miércoles, 3 de enero de 2018

Black Mirror: USS Callister


Director: Toby Haynes

Y por fin llegamos al primer episodio de esta cuarta temporada de "Black Mirror", que es el último que quise ver porque es el más largo de todos y porque el protagonista es el care' piedra de Jesse Plemons, un tipo que no aguanto en lo absoluto. Pero bueno, había que acabar con esto de una buena vez, ¿no?


Episodio que homenajea a "Star Trek"... ¡No inventes, Sherlock! ¿Eso de homenajear a otro producto le confiere calidad intrínseca al que hace los honores? Oigan, sólo pregunto...
Ahí estaba yo, pensando que iba a ver un bodrio de episodio, y para mi sorpresa me encuentro, maldita sea, con un episodio bastante disfrutable que, de alguna forma, se sobrepone al terremoto de clichés, lugares comunes y trucos baratos de guión tan propios de ese estafador llamado Charlie Brooker. Hasta mis ex compañeros de universidad podrían escribir algo mejor que este papanatas. A propósito, el guión de "USS Callister" fue escrito por Brooker y por un tal William Bridges. Voy a poner las manos al fuego y diré que Brooker es el responsable de lo malo del guión y que Bridges es el responsable de lo bueno. ¿Qué es lo malo? ¿Qué es lo bueno? Para saberlo, primero hay que conocer la historia.
El protagonista (falso protagonista) es Jesse Plemons, típico gordo sombrío introvertido experto en informática que es malo para las relaciones sociales y muy fanático de series que nadie ve ni quiere ver a menos que los medios inventen un revival nostálgico que beneficie a determinada cadena que pretenda producir una serie ambientada en la inusitadamente añorada época. Este gordo es, además, el co-fundador de un famoso y rentable RPG-MMO espacial. El otro co-fundador, por supuesto, es un hábil seductor, genio de las finanzas, cuerpo tonificado, bolita antiestrés en una mano y celular en la otra (ugh...), y, como guinda de la torta, un completo imbécil para con nuestro pobre nerd. Demás está decir que, a pesar de técnicamente ser jefe en la empresa, nadie respeta al gordo nerd (y eso que son sus códigos los que mantienen a flote el juego): se ríen de él a sus espaldas, dicen que es rarito (lo es), cosas así. En eso llega una nueva trabajadora a la oficina: la típica chica nerd bonita que admira el trabajo del gordo nerd. El gordo nerd se enamora porque es bonita, porque sabe de informática y, más importante, porque le infla el ego tanta admiración de su parte. Y ya conocen el cuento: el gordo nerd mira desde su oficina a la nerd bonita (que está al otro lado de la planta), de fondo suena una musiquita "romántica", la nerd bonita habla con sus colegas sobre el gordo nerd y cuánto lo admira y lo genio que es, el gordo nerd está detrás de una pared escuchando (ugh...) y sonriendo porque cree que la nerd bonita también está enamorada de él, para peor el otro jefe, el seductor, le echa un ojo a la nerd bonita, a ella le da lo mismo pero es simpática porque claro es el jefe y no hay que ser cortante porque a lo mejor el jefe la echa, el gordo nerd está mirando desde su oficina, ahora de seguro piensa que la nerd bonita es una perra... Y para coronar este festival de clichés (clichés con ganas, clichés desvergonzados, clichés que te hacen sangrar los ojos y el cerebro), el gordo nerd llega a su casa, prende el computador y comienza a jugar Infinity, que es el MMO que creó, pero no la versión online para todo el mundo, sino un mod que transforma el universo del juego en una réplica de Star Fleet (homenaje a "Star Trek", ¿no lo pillaste, Sherlock?) en el cual puede tener todas las aventuras que quiera. La gracia es que en este mod él es el jefe, el puto amo, el genio, el tipo "más mejor" del universo de universos, y toda la gente que conoce (a los que incluyó como personajes) son sirvientes, son todo lo contrario a cómo se desenvuelven en la vida real: le rinden pleitesía al gordo nerd, ¡lo aman! ¿No les parece sorprendente, estimulante y original? El caso es que estas versiones virtuales de la gente real odian al gordo, pero no puede hacer nada: saben que están ahí para satisfacer las enfermizas y malsanas fantasías de ese gordo hijo de puta. Y como ahora el gordo nerd piensa que la nerd bonita se va a ir a vivir con el jefe, incluye a la pobre en el juego para atormentarla de lo lindo. Todo esto es obra de Charlie Brooker, el que le dice al otro "oye viejo, créeme, deja darle backstory y profundidad a esa locura trekkie que querí hacer".
La verdadera historia es la de la versión virtual de la nerd bonita (no voy a detallar el mecanismo con el cual el gordo nerd crea personajes virtuales a partir de gente real), verdadera protagonista del episodio. Ella despierta en el mod, no sabe qué pasa, no tarda en darse cuenta que debe seguirle el juego al gordo nerd de lo contrario puede ser convertida en una cucaracha gigante. ¿Lo acepta? Claro que no. Y cuando comienza a fraguar un plan para librarse del yugo del gordo déspota es cuando "USS Callister" se vuelve un episodio entretenido, lejos de la pomposidad y falsa solemnidad que caracterizan a "Black Mirror". Además queda claro que todo el rollo drama romántico del inicio no es lo esencial de esta historia; al contrario, es el mal menor que el otro guionista debe soportar, puesto que, para poder huir de esa opresiva realidad virtual, los colegas virtuales deben relacionarse y, de alguna forma, manipular la realidad de afuera para poder encontrar la salida (además deben tener un villano, ¿no?). Y todo el plan, que adquiere total preponderancia narrativa, es tan delirante que es imposible no divertirse de buena gana. Es un divertimento desenfadado, sin más, que de todas formas no se salva de los típicos vicios de guión que hacen que todo vaya sobre ruedas para que a último minuto surja una falla o algo así. Con todo, se disfruta plenamente esta disparatada aventura ciberespacial.
Y para hablar un poco del aspecto tecnológico, tal como en varios episodios de la temporada, entra en juego lo de la consciencia o la mente trascendiendo al cuerpo, alojándose en otro tipo de soporte físico-digital, en otra realidad, pero manteniendo ese carácter "humano", ¿y qué es el humano? ¿Sólo la mente/espíritu o es todo el paquete, como venimos al mundo?
En fin, estamos ante la temporada más mediocre y floja de todo "Black Mirror" (en realidad la segunda también es bastante mala) pero éste y el último son los mejores episodios, o mejor dicho, el último es el único bueno y éste se salva por ofrecer unas buenas risas (porque, como dije, sus clichés llegan a ser ofensivos). Y si me entendieron los felicito y les doy las gracias por aguantarme y seguir leyendo mis enredadas redacciones.
Ahora bien... ¡vete a la mierda, Charlie Brooker!

...que chupe limón...

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