Directora: Rose Glass
Seguimos y seguiremos yendo al cine, qué demonios. Lo que sí, Blogger está volviendo una mierda sus mecánicas, vaya infierno fue subir todas las capturas, algo esencial en este humilde rincón de la surface web. Así que en una sesión casi de medianoche aprovechamos de ir a ver "Love Lies Bleeding" (acertadamente traducida por acá como "Amor, mentiras y sangre"), segunda película de la directora Rose Glass, que cosechara elogios con su debut "Saint Maude", hace ya cinco años, ¿pueden creerlo?, ¡cinco años! No he visto esa película pero estuve bien al tanto de su estreno, de su recepción, y pareciera que hubiera sido ayer que Glass dejara instalado su nombre como uno a considerar seriamente en el nuevo panorama cinematográfico, no sólo en el cine de género pues, se sabe, quien sabe hacer terror debería saber hacer todo tipo de películas. Como sea, ha llegado su segundo film, y acá lo tenemos.
"Love Lies Bleeding" es un intenso y orgullosamente sucio, sudoroso, ejercicio de pulp lleno de violencia, sangre, muertes y pasiones humanas latiendo a mil por hora, que además coquetea satisfactoriamente con el terror y el body horror (sin mencionar un clímax algo wtf que, sin embargo, encaja bastante bien, se lo crean o no, se lo tomen literalmente o no). Me recuerda a la opera prima de las hermanas Wachowski, "Bound", aunque aquélla coquetea satisfactoriamente con el suspense más tenso y el cine de gángsters. "Love..." es más bien un thriller, violento e impetuoso, en donde el motor narrativo se impulsa manifiestamente a partir de las emociones más carnales y primarias de sus personajes, dígase amor, miedo, ira. Las protagonistas son Kristen Stewart, gerente de un gimnasio en una localidad desértica, solitaria y brusca, y Katy O'Brian, una alegre y simpática fisicoculturista on-the-road que encuentra trabajo para el padre de Stewart, un Ed Harris que no se dedica a nada bueno la verdad. Ambas muchachas se enamoran y, la verdad, los conflictos no surgen de donde ustedes puedan imaginarse; esta película no es de trama propiamente dicha, tampoco es necesariamente un estudio de personajes (aunque tiene más de esto: personajes reaccionando como pueden a sus propios impulsos), es exactamente como lo había dicho: un entramado narrativo desbocadamente animal: el amor incontrolable, la ira incontrolable que escapan como de una válvula rota. Y los personajes deben intentar solucionar las cosas para no acabar tras las rejas, o peor. Un thriller en estado puro, diría yo, que además, no podía ser de otra forma, sin poner el acento en ello, simplemente dejando que ello se apodere del fotograma porque es el principal combustible, habla o reflexiona sobre la conflictiva naturaleza humana y cómo, en cierta forma, estamos en una jungla sin ley que, precisamente, propicia la violencia que vemos en pantalla, porque la violencia es una respuesta a, no lo sé, la impotencia, la injusticia, la decadencia... Sumen a ello un reparto entregado en sobresalientes interpretaciones (sobre todo una Stewart que te demuestra compromiso y talento en cada proyecto, sea de un autor europeo o de algún producto alimenticio gringo, y que acá es como un poderoso aluvión que lo devora todo a su paso), y tienen una película que excede toda expectativa que puedan presuponer sobre ella. Yo me la esperaba buena y me la encontré mejor, mucho mejor. Por lo demás, la puesta en escena de Glass es exquisita, con inteligentes y elegantes y estilizados recursos que no cualquiera tiene en su arsenal, razón también de los satisfactorios resultados obtnidos.
En resumen, no se la pierdan. Es buenísima. "Love Lies Bleeding". Dale duro.
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