miércoles, 24 de julio de 2024

Fallen Angels - 1995

Director: Wong Kar-wai



Esta película la fui a ver el miércoles pasado, bien de noche, al Cine Arte Alameda, pero como que me he acostumbrado más a escribir en mi otro blog ahora... Bueno, el caso es que no había visto nunca "Fallen Angels", la otra parte de ese díptico conformado con "Chungking Express" sobre la vida urbana y sus avatares, entiéndase la soledad, la alienación, la apatía o la felicidad, los amores apasionados, las amistades fugaces, y, por supuesto, los extraños y extravagantes personajes que uno encuentra en tal esquina o en tal local, en tal galería o tal plaza, de día o de noche. A diferencia de "Chungking Express", película que se guiaba más o menos por un argumento, "Fallen Angels" es una película eminentemente de atmósferas y, sobre todo, de emociones desbocadas, desaforadas, inesperadas. Gracias a la fotografía de Christopher Doyle, con esos ángulos pronunciados, esos juegos de texturas y colores, su cámara en mano vibrante, y en general varios otros recursos muy geniales, nos metemos de lleno en la noche de esta ciudad y sus personajes principales: un asesino a sueldo muy cool, cuyo trabajo parece ser más un ejercicio de estilo; su partner, una mujer que le consigue los trabajos y le provee de información esencial; el hijo de un hotelero que se dedica a molestar a otros durante las noches; y un par de locas de remate que se enamoran de nuestros personajes masculinos. Si bien no hay argumento propiamente tal, este collage de penas y alegrías nocturnas no se desbarranca en la insensatez ni nada por el estilo; con sus personajes bien definidos, la película narra lo que cada uno se propone a su manera: la búsqueda de sentido, una motivación vital, algo que le dé sustento al futuro, si es que existe. Así las cosas, en conjunto con esta puesta en escena entre sucia, loca, movida, por momentos bastante solemne, siempre estilizada y siempre al borde de lanzarlo todo por la ventana, Wong Kar-wai guía y mantiene centrada la narración con líricos pedazos de voces en off que complementan a la perfección lo que estos, ejem, ángeles caídos, padecen en estas junglas de concreto, de rascacielos infinitos que acentúan su soledad.
A mí me ha gustado mucho y he disfrutado un montón, sobre todo con las escenas del asesino, que es puro estilo. Este es el Wong Kar-wai que mejor se da: el más visceral, lanzado, suicida, ese extremismo que refleja a la perfección su curiosa poética cinematográfica: la de encontrar el orden dentro del caos.

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