Director: Ben Wheatley
Sí señor, ahora toca comentar "A Field in England", una película que pasó más desapercibida que los anteriores trabajos de Wheatley, pero que de todas formas obtuvo un sólido y estimable recibimiento crítico al momento de su estreno. "A Field in England" es de esas películas que se hacen cuando ya has alcanzado cierta notoriedad, cuando todos, críticos y espectadores, creen conocer al revés y al derecho de qué está hecho tu cine, y en cambio vas y te desmarcas, te distancias no necesariamente de "tu estilo", sino que de la opinión que tu obra ha suscitado, buscando romper con esa potencial etiqueta, experimentando mecanismos que no buscan la complacencia sino que todo lo contrario: el desafío, la convulsión, la incomodidad. Oh, demonios, creo que estoy entrando en materia antes de lo que corresponde...
"Sightseers" me parecía críptica e indescifrable más bien por lo dudoso (por no decir ilegible, incluso contradictorio) de sus intenciones, de su fondo, de su discurso, de su mensaje, y no porque la película fuera, en sí misma, críptica e indescifrable (cada vez me parece más gratuita y simplona... no quise decir plana porque sería injusto y desproporcionado). Por su parte, "A Field in England" sí que me parece una película críptica e indescifrable, rara y extraña, desconcertante y peculiar, indudablemente interesante, un ejercicio que no deja en lo absoluto indiferente a un espectador que llegará con poca información al visionado y que, a medida que éste avanza, irá entendiendo menos aún. ¿Pero acaso importa si se entiende lo que sucede en pantalla?, porque a mí me parece que, más que una historia o un relato propiamente tal, Wheatley se aprovecha de sus desdichados personajes, cinco variopintos y disímiles hombres que se encuentran azarosamente en las cercanías de una batalla, para sumirnos en un estado de trance perpetuo cuyo fin, más que narrar, es provocar, descolocar, etcétera, dando como resultado una experiencia verdaderamente inclasificable y difícil de describir, imposible de acomodar a géneros o narrativas o rótulos, pero que parece querer dialogar con la visceral locura del hombre, la mortal simplicidad del hombre, con lo misterioso y lo desconocido del mundo, con lo cruel e irónico de la vida, o con cualquier cosa que se les venga a la cabeza, después de todo Wheatley es un director reacio a entregar respuestas y, en cambio, proclive a jugar con la ambigüedad, la interpretación volátil, la mirada incierta, la palabra imprecisa la sonrisa imperfecta, ojalá pase algo que te... perdón, me confundí, mezclé las cosas.
Así las cosas, "A Field in England" podría ser considerado una historia de horror psicológico y místico (con personajes en busca de una peligrosa fuerza sobrenatural), un curioso y desaforado drama histórico (con personajes de distintas clases, estratos y posiciones que chocan entre sí por lo que son), o una negrísima tragicomedia social (con personajes que, por más que traten, serán incapaces de encontrar aquello que tanto buscan y desean, ya sea un vaso de cerveza, el honor perdido o el poder definitivo sobre el resto... ya saben, cada uno atrapado en una maldición propia de su estamento) llena de diálogos alucinantes, imágenes y secuencias grotescas o turbadoras (creo que acá aparece el pene más feo que he visto en mi vida), y constantes cambios de timón que, por supuesto, no harán más que trastocar y trastocar nuestra posición.
Eso sí, a pesar de su bien lograda atmósfera alucinógena y absorbente, de su excelente uso del montaje (aunque al inicio me chocaron un poco ciertos saltos de eje) y de su fantástica fotografía, sin mencionar la potente labor del reparto, no lo sé, llámenme lo que quieran, pero me sigue faltando, aunque sea, algún tipo de base discursiva que sustente a la película más allá de la experimentación y provocación formal como intención primordial. Me gusta el desfachatado y avasallador tratamiento de las imágenes, de la puesta en escena, ¿pero no hay una mirada, una cosmovisión detrás de ello?, ¿por qué parece tan débil, tan ausente? En "Kill List" había un retrato de los personajes y del mundo, del estado de las cosas en que vivían; lo mismo en "Down Terrace", más sardónica pero igual de punzante. O quizá necesite ver "A Field in England" de nuevo; a lo mejor me dejé llevar demasiado por la ejecución formal y me perdí la sustancia (es que no me creo tanto eso de que la forma sea la sustancia)...
¿Lo mejor? La canción de Baloo.
"Sightseers" me parecía críptica e indescifrable más bien por lo dudoso (por no decir ilegible, incluso contradictorio) de sus intenciones, de su fondo, de su discurso, de su mensaje, y no porque la película fuera, en sí misma, críptica e indescifrable (cada vez me parece más gratuita y simplona... no quise decir plana porque sería injusto y desproporcionado). Por su parte, "A Field in England" sí que me parece una película críptica e indescifrable, rara y extraña, desconcertante y peculiar, indudablemente interesante, un ejercicio que no deja en lo absoluto indiferente a un espectador que llegará con poca información al visionado y que, a medida que éste avanza, irá entendiendo menos aún. ¿Pero acaso importa si se entiende lo que sucede en pantalla?, porque a mí me parece que, más que una historia o un relato propiamente tal, Wheatley se aprovecha de sus desdichados personajes, cinco variopintos y disímiles hombres que se encuentran azarosamente en las cercanías de una batalla, para sumirnos en un estado de trance perpetuo cuyo fin, más que narrar, es provocar, descolocar, etcétera, dando como resultado una experiencia verdaderamente inclasificable y difícil de describir, imposible de acomodar a géneros o narrativas o rótulos, pero que parece querer dialogar con la visceral locura del hombre, la mortal simplicidad del hombre, con lo misterioso y lo desconocido del mundo, con lo cruel e irónico de la vida, o con cualquier cosa que se les venga a la cabeza, después de todo Wheatley es un director reacio a entregar respuestas y, en cambio, proclive a jugar con la ambigüedad, la interpretación volátil, la mirada incierta, la palabra imprecisa la sonrisa imperfecta, ojalá pase algo que te... perdón, me confundí, mezclé las cosas.
Así las cosas, "A Field in England" podría ser considerado una historia de horror psicológico y místico (con personajes en busca de una peligrosa fuerza sobrenatural), un curioso y desaforado drama histórico (con personajes de distintas clases, estratos y posiciones que chocan entre sí por lo que son), o una negrísima tragicomedia social (con personajes que, por más que traten, serán incapaces de encontrar aquello que tanto buscan y desean, ya sea un vaso de cerveza, el honor perdido o el poder definitivo sobre el resto... ya saben, cada uno atrapado en una maldición propia de su estamento) llena de diálogos alucinantes, imágenes y secuencias grotescas o turbadoras (creo que acá aparece el pene más feo que he visto en mi vida), y constantes cambios de timón que, por supuesto, no harán más que trastocar y trastocar nuestra posición.
Eso sí, a pesar de su bien lograda atmósfera alucinógena y absorbente, de su excelente uso del montaje (aunque al inicio me chocaron un poco ciertos saltos de eje) y de su fantástica fotografía, sin mencionar la potente labor del reparto, no lo sé, llámenme lo que quieran, pero me sigue faltando, aunque sea, algún tipo de base discursiva que sustente a la película más allá de la experimentación y provocación formal como intención primordial. Me gusta el desfachatado y avasallador tratamiento de las imágenes, de la puesta en escena, ¿pero no hay una mirada, una cosmovisión detrás de ello?, ¿por qué parece tan débil, tan ausente? En "Kill List" había un retrato de los personajes y del mundo, del estado de las cosas en que vivían; lo mismo en "Down Terrace", más sardónica pero igual de punzante. O quizá necesite ver "A Field in England" de nuevo; a lo mejor me dejé llevar demasiado por la ejecución formal y me perdí la sustancia (es que no me creo tanto eso de que la forma sea la sustancia)...
¿Lo mejor? La canción de Baloo.
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