martes, 18 de marzo de 2014

Banshee - Temporada 2


Creadores: Jonathan Tropper & David Schickler


  Finales de temporada hemos visto el último par de semanas, y los seguiremos viendo en el par siguiente -junto con el estreno de otros nuevos ciclos-. Si la semana pasada les hablaba sobre True Detective y Looking -ambas de HBO-, hoy les escribo sobre Banshee -cuya primera temporada está aquí-, otra serie que me encanta por completo, pero que lamentablemente es absolutamente inferior en este segundo ciclo, aunque el lado positivo es que no es una mala temporada... tan sólo regular. Tiene bajos, claro que sí, pero considero que sus altos son mayores y que su encanto sigue intacto. Hablar de esta temporada es complicado, no tanto porque dude de su calidad o de que me haya gustado, sino por el hecho de cómo hacer que lo bueno no se deje vencer por lo fallido, mucho más presente que en los primeros diez episodios.


  Esta segunda temporada continúa de inmediato con lo dejado en el final de temporada pasada: Lucas Hood y los buenos de Job y Sugar Bates tienen que hacer algo a propósito de la aparición del cuerpo del verdadero Lucas Hood; está la situación de Jason Hood, el hijo de Hood -el real-; los conflictos entre Kai Proctor y la tribu Kinaho, encabezada por Alex Longshadow -acompañado de su letal hermana Nola-; junto con Rabbit y la incertidumbre de su paradero. Desde luego, en esta ocasión vemos un par de personajes más, como el agente Racine del FBI; Chayton Littlestone, miembro de los Red Bones -una pandilla sobre el orgullo indio-; y Yullish, el hermano cura de Rabbit. Lo cierto es que las cosas en Banshee nunca serán tranquilas, los problemas comienzan cada vez que alguien dice o hace algo, cosa que sucede a cada momento.

"Yo siempre he sentido que Dios era algo que los hombres inventaron para no sentirse solos. Y ahora mismo, estoy más solo que nunca. Y en lugar de anhelar a Dios, rezo para que no exista; porque de existir, vivo o muerto, no habrá paz para mí. Mis pecados me perseguirán más allá de la tumba"                                                  -Rabbit

    Comenzaré inmediatamente por lo que me gustó absolutamente nada de nada... de nada: sus episodios quinto y sexto, que son, respectivamente, malísimo y mediocre.

El quinto es de aquellos episodios centrados únicamente en uno o dos personajes, donde lo central es lo íntimo, lo introspectivo, donde sus personajes se dedican a mirar en su pasado, su presente, y aventurar lo que se viene a futuro; escuchan sus sentimientos, analizan la vida en general, intentan encontrar respuestas y salidas. Eso es exactamente lo que hacen mi querido Lucas Hood y Anastasia: aprovechando determinada situación, hacen un pequeño viaje donde ven lo que no pudieron tener, lo que se ve difícil a futuro, y lo que son en el presente. No sólo eso, intentan buscar soluciones a sus problemas; sueñan despiertos, sus deseos más profundos son hermosamente -para ellos- vívidos. En pocas palabras, es un episodio donde realmente no pasa nada, salvo una situación cerca del final que viene a justificar sin mucha fuerza el peso argumental de todo el viaje ese. No digo que un episodio introspectivo e intimista sea malo, sólo que no es la naturaleza real de Banshee. Este episodio es demasiado cursi, con momentos demasiado sentimentales, explotando lo trágico de la relación entre Hood y Anastasia de manera ridícula -cosa que me duele un montón decir-. En este episodio Banshee no es Banshee, así de simple, es tan sólo un dramón romanticoide insípido. Este episodio me dio rabia, me hizo enojar de lo malo que fue; fue una tremenda decepción, considerando lo genial que estaba siendo la serie hasta su cuarto episodio.
El sexto no mejora mucho, aunque por lo menos no es fallidamente introspectivo y desarrolla un poco más las tramas de los demás personajes. Pero, como dije, es mediocre porque (i) recurren a ese fácil recurso del villano episódico, metido con calzador para lograr mover las cosas con algún grado de verosimilitud pero que finalmente su inclusión no pinta nada; es más, sobra completamente, ya que lo que sucede al final del episodio pudo perfectamente haber ocurrido sin necesidad de este villano invitado. (ii) La secuencia final no me gustó nada. Da la impresión de que intentaron jugar y lograr algo que realmente no viene al caso: mezclar cámaras lentas con música clásica en situaciones escabrosas, ¿y para qué?, ¿para hacer algunos minutos alta aunque vacuamente estilizados? No señor, no les queda nada bien -si quieren vender shampoos o cosas así, ahí les creo un poco más-. Lo bueno del sexto es la pelea entre Hood y el villano inglés, muy a la usanza de la serie: sangrienta, violenta y kitsch.

En definitiva, los episodios quinto y sexto no debieron haber existido, ya que son infructuosos intentos que buscan experimentar con cosas que antes no habían usado, y que terminan siendo una pérfida pérdida de minutos. Me sentí estafado y decepcionado durante dos semanas seguidas. Lo "importante" que se sacó de ambos episodios -apenas dos cosas- pudo haberse utilizado e incluido en otros. Y debió haber sido así.


  Lo demás episodios son geniales, esos sí están bien logrados y son fieles a los principios argumentales y estéticos de la serie. El segundo episodio fue brutal, especialmente en la secuencia final o cuando Hood se mete al casino. El primero fue bastante lento, aunque para mi funcionó como una especie de premonición de la demencia y locura que luego siempre se desata. El tercero y el cuarto forman una especie de díptico sobre el asesinato de una niña Kinaho, siendo el principal sospechoso otro niño Amish. Muy buenos episodios donde se introducen un par de personajes y nuevos conflictos. Ya desde el séptimo en adelante vemos una estimulante declaración de guerra de Hood a Proctor, condimentados además por la conclusión de todo lo que es Rabbit.
El último episodio se llama Bullets and Tears. Si bien le queda como anillo al dedo el nombre, me hubiese gustado que se hubiese llamado A New Mixture of Madness -el último de la primera se llamó así, sin el "New"-, ya que eso es lo que es Banshee en sus episodios finales: locura y demencia por montones, donde abundan las balas y la sangre.
Hubiese sido bueno ahorrarse los episodios de mitad de temporada. De verdad me molesta que existan esos quinto y sexto, ya que -no totalmente- opacan en cierta manera lo bueno que son los episodios restantes. Y lo otro que reprocho es la manera en que se desaprovecha a Nola, la hermana de Alex Longshadow, con tanto potencial desperdiciado -aunque espero que vuelva, ya que me parece que así lo demanda la historia, y que genial que sería-.


  A pesar de que en ocho de sus diez episodios la serie haya sido mucho más que buena, no dejo de sentir que la trama de Rabbit fuerza demasiado lo que son las otras tramas, igual de importantes. Lo de Rabbit es algo que no puede quedar pendiente, pero su presencia es algo ajeno a todo lo demás, casi anti natural. Por un lado tenemos los asuntos internos de Banshee, que involucran al 95% de los personajes, y por el otro tenemos a Rabbit, cuya solución se cuela en la gran trama casi como para cumplir aquello que no se hizo la temporada pasada. La separación es demasiado notoria, no está hábilmente integrada a lo demás. Siempre se deja de lado Banshee para ver lo de Rabbit, o se deja de lado a Rabbit para ver lo de Banshee. Sólo en el final de la primera temporada se logra una unión más depurada y convincente. En esta segunda tanda ni se intenta, son caminos distintos.
Con suerte, en la tercera temporada ya no habrán dichas ataduras, y todas las tramas se podrán mover libre y cómodamente, desarrollándose sin tener que meter entre medio al viejo loco de Rabbit porque sí.


  Hay otro asunto que me molesta, y tiene que ver con los malos efectos utilizados. Es cierto que Banshee tiene un espíritu de serie B que es la base de su gran encanto: sexo explícito y sin pudor, violencia escabrosa, sangre por litros, mal vocabulario y cierto amateurismo -en el buen sentido de la palabra-. Como declaracion de intenciones está bien, se entiende qué es lo que son como serie, estética y argumentalmente, pero no se entiende que hayan efectos visuales tan cutres. Dudo que no hayan tenido más presupuesto para tener efectos más decentes -¡y eso que ganó un premio a mejores efectos visuales!-. ¿A qué efectos me refiero? Pues a los tiroteos, porque el destello que se produce con cada disparo se nota muy falso, se nota que no es un destello real, se nota que las balas no salían y tampoco el humo. La sangre de cada balazo también se nota falsa. Una lástima que no sean como la vieja escuela, donde la sangre y los disparos son "reales". El colmo de la situación es cuando en el episodio nueve ocurre un atropello: se ve malísimo, da pena verlo, vergüenza ajena. Molesta que hayan efectos tan cutres en una serie de televisión de un canal serio, no costaba nada tener un poquito más de presupuesto para tener sangre "real", disparos "reales" y un atropello decente.


  Pero a pesar de todos aquellos errores -incluso fallos horribles-, Banshee me gusta mucho. Me encanta. Sabiendo que no es una serie de altísima calidad como otras que rozan la excelencia, sabiendo de sus valiosos excesos, me sigue encantando. Supongo que es lo que se llama un placer culpable -guilty pleasure-. Me encanta (i) por, como ya habrán notado, su espíritu de serie B, con su violencia, su sangre y su sexo por montones, haciendo una estética deliberadamente sucia pero deliciosa, con escenas de acción -como la persecución- magistralmente logradas -a pesar de algunos efectos cutres-. Me encanta (ii) por sus personajes: Lucas Hood es un sujeto que ha sufrido tanto, a niveles tan horribles que es imposible no quererlo, no sentirse mal por sus desgracias. El pobre evidencia en su rostro todo el sufrimiento que ha tenido que pasar, tanto físico como emocional -y si a ello le suman unas cuantas verdades ocultas, es todavía peor-. Nada más recuerden la brutal pelea con el albino, o la pelea con el luchador profesional o con Kai Proctor, por mencionar los dolores físicos. Hood vive en la sombra, en el lado oscuro de la felicidad, de la paz, de la plenitud, donde crecen el resentimiento, la pena y la rabia acumulada. Kai Proctor también evidencia a aquel hombre torturado, dedicado al crimen porque no le quedó otra, como un modo de rebelarse ante las autoridades que lo dominaban en su niñez. Esos dos son mis personajes favoritos -aunque Anastasia también sube sus bonos en esta temporada-.
Como me gusta decir, Banshee sí tiene algo más que sólo su violencia. Lo que subyace pega más fuerte.


  Para ir finalizando, me gustaría referirme nuevamente al opening, siempre tan evocador y sombrío, que cada vez que lo dan me pone la piel de gallina, con esa helada atmósfera de maldad, de alegría perdida, de luz vencida y consumida por la oscuridad. De los mejores que he visto, y la música de Methodic Doubt es sensacional en este aspecto. Lo que enriquece aún más el opening son todos aquellos detalles únicos de cada episodio, como las fotos del huevo que se pinta cada vez más, las fotos que se destruyen, o aquellos detallitos que adelantan aspectos del episodio en cuestión. Cada opening cuenta una historia, y eso me parece fantástico. Además, siempre termina con una foto de una joven Anastasia, clara representación de los sueños que tenía Hood con ella, sueños rotos intentando ser liberados en ese grito ahogado que vemos antes de la foto mencionada. Me doy cuenta que la gran historia que cuenta el opening, además de aquella que revelan sus estimulantes detalles, es aquella de Hood intentando vencer a su oscuridad interior, no intrínseca ni inherente, sino transitoria. Alguna vez Hood espera estar rodeado de luz, y yo espero que sea así. Y cuando suceda, me voy a alegrar un montón.

Por mientras lo que queda hacer es esperar por la tercera temporada ya confirmada, nuevamente de diez episodios, y de la cual espero que sea mucho mejor que esta segunda tanda de episodios. Espero que sea mucho más regular, y esta vez sí que tiene todo para ser así.
De verdad les recomiendo esta serie, disfrútenla en todo su esplendor.
"La justicia... la verdadera justicia, esa es personal. A veces el único modo de obtenerla es con tus propias manos"                                                            -Lucas Hood
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