Dirección: Carola Fuentes & Rafael Valdeavellano
No he encontrado gran motivación para ver y continuar con la sección comedia de Ondamedia.cl (no es que lo vayamos a dejar a medias, por si acaso), así que me dieron ganas de ver "Chicago Boys", opera prima de Carola Fuentes y Rafael Valdeavellano, documental que se centra, por supuesto, en los Chicago Boys, es decir en ese grupo de estudiantes de la Universidad Católica que, año tras año, iban becados a estudiar a Chicago, lugar en el que, adoctrinados por Milton Friedman, se enamoraron del sistema económico que, aprovechando la ausencia de democracia, instalarían en el país para construir el Chile de hoy, paraíso de los corruptos, infierno de la gran mayoría de las personas, todos, sin falta, al borde del abismo de las deudas. Entre los Chicago Boys, por cierto, se encuentra Joaquín Lavín, ultraderechista Opus Dei, próximo candidato presidencial de la derecha, que vive en perpetua campaña presidencial gracias a los medios de comunicación de los grandes empresarios, que le entregan en bandeja infinitud de espacio televisivo en matinales, noticiarios, entre otros, en donde se hace el simpático y responde perfectamente las pasivas y tendenciosas preguntas que le hacen los "periodistas"... ¿Figuras de oposición? Casi nunca son invitados...
El documental, sin ser, en términos cinematográficos (lo cual, como siempre digo, nunca puede pasarse por alto en un documental, por más que todos piensen que los documentales son, eminentemente, sólo muestra de información), la gran cosa, sí destaca por un gran acierto, este es tomar a los mismos Chicago Boys para contar la historia, desde los orígenes hasta el día de hoy. Esto nos permite conocer el componente humano de todo esto, ver a las personas de carne y hueso que luego, bajo el amparo de un régimen asesino y antidemocrático, instalarían su podrido y repugnante sistema económico basado en la total falta de ética, moral y humanidad. Conociendo el lado humano de semejantes especímenes, es posible comprender cómo se cocinó este experimento neoliberal. De esta forma, comenzamos a mitad de los años cincuenta, tiempo en que la educación superior era gratuita, cuando estos jóvenes chilenos se fueron a Estados Unidos, becados, a estudiar economía y esas cosas, hipnotizados por los preceptos y conceptos de Friedman, para luego volver y no poder aplicar nada porque en Chile nadie tomaba en serio a este grupo de pobres diablos: todos los gobernantes, incluso el candidato de la derecha que compitió con Allende para la elección de 1970, los tomaban por imbéciles con ideas imbéciles aprendidas de otros imbéciles. Se requirió que otros aún mayores imbéciles, es decir los militares (que, como se sabe, son unos analfabetos descerebrados que no sirven para absolutamente nada útil... al menos en este país) llegaran al poder, para que estos entusiastas muchachos, todos, se instalaran en varios ministerios e hicieran lo que todos saben. Así, el Estado chileno fue devorado y consumido por los grandes grupos económicos (El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno, libro de María Olivia Monckeberg, gran fuente de información al respecto); todas las empresas estatales pasaron a los bolsillos de esos grasosos y asquerosos peces gordos. Y así avanzamos: vemos que vuelve la democracia, que ganan gobiernos de centro-izquierda (en Chile, se sabe, el espectro político está tirado a la derecha: los centro-izquierdistas son derechistas de tomo y lomo; los centro-derechistas son ultraderechistas recalcitrantes; y los ultraderechistas son, bueno, emisarios del mismo infierno) y que aún así los Chicago Boys de todas generaciones se perpetúan en los ministerios de hacienda, economía, educación, etc... El presente, estos subhumanos y sus reuniones, y uno se pregunta "¿de verdad estos bastardos fueron a la universidad?", porque escucharlos es un suplicio: son incapaces de hablar fluidamente y de corrido; carecen de ideas, ya ni hablemos de argumentos, sus discursos son odas a las falacias y a la estupidez. Un tipo cuenta con horror cuando a su universidad fue Naomi Klein a dar una charla sobre, entre otras cosas, el neoliberalismo y el infierno viviente que es Chile, y cuando yo esperaba "ya, ahora viene su contraargumento", el tipo suelta la misma mierda paranoica y rancia propia de la Guerra Fría: en vez de debatir, aunque ella no esté presente, dice (parafraseo) "y eso es lo que hacen esos grupos extremistas para deslegitimar la gran economía de nuestro país". Aplausos. Otro viejo dice que es "ideológico" que prohíban la comida chatarra en los colegios o que prohíban fumar en los espacios públicos, medidas que son claramente para proteger la salud pública, aunque estos tontos del culo ven dichas medidas como ataques a la libertad del mercado... Esto, además de probar que son tontos, prueba que no tienen ningún tipo de ética ni de moral, que la obesidad infantil no les importa un rábano si es que pueden enriquecerse a costa de ello, porque así es el sistema económico que crearon entre cuatro paredes: todo puede ser negocio, especialmente cuando hay un Estado débil como el nuestro. ¡Pobre que se busque combatir la obesidad infantil! Negocios por sobre la salud... Es lo que pasa en estos mismos días, vaya sorpresa...
En fin, un documental que explica clara y cronológicamente el origen y auge del neoliberalismo, y que, sobre todo, retrata de manera frontal al grupo de hombres (que viven en una realidad derechamente delirante, con la maldad bien enraizada en sus cuerpos) detrás de semejante atentado contra la dignidad humana. La libertad en la que creen no es la libertad de hombres y mujeres: es la sucia libertad del mercado. Escuchar a esas máquinas sin moral ni sentimientos, he ahí el gran valor de este documental. Escúchenlos y todo quedará clarísimo...
Para ser justos, al menos uno de los entrevistas sí demuestra ser totalmente crítico con el sistema que nos intubaron sus compañeros de generación, lo cual, por contraste, demuestra cuán horribles personas son los célebres Chicago Boys.
(Por cierto, ante las recientes declaraciones de Angela Merkel, los genios de este país respondieron diciendo, y no es broma, que ¡Angela Merkel es comunista!)
El documental, sin ser, en términos cinematográficos (lo cual, como siempre digo, nunca puede pasarse por alto en un documental, por más que todos piensen que los documentales son, eminentemente, sólo muestra de información), la gran cosa, sí destaca por un gran acierto, este es tomar a los mismos Chicago Boys para contar la historia, desde los orígenes hasta el día de hoy. Esto nos permite conocer el componente humano de todo esto, ver a las personas de carne y hueso que luego, bajo el amparo de un régimen asesino y antidemocrático, instalarían su podrido y repugnante sistema económico basado en la total falta de ética, moral y humanidad. Conociendo el lado humano de semejantes especímenes, es posible comprender cómo se cocinó este experimento neoliberal. De esta forma, comenzamos a mitad de los años cincuenta, tiempo en que la educación superior era gratuita, cuando estos jóvenes chilenos se fueron a Estados Unidos, becados, a estudiar economía y esas cosas, hipnotizados por los preceptos y conceptos de Friedman, para luego volver y no poder aplicar nada porque en Chile nadie tomaba en serio a este grupo de pobres diablos: todos los gobernantes, incluso el candidato de la derecha que compitió con Allende para la elección de 1970, los tomaban por imbéciles con ideas imbéciles aprendidas de otros imbéciles. Se requirió que otros aún mayores imbéciles, es decir los militares (que, como se sabe, son unos analfabetos descerebrados que no sirven para absolutamente nada útil... al menos en este país) llegaran al poder, para que estos entusiastas muchachos, todos, se instalaran en varios ministerios e hicieran lo que todos saben. Así, el Estado chileno fue devorado y consumido por los grandes grupos económicos (El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno, libro de María Olivia Monckeberg, gran fuente de información al respecto); todas las empresas estatales pasaron a los bolsillos de esos grasosos y asquerosos peces gordos. Y así avanzamos: vemos que vuelve la democracia, que ganan gobiernos de centro-izquierda (en Chile, se sabe, el espectro político está tirado a la derecha: los centro-izquierdistas son derechistas de tomo y lomo; los centro-derechistas son ultraderechistas recalcitrantes; y los ultraderechistas son, bueno, emisarios del mismo infierno) y que aún así los Chicago Boys de todas generaciones se perpetúan en los ministerios de hacienda, economía, educación, etc... El presente, estos subhumanos y sus reuniones, y uno se pregunta "¿de verdad estos bastardos fueron a la universidad?", porque escucharlos es un suplicio: son incapaces de hablar fluidamente y de corrido; carecen de ideas, ya ni hablemos de argumentos, sus discursos son odas a las falacias y a la estupidez. Un tipo cuenta con horror cuando a su universidad fue Naomi Klein a dar una charla sobre, entre otras cosas, el neoliberalismo y el infierno viviente que es Chile, y cuando yo esperaba "ya, ahora viene su contraargumento", el tipo suelta la misma mierda paranoica y rancia propia de la Guerra Fría: en vez de debatir, aunque ella no esté presente, dice (parafraseo) "y eso es lo que hacen esos grupos extremistas para deslegitimar la gran economía de nuestro país". Aplausos. Otro viejo dice que es "ideológico" que prohíban la comida chatarra en los colegios o que prohíban fumar en los espacios públicos, medidas que son claramente para proteger la salud pública, aunque estos tontos del culo ven dichas medidas como ataques a la libertad del mercado... Esto, además de probar que son tontos, prueba que no tienen ningún tipo de ética ni de moral, que la obesidad infantil no les importa un rábano si es que pueden enriquecerse a costa de ello, porque así es el sistema económico que crearon entre cuatro paredes: todo puede ser negocio, especialmente cuando hay un Estado débil como el nuestro. ¡Pobre que se busque combatir la obesidad infantil! Negocios por sobre la salud... Es lo que pasa en estos mismos días, vaya sorpresa...
En fin, un documental que explica clara y cronológicamente el origen y auge del neoliberalismo, y que, sobre todo, retrata de manera frontal al grupo de hombres (que viven en una realidad derechamente delirante, con la maldad bien enraizada en sus cuerpos) detrás de semejante atentado contra la dignidad humana. La libertad en la que creen no es la libertad de hombres y mujeres: es la sucia libertad del mercado. Escuchar a esas máquinas sin moral ni sentimientos, he ahí el gran valor de este documental. Escúchenlos y todo quedará clarísimo...
Para ser justos, al menos uno de los entrevistas sí demuestra ser totalmente crítico con el sistema que nos intubaron sus compañeros de generación, lo cual, por contraste, demuestra cuán horribles personas son los célebres Chicago Boys.
(Por cierto, ante las recientes declaraciones de Angela Merkel, los genios de este país respondieron diciendo, y no es broma, que ¡Angela Merkel es comunista!)
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