Director: Jay Roach
Acá va el segundo biopic del día. Pensaba que Jay Roach era un primerizo, pero busco su filmografía y veo que lleva en esto del cine unos veinte años, aunque haciendo comedias que me parecen poco fiables, como las de Austin Powers y esas de los Fockers, entre un par más que tampoco es que me llamen mucho la atención. En lo que a mí respecta, Roach pudo haber sido, efectivamente, un primerizo, y no habría importado ni se habría notado o supuesto alguna diferencia. Como sea, el hombre llegó a dirigir "Trumbo", un pasable y solvente biopic de Dalton Trumbo que entretiene y hace pasar un rato agradable pero que brilla por su carencia de intenciones y personalidad. ¿Irónico? No lo sé, mejor terminemos rápido...
Dalton Trumbo fue un guionista de Hollywood que no escondía su afiliación al partido comunista, lo que en tiempos de guerra fría le significó muchos problemas que se recogen en la presente película, que va desde los inicios de la caza de brujas hasta... bueno, ya se sorprenderán...
"Trumbo" ofrece lo que se podría esperar de cualquier biopic al uso, es decir, la historia de una importante figura de su área (a veces a una escala mayor) que tuvo que enfrentar graves problemas que luego puedan ser llevados a la pantalla como una simple historia de superación o algo por el estilo. Siendo menos simple para referirme al tema, hay tópicos que ciertamente no se pueden evitar pero que bien podrían estar mejor incluidos y desarrollados en tanto relato, aunque tampoco es que como discurso destaquen por su solidez, los cuales son: la esfera privada o estrictamente personal del protagonista versus su esfera social, profesional y a veces simbólica, dos polos usualmente enfrentados cuando la esposa y los hijos le reclaman el protagonista que pasa poco tiempo con la familia y que deberá elegir qué prefiere, si bien no es tan dramático en el presente caso debido al tono decididamente simplón. Ese es un tópico, tenía en mente un par más, pero se me olvidaron. Ahora que lo pienso, es obvio que el tema ideológico va a estar presente, tratándose de un comunista perseguido por los conservadores y su vena paranoica y patriotera. Aparece John Wayne como uno de los antagonistas, no el peor pero sí uno feroz. A estas alturas sabemos que la caza de brujas emprendida y el resto de mecanismos para proteger a Estados Unidos rayan en lo ridículo, pero a Wayne de verdad lo intentaron matar hombres de Stalin y el chino sus cuantas ocasiones (el rodaje de "Hondo" da para una película completa; si hacen una al respecto, recuerden a este humilde vago), y hay que tener dos dedos de frente para saber que el comunismo no está limpio en la historia de la humanidad; basta ver que los dos enemigos caían en las mismas conductas para sacar conclusiones, pero en fin...
"Trumbo", como todo biopic al uso, no profundiza en estos temas, sólo le basta con mostrarlos así por encima, y aunque mantenga el flujo de acontecimientos constante y le otorgue algo de estructura dramática (unos enemigos a quienes vencer), el resultado es bastante inocuo y vacío, más allá de las típicas proclamas sobre la democracia y la libertad de expresión y todo eso. "Trumbo" es una especie de trivia sofisticada y cara. Algunos momentos en donde la caza de brujas aumenta su dosis de estupidez generan algo de indignación o "emoción", pero a grandes rasgos la atmósfera es inexistente y lo que vemos es una seguidilla de acontecimientos la mayoría simpaticones (la llegada de Otto Preminger, sin duda, y la presencia de Kirk Douglas, ambos justo al final), adversos, ya saben... Admito que me dio algo de pena cuando Edward G. Robinson traicionó a sus amigos, y ya que estamos con los actores, el director nuevamente demuestra su torpeza al contar con un numeroso reparto de buenos actores, pero totalmente desaprovechados o, peor, mal dirigidos. El que salva es Bryan Cranston, y no lo digo por un fanatismo post Breaking Bad (de él me quedo con su Hal de "Malcolm in the middle"), sino porque realmente hace algo con su personaje, si bien tampoco es muy magistral que digamos. Puede que Helen Mirren sea la mejor, en realidad... Da lo mismo, no es que vayan a salvar a "Trumbo" de la anodinia e intrascendencia.
Lo dicho, "Trumbo" es un biopic para pasar el rato y aprender un par de datos de interés (si es que son ciertos, con las libertades que se toman algunos), pero como película deja mucho que desear, pues es predecible (no importa que esté basada en hechos reales) y plana hasta la saciedad, entre lo dicho anteriormente. Un ni fu ni fa con grandes letras de oro, ante eso estamos.
"Trumbo", como todo biopic al uso, no profundiza en estos temas, sólo le basta con mostrarlos así por encima, y aunque mantenga el flujo de acontecimientos constante y le otorgue algo de estructura dramática (unos enemigos a quienes vencer), el resultado es bastante inocuo y vacío, más allá de las típicas proclamas sobre la democracia y la libertad de expresión y todo eso. "Trumbo" es una especie de trivia sofisticada y cara. Algunos momentos en donde la caza de brujas aumenta su dosis de estupidez generan algo de indignación o "emoción", pero a grandes rasgos la atmósfera es inexistente y lo que vemos es una seguidilla de acontecimientos la mayoría simpaticones (la llegada de Otto Preminger, sin duda, y la presencia de Kirk Douglas, ambos justo al final), adversos, ya saben... Admito que me dio algo de pena cuando Edward G. Robinson traicionó a sus amigos, y ya que estamos con los actores, el director nuevamente demuestra su torpeza al contar con un numeroso reparto de buenos actores, pero totalmente desaprovechados o, peor, mal dirigidos. El que salva es Bryan Cranston, y no lo digo por un fanatismo post Breaking Bad (de él me quedo con su Hal de "Malcolm in the middle"), sino porque realmente hace algo con su personaje, si bien tampoco es muy magistral que digamos. Puede que Helen Mirren sea la mejor, en realidad... Da lo mismo, no es que vayan a salvar a "Trumbo" de la anodinia e intrascendencia.
Lo dicho, "Trumbo" es un biopic para pasar el rato y aprender un par de datos de interés (si es que son ciertos, con las libertades que se toman algunos), pero como película deja mucho que desear, pues es predecible (no importa que esté basada en hechos reales) y plana hasta la saciedad, entre lo dicho anteriormente. Un ni fu ni fa con grandes letras de oro, ante eso estamos.
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