Director: Jake Paltrow
Y comienza a tomar forma esta retrospectiva 2014, iniciada de manera urgente ayer, en las postrimerías del año. La idea es ir pasando de película en película por algún elemento en común que compartan, más o menos como una cadena. De "Boyhood" saltamos a "Young ones" básicamente porque ambos títulos aluden a la juventud de uno o varios, aunque esa característica tenga más importancia y utilidad en la primera que la segunda. Y ya asentados en "Young ones", la segunda película del hermano menor de Gwyneth (Paltrow), debo decir que su visionado se hace interesante la mayor parte del tiempo pero que al final la sensación es un tanto gris; más positiva que negativa, pero fundamentalmente bien descrita con un ni fu ni fa, ni lo uno ni lo otro, ni chicha ni limoná, o el modo de decirlo que prefieran. Nada memorable, nada digno del basural: una película que pasará frente a sus ojos sin pena ni gloria. Mucho más no puedo decir por ahora.
En un futuro más o menos lejano -el año no se especifica-, en una región asolada por una indomable sequía que mata las cosechas y deviene en una escasez de agua, Ernest Holm intentará revivir su tierra por el bien de su familia, dos hijos que, a diferencia de él, nunca han visto aquel valle en su color natural: el verde; sólo polvo, arena, un paisaje monótono y café, un lugar sin vida ¿Y cómo logrará el buen Ernest dicha empresa? La única respuesta es que, sea como sea, no será nada fácil.
"Young ones" es una película correcta que está bien hecha y construida en cuanto al relato -nada brillante, en todo caso-, pero que no sobresale en sus aspectos más distintivos -o los que parecen estar destinados a serlo-. Comencemos por el hecho de su toque algo post-apocalíptico o distópico que nace de la ya mencionada sequía y posterior escasez de agua. En estos casos es necesario, siempre, una atmósfera vil, malsana, anárquica, degradada, etc., que transmita el peligro de seguir vivo en tal escenario, el peligro de ser asesinado o algo incluso peor -ser violado, torturado, sodomizado... antes de asesinado, por ejemplo-. La sociedad no parece haberse ido al carajo, tampoco la humanidad; simplemente todos sobreviven, como lo hacemos nosotros actualmente, bajo peores circunstancias que no vengo a menoscabar, desde luego, pero que no se condicen con el escenario descrito. Y por acá continuaremos el hilo.
En cuanto al escenario en sí, el desierto ex-valle lleno de vida, sí: tiene toda la pinta de ser un lugar lleno de miserables ladrones y humanos que no merecen ser llamados como tales; es un lugar seco, polvoriento, asolado por un implacable sol que, si se aprovechara bien todo el lío distópico, vendría siendo el menor de los problemas de quienes habitan la región. Esa sensación causa, así que bien por ello ¿Se aprovecha sabiamente? No hace falta ser adivinos...
En cuanto a los personajes y el resto de humanos, no: algunos son peligrosos, algunos son ingenuos, algunos son tramposos, pero ninguno es un salvaje -y no utilizo esta palabra en su acepción más convencional de alguien echando espuma por la boca- que dé miedo con su sola presencia. Al inicio, el personaje de Michael Shannon -aparece el gran Shannon haciendo de Ernest Holm... y como siempre, muy bien él- le dice a su hijo que no hable y no interactúe mucho con ciertos sujetos, pues son unos animales... ¿Se nota, se percibe semejante condición? No. Los supuestos salvajes no son más que trabajadores que pueden ser violentos como cualquier otra persona, como el mismo Shannon, por ejemplo. Y sabemos que una de las cosas importantes a la hora de establecer una atmósfera, especialmente si ésta debe transmitir maldad e insanidad o depravación, es el rol humano; y en este caso, tal como he dejado entrever, las personas están al debe en ello. Tienen roles, funciones narrativas, pero carecen de una personalidad que transmita algo bueno o malo. Michael Shannon cae bien porque es Michael Shannon, pero los demás no te remueven la consciencia, no te elevan las pasiones. Tanto principales como secundarios son de una sola línea de la cual se espera sólo el elemento predecible: el acto propio de su arquetipo... en el fondo, seres mecánicos, cero peligro real -o dicho de otro modo, ya hemos visto esa película en otras ocasiones, aunque sea con ligeras variaciones-.
Y en cuanto al relato mismo, que ya dije que está bien construido, no logra aportar casi nada al sentimiento de degradación moral y humana porque la trama que elige dista de aprovechar ese aura tan especial que tiene el paisaje post-apocalíptico; esto significando que, en un tiempo en que el agua escasea terriblemente -o así lo hacen parecer-, sus personajes no sufren especialmente por esa escasez. Ok, viven precariamente y todo, no se duchan ni se lavan los dientes y lavan los platos con arena "limpia", pero esa carencia no se torna algo urgente, incluso cuando durante el mismo inicio de la película el buen Ernest Holm le dice a su hijo que su pozo de agua por fin se ha quedado completamente seco. Así, es difícil discernir qué tanto complica a los personajes más allá de que no pueden hacer crecer la tierra -sus vidas no corren peligro de manera inherente como se espera en el post-apocalípsis-.
En definitiva, los tres síntomas descritos vienen a demostrar que Jake Paltrow, el director y también guionista, no supo aprovechar un paisaje sin duda poderoso en pos de una historia que vaya a la par con el poderío visual. Narrativamente, "Young ones" adolece de una pobreza que no se sacude durante todo el metraje.
Para profundizar un poco en ésto último, Paltrow se aferra más al sentido de la esperanza de sus personajes, sentido que surge de un sueño, del sueño de Ernest: revivir la tierra. Ese sólo detalle no logra sustentar la película completa, y aunque sea el elemento central en torno al cual todos se muevan y todo suceda, lo que termina salvando la función son los personajes, incluso cuando éstos no están bien dibujados. Un poco confuso, ¿no? Quizás ni tanto, pues ya sabemos que los personajes son ases bajo la manga, comodines que mantienen a flote y en movimiento una historia sin sabor. Insisto: un Ernest Holm que llega hasta las últimas consecuencias con tal de conseguir agua -para sobrevivir el día a día, primeramente-, poniendo a sus hijos en peligro debido a una lucha sin cuartel con verdaderos salvajes, habría sido más interesante y apasionante -y tampoco se habría dejado de lado eso del revivir la tierra- que lo que acabamos viendo: un hombre desganado que hace trabajos, negociaciones, pero nada realmente útil. A fin de cuentas, y para no describir más de lo necesario -miren que ahí está la gracia de su relato: toma direcciones un poco sorprendentes-, "Young ones" no trata mucho, y lo poco que trata lo hace de manera débil, timorata, con más ganas que logros. Al final, ustedes dirán de qué trata todo: del poder de la amistad y la familia, del mal de las mentiras y los trucos, de que el fin justifica los medios, ¿los jóvenes son el futuro?, ¿sin la tierra no somos nada?... tópicos someramente tratados. Me hubiese gustado más un "en un mundo sin reglas, el humano muestra su verdadera esencia"; el de ahora podría ser resumido con un "en un mundo casi muerto, el humano puede soñar". En fin, Paltrow es un tipo optimista.
Ahora bien, y para que no todo sea negativo, "Young ones" transcurre sin mayores sobresaltos aunque de manera constante, permitiendo un interesante flujo de acontecimientos que logran mantener la atención. Ya por el final la cosa se pone algo previsible, pero nada tan grave como para desesperarse mirando. Digo que la película es interesante por su cuidada visualidad, con una aridez que de verdad se logra palpar; por su relato correctamente organizado, distribuyendo los hechos en determinados personajes centrales -la cosa va por capítulos-; por la manera con que Paltrow dirige determinados momentos, prefiriendo el detalle, lo más o menos oculto que casi se puede notar pero que aún así mantiene un desconocimineto desconcertante -"la cosa parece grave pero no luce como tal, ¿pero por qué siento que todo va mal?"-; y por Michael Shannon como Ernest Holm.
A pesar de que el foco de la historia está pobremente tratado y argumentado, el relato que se desarrolla logra mantenerse firme hasta el final -o al menos a mí no me pareció tambaleante-. Dicho de otra forma, "Young ones" logra sobreponerse a su falta de tino dramático.
No mucho más se puede destacar, por desgracia.
En fin, el gran pecado de "Young ones" es que no te logra involucrar, y todos sus acontecimientos transcurren de manera impasible para uno. Tiene lo suyo, pero le falta bastante; aún así, está bien hecha y correctamente construida, por lo tanto su visionado no se torna molesto ni cansino ni repetitivo. La película es más de lo que parece a primera vista, y esto no es precisamente un halago, aunque no esconde un poco de ello... De todas formas, no tengo mucho más que decir, así que adiós... (espero me hayan comprendido).
Mejor traten de adivinar qué película continúa, qué elemento común puede tener "Young ones" con su sucesora.
En un futuro más o menos lejano -el año no se especifica-, en una región asolada por una indomable sequía que mata las cosechas y deviene en una escasez de agua, Ernest Holm intentará revivir su tierra por el bien de su familia, dos hijos que, a diferencia de él, nunca han visto aquel valle en su color natural: el verde; sólo polvo, arena, un paisaje monótono y café, un lugar sin vida ¿Y cómo logrará el buen Ernest dicha empresa? La única respuesta es que, sea como sea, no será nada fácil.
"Young ones" es una película correcta que está bien hecha y construida en cuanto al relato -nada brillante, en todo caso-, pero que no sobresale en sus aspectos más distintivos -o los que parecen estar destinados a serlo-. Comencemos por el hecho de su toque algo post-apocalíptico o distópico que nace de la ya mencionada sequía y posterior escasez de agua. En estos casos es necesario, siempre, una atmósfera vil, malsana, anárquica, degradada, etc., que transmita el peligro de seguir vivo en tal escenario, el peligro de ser asesinado o algo incluso peor -ser violado, torturado, sodomizado... antes de asesinado, por ejemplo-. La sociedad no parece haberse ido al carajo, tampoco la humanidad; simplemente todos sobreviven, como lo hacemos nosotros actualmente, bajo peores circunstancias que no vengo a menoscabar, desde luego, pero que no se condicen con el escenario descrito. Y por acá continuaremos el hilo.
En cuanto al escenario en sí, el desierto ex-valle lleno de vida, sí: tiene toda la pinta de ser un lugar lleno de miserables ladrones y humanos que no merecen ser llamados como tales; es un lugar seco, polvoriento, asolado por un implacable sol que, si se aprovechara bien todo el lío distópico, vendría siendo el menor de los problemas de quienes habitan la región. Esa sensación causa, así que bien por ello ¿Se aprovecha sabiamente? No hace falta ser adivinos...
En cuanto a los personajes y el resto de humanos, no: algunos son peligrosos, algunos son ingenuos, algunos son tramposos, pero ninguno es un salvaje -y no utilizo esta palabra en su acepción más convencional de alguien echando espuma por la boca- que dé miedo con su sola presencia. Al inicio, el personaje de Michael Shannon -aparece el gran Shannon haciendo de Ernest Holm... y como siempre, muy bien él- le dice a su hijo que no hable y no interactúe mucho con ciertos sujetos, pues son unos animales... ¿Se nota, se percibe semejante condición? No. Los supuestos salvajes no son más que trabajadores que pueden ser violentos como cualquier otra persona, como el mismo Shannon, por ejemplo. Y sabemos que una de las cosas importantes a la hora de establecer una atmósfera, especialmente si ésta debe transmitir maldad e insanidad o depravación, es el rol humano; y en este caso, tal como he dejado entrever, las personas están al debe en ello. Tienen roles, funciones narrativas, pero carecen de una personalidad que transmita algo bueno o malo. Michael Shannon cae bien porque es Michael Shannon, pero los demás no te remueven la consciencia, no te elevan las pasiones. Tanto principales como secundarios son de una sola línea de la cual se espera sólo el elemento predecible: el acto propio de su arquetipo... en el fondo, seres mecánicos, cero peligro real -o dicho de otro modo, ya hemos visto esa película en otras ocasiones, aunque sea con ligeras variaciones-.
Y en cuanto al relato mismo, que ya dije que está bien construido, no logra aportar casi nada al sentimiento de degradación moral y humana porque la trama que elige dista de aprovechar ese aura tan especial que tiene el paisaje post-apocalíptico; esto significando que, en un tiempo en que el agua escasea terriblemente -o así lo hacen parecer-, sus personajes no sufren especialmente por esa escasez. Ok, viven precariamente y todo, no se duchan ni se lavan los dientes y lavan los platos con arena "limpia", pero esa carencia no se torna algo urgente, incluso cuando durante el mismo inicio de la película el buen Ernest Holm le dice a su hijo que su pozo de agua por fin se ha quedado completamente seco. Así, es difícil discernir qué tanto complica a los personajes más allá de que no pueden hacer crecer la tierra -sus vidas no corren peligro de manera inherente como se espera en el post-apocalípsis-.
En definitiva, los tres síntomas descritos vienen a demostrar que Jake Paltrow, el director y también guionista, no supo aprovechar un paisaje sin duda poderoso en pos de una historia que vaya a la par con el poderío visual. Narrativamente, "Young ones" adolece de una pobreza que no se sacude durante todo el metraje.
Para profundizar un poco en ésto último, Paltrow se aferra más al sentido de la esperanza de sus personajes, sentido que surge de un sueño, del sueño de Ernest: revivir la tierra. Ese sólo detalle no logra sustentar la película completa, y aunque sea el elemento central en torno al cual todos se muevan y todo suceda, lo que termina salvando la función son los personajes, incluso cuando éstos no están bien dibujados. Un poco confuso, ¿no? Quizás ni tanto, pues ya sabemos que los personajes son ases bajo la manga, comodines que mantienen a flote y en movimiento una historia sin sabor. Insisto: un Ernest Holm que llega hasta las últimas consecuencias con tal de conseguir agua -para sobrevivir el día a día, primeramente-, poniendo a sus hijos en peligro debido a una lucha sin cuartel con verdaderos salvajes, habría sido más interesante y apasionante -y tampoco se habría dejado de lado eso del revivir la tierra- que lo que acabamos viendo: un hombre desganado que hace trabajos, negociaciones, pero nada realmente útil. A fin de cuentas, y para no describir más de lo necesario -miren que ahí está la gracia de su relato: toma direcciones un poco sorprendentes-, "Young ones" no trata mucho, y lo poco que trata lo hace de manera débil, timorata, con más ganas que logros. Al final, ustedes dirán de qué trata todo: del poder de la amistad y la familia, del mal de las mentiras y los trucos, de que el fin justifica los medios, ¿los jóvenes son el futuro?, ¿sin la tierra no somos nada?... tópicos someramente tratados. Me hubiese gustado más un "en un mundo sin reglas, el humano muestra su verdadera esencia"; el de ahora podría ser resumido con un "en un mundo casi muerto, el humano puede soñar". En fin, Paltrow es un tipo optimista.
Ahora bien, y para que no todo sea negativo, "Young ones" transcurre sin mayores sobresaltos aunque de manera constante, permitiendo un interesante flujo de acontecimientos que logran mantener la atención. Ya por el final la cosa se pone algo previsible, pero nada tan grave como para desesperarse mirando. Digo que la película es interesante por su cuidada visualidad, con una aridez que de verdad se logra palpar; por su relato correctamente organizado, distribuyendo los hechos en determinados personajes centrales -la cosa va por capítulos-; por la manera con que Paltrow dirige determinados momentos, prefiriendo el detalle, lo más o menos oculto que casi se puede notar pero que aún así mantiene un desconocimineto desconcertante -"la cosa parece grave pero no luce como tal, ¿pero por qué siento que todo va mal?"-; y por Michael Shannon como Ernest Holm.
A pesar de que el foco de la historia está pobremente tratado y argumentado, el relato que se desarrolla logra mantenerse firme hasta el final -o al menos a mí no me pareció tambaleante-. Dicho de otra forma, "Young ones" logra sobreponerse a su falta de tino dramático.
No mucho más se puede destacar, por desgracia.
En fin, el gran pecado de "Young ones" es que no te logra involucrar, y todos sus acontecimientos transcurren de manera impasible para uno. Tiene lo suyo, pero le falta bastante; aún así, está bien hecha y correctamente construida, por lo tanto su visionado no se torna molesto ni cansino ni repetitivo. La película es más de lo que parece a primera vista, y esto no es precisamente un halago, aunque no esconde un poco de ello... De todas formas, no tengo mucho más que decir, así que adiós... (espero me hayan comprendido).
Mejor traten de adivinar qué película continúa, qué elemento común puede tener "Young ones" con su sucesora.
Áridas capturas
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