Director: John Crowley
"Brooklyn" es una de las nueve nominadas a mejor película, así que por tal motivo decidimos verla y comentarla, aunque a priori no me hallaba muy emocionado que digamos, más aún cuando por ahí leía opiniones que la señalaban como un bodrio sangrante que no merece atención alguna. Así, no era de extrañar que poca fe le tuviera a la película del irlandés John Crowley. Pero una vez vista puedo decir que en realidad no es ni un bodrio ni tampoco mala; puede que sea decididamente naif y sencilla, pero le saca provecho a su premisa argumental. No será excelente o siquiera estupenda y genial, pero me ha gustado y pienso que vale la pena el visionado. Y, en un pensamiento que se me vino a la mente y con el que concuerdo plenamente, "Brooklyn" vendría siendo como la "Philomena" del año, ¿me explico?
Eilis Lacey es una joven irlandesa que, cansada de su gris y aburrida vida en Irlanda, en donde tiene un pésimo empleo y un futuro nada prometedor, decide irse a los Estados Unidos para tener una vida mejor. Ya en suelo estadounidense, el primero de sus problemas será la nostalgia que la invade, y luego...
Primero que todo, debo manifestar mi sorpresa: Saoirse Ronan, la actriz protagonista, es un año menor que yo. Supongo que será algo común de ahora en adelante con tanta estrella juvenil dando vueltas, como Dakota Fanning o Abigail Breslin... Así es la vida, esa es la única verdad...
Ahora, en asuntos menos frívolos, es cierto que "Brooklyn" es una película demasiado sencilla e inocentona, tierna y delicada, amable e inocua, adjetivos escritos en un sentido nada peyorativo (lo aclaro dado que he usado los mismos de manera desdeñosa con anterioridad), pues es la esencia del relato: el sentimiento, cómo nos afecta la falta de afecto, ya sea de una persona o de una tierra, un lugar. "Brooklyn" es un romance histórico (¿?), no un drama realista. No hay que pedirle que nos muestre las dificultades de los inmigrantes irlandeses, italianos, asiáticos..., para asentarse en un país mucho más convulso y violento de lo que aparenta en las cartas enviadas a casa y los sueños que transportan personas antes de viajar, pues el verdadero conflicto descansa en el radical cambio que supone dejar la casa materna, pisar terreno desconocido. No es enfrentarse a las dificultades de la escasez o qué sé yo, sino enfrentarse al deseo de volver a esa realidad miserable que se pretendía abandonar en primer lugar: la construcción de un hogar, no en un sentido físico o literal, sino en uno más personal y sentimental, metafórico. Por lo demás, el guión soluciona convincentemente el tema de "la dificultad del inmigrante" (que igual se muestra a ratos, sobre todo al inicio): la protagonista recibe la ayuda de un cura, quien hace los arreglos para conseguirle techo y trabajo; Eilis es una inmigrante con una situación relativamente estable. De esta forma, mediante una atmósfera soñadora y luminosa (no la oscuridad y suciedad que algunos pedían), veremos cómo Eilis se acostumbra a su nueva realidad, cómo va construyendo su nueva vida. Y para que quede claro que ésta no es la película realista que aparentemente toda aquella sobre inmigrantes debe ser, ahí tienen el segundo tramo de la película, en donde queda de manifiesto que el conflicto es cuál es el hogar de esta chica: si Irlanda, con sus particulares características y costumbres, o Estados Unidos, mucho más plural e indeterminada. Si nos ponemos rebuscados, podremos concordar en que "Brooklyn" es una manera de mostrarnos cuán maravilloso es Estados Unidos y porqué debemos elegir sus tierras para sentar cabeza y formar un hogar, pero vamos, no nos pongamos tan serios, "Brooklyn" se puede disfrutar como una sencilla y simpática y adorable película sobre los problemas (sentimentales, no médicos) del corazón: es una cinta sobre extrañar a la hermana y la madre; sobre escribir y leer conmovedoras cartas; sobre esperar que llegue el chico adecuado a que te invite a bailar; sobre ser buena persona; sobre no vivir en la sombra de las cosas; sobre aprender y trabajar; sobre querer y sentirse querido; sobre soñar y elegir; sobre encontrar a alguien que no te deje nunca... Muy romántica y bonita. No le pidan una calidad que no pretende desarrollar, pues "Brooklyn" funciona y emociona lo justo tal cual es.
Y acá les recomiendo una preciosa canción de Lana del Rey que por alguna razón se me vino a la mente mientras escribía esta entrada:
NEVER LET ME GO
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