Dirección: Nicholas Ray
Hubiera sido un domingo común y corriente de no ser porque encontré un listado de "canciones que yo debo escuchar" hecho por un buen amigo de la universidad en primer año, allá por el 2011. El listado es corto e incluye las siguientes canciones: Cualquiera de Army of Lovers; Vandal X, de Unsane; Godflesh, de Zeni Geva; Stupid Jerk, de Angry Samoans; Repetition, de Helmet; y Shack of Hate, de White Zombie. Recién ahora vine a escuchar el listado y ni idea de por qué no lo hice durante todos estos años. Si es que aún me sigue leyendo, me gustaría devolverle el favor y dedicarle el siguiente listado (no seré un erudito de la música como él, un verdadero conocedor, y a fondo, de infinidad de bandas y estilos musicales, pero de lo poco que he escuchado me permito, con humildad, recomendarle lo mejor que se me puede ocurrir ahora en el momento, y ustedes también están invitados a escuchar y disfrutar): West Coast, de Lana del Rey; Policia, de Sepultura; Tu e l'estate, de The Bam Bams; Loser Goonie, de The Knob; Stand Together, de los Beastie Boys; y On, de Aphex Twin. Me costó mantener la lista en seis canciones, que es el número de canciones de su listado. Eso sí, haré trampa y diré que fue difícil dejar fuera del listado a Punch Drunk, de Hüsker Dü (esto es pura nostalgia, ya que él me introdujo dicha banda); Chao, de Los Ex (me encanta esta banda); That's what you get, de Paramore (por el videoclip de esta canción estuve enamorado mucho tiempo de Hayley Williams, sobre todo porque estamos de cumpleaños el mismo día); y I wanna fuck myself, del maldito GG Allin. En fin, quizás debí haber escuchado esa lista hace seis años... ¿quizás? ¡¿quizás?! Oh, bueno, hablemos de "In a Lonely Place", una de las películas más reconocidas, y con justicia, de Nicholas Ray.
Ya había visto "In a Lonely Place" hace años, motivado por los superlativos elogios que tiene, y he de admitir que ese primer visionado no me gustó tanto, naturalmente porque en aquel entonces era un espectador simplista que, al ver que la película en cuestión era catalogada de cine negro, esperaba una historia con villanos malvados, disparos por montones, cosas por el estilo, y claramente no supe apreciar la contundente propuesta que en realidad es: un complejo y profundo, pesimista y oscuro, estudio de personajes y relaciones interpersonales situado dentro de la industria cinematográfica de Hollywood, del star system, enfocando más las cloacas y los intestinos de la maquinaria que la superficie amable y bonita, limpia y reluciente. En cualquier caso "In a Lonely Place" es mucho más que un acotado y crítico retrato del detrás de escena del Hollywood dorado; como ya dije, la película de Ray, basada en una novela de Dorothy B. Hughes, especializada en novelas negras, más allá de la premisa argumental, que trata sobre un apático y adusto guionista que se enamora al mismo tiempo que se ve envuelto en el crimen de una inocente y animosa muchacha, ofrece un certero y agudo tratamiento psicológico de personajes imperfectos que sueñan alcanzar la felicidad, pero que se vuelven presas de sus propios demonios, poniendo especial énfasis en algo que no ha perdido ni un ápice de vigencia ni importancia: las relaciones abusivas, tóxicas, posesivas, la violencia "invisible". La de "In a Lonely Place" no es una historia de amor: es una historia de desamor; no puede ser de amor si hay miedo y temor de por medio. Humphrey Bogart, el guionista temperamental, se enamora de una aspirante a actriz que, a raíz de las sospechas que caen sobre su amado, y también empujada por la conducta innegablemente violenta de él, poco a poco se cuestiona la calidad de su en un inicio apasionado y perfecto romance. Con un tono cada vez más amargo y derrotado, sustentado sobre todo en la ambigüedad proveniente del crimen del que Bogart es sospechoso, Ray, con espeluznante elegancia, nos muestra que no es necesario matar a alguien para ser un verdadero monstruo. Monumental interpretación la de Bogart, tremendo actor que no necesita presentación a estas alturas, cuyo personaje es rico en matices y cuenta con una amplia gama de claroscuros, y, por supuesto, también excelente la construcción que Gloria Grahame hace de su personaje, dotándola de tanta fuerza interior e integridad como de vulnerabilidad y fragilidad (a propósito, acá ya la hemos visto en "A Woman's Secret", "The Glass Wall" y "Odds Against Tomorrow"), pero sobre todo, mostrando la compleja situación que viven las víctimas de este tipo de relaciones. La autora de la novela quedó encantada con la actuación de Grahame, y no es para menos, digo yo. Y la escena final es una desoladora maravilla en sí misma y sentencia, con tremebunda claridad, que algunos monstruos son incapaces de amar verdaderamente...
Muy buena y muy recomendable, y por momentos terriblemente agobiante. Imprescindible.
Ya había visto "In a Lonely Place" hace años, motivado por los superlativos elogios que tiene, y he de admitir que ese primer visionado no me gustó tanto, naturalmente porque en aquel entonces era un espectador simplista que, al ver que la película en cuestión era catalogada de cine negro, esperaba una historia con villanos malvados, disparos por montones, cosas por el estilo, y claramente no supe apreciar la contundente propuesta que en realidad es: un complejo y profundo, pesimista y oscuro, estudio de personajes y relaciones interpersonales situado dentro de la industria cinematográfica de Hollywood, del star system, enfocando más las cloacas y los intestinos de la maquinaria que la superficie amable y bonita, limpia y reluciente. En cualquier caso "In a Lonely Place" es mucho más que un acotado y crítico retrato del detrás de escena del Hollywood dorado; como ya dije, la película de Ray, basada en una novela de Dorothy B. Hughes, especializada en novelas negras, más allá de la premisa argumental, que trata sobre un apático y adusto guionista que se enamora al mismo tiempo que se ve envuelto en el crimen de una inocente y animosa muchacha, ofrece un certero y agudo tratamiento psicológico de personajes imperfectos que sueñan alcanzar la felicidad, pero que se vuelven presas de sus propios demonios, poniendo especial énfasis en algo que no ha perdido ni un ápice de vigencia ni importancia: las relaciones abusivas, tóxicas, posesivas, la violencia "invisible". La de "In a Lonely Place" no es una historia de amor: es una historia de desamor; no puede ser de amor si hay miedo y temor de por medio. Humphrey Bogart, el guionista temperamental, se enamora de una aspirante a actriz que, a raíz de las sospechas que caen sobre su amado, y también empujada por la conducta innegablemente violenta de él, poco a poco se cuestiona la calidad de su en un inicio apasionado y perfecto romance. Con un tono cada vez más amargo y derrotado, sustentado sobre todo en la ambigüedad proveniente del crimen del que Bogart es sospechoso, Ray, con espeluznante elegancia, nos muestra que no es necesario matar a alguien para ser un verdadero monstruo. Monumental interpretación la de Bogart, tremendo actor que no necesita presentación a estas alturas, cuyo personaje es rico en matices y cuenta con una amplia gama de claroscuros, y, por supuesto, también excelente la construcción que Gloria Grahame hace de su personaje, dotándola de tanta fuerza interior e integridad como de vulnerabilidad y fragilidad (a propósito, acá ya la hemos visto en "A Woman's Secret", "The Glass Wall" y "Odds Against Tomorrow"), pero sobre todo, mostrando la compleja situación que viven las víctimas de este tipo de relaciones. La autora de la novela quedó encantada con la actuación de Grahame, y no es para menos, digo yo. Y la escena final es una desoladora maravilla en sí misma y sentencia, con tremebunda claridad, que algunos monstruos son incapaces de amar verdaderamente...
Muy buena y muy recomendable, y por momentos terriblemente agobiante. Imprescindible.
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