eso que se pudo haber aprovechado mejor, pues tres o cuatro escenas suyas tenían real potencial para dar mal cuerpo y hacer de la atmósfera algo momentáneamente sórdido y grotesco, en resumen su maldad y violencia no dieron verdaderamente de sí, y si hablamos un poco más duro, más que villano es una parodia de villano. Con todo, funciona dentro del relato. En esta misma línea, y mezclada un poco con la de personajes más reales, me gusta eso de que digan mierdas y maldiciones de verdad, que sea más violenta y sangrienta, pero supongo que pudo haber sido más desaforada en ese sentido, con Harley Quinn quebrando y machacando cráneos, los personajes siendo más desvergonzados y groseros en sus chistes y diálogos sobre la vida o las cosas, una Harley Quinn más canalla y peligrosa. Por último, el uso de la banda sonora, en general es muy simple, demasiado simple, más cercano a una lógica de sketch que de cine, si bien hay piezas destacables, como el tema principal o el de la estación de policía, que se usan de manera más acertada. A propósito, fiel a su espíritu noventero, se pudo haber usado música de la época (o deudores de la época), como Bikini Kill, Heavens to Betsy, Lunachicks, Raooul (no se pierdan esta banda), Bratmobile, Babes in Toyland, sólo por mencionar las que más me gustan, más acorde claramente a esta actitud.

En resumidas cuentas, una película genial, con sus contras y peros, que sin embargo destaca por su gran actitud desenfadada y festiva, que además se potencia con una ejecución formal impecable y un relato sencillo pero que se sostiene de inicio a fin sin sucumbir a la extravagancia. Tiene potencial para potenciar sus grandes rasgos y ser acaso aún más bruta, grosera y ácrata, la oveja negra del "género". Acá, por supuesto, seguiremos atentos y, para despedirnos, les dejamos una canción que le habría venido como anillo al dedo:

¿Qué, qué es lo que dice?