viernes, 23 de marzo de 2018

Hannah Takes the Stairs - 2007


Director: Joe Swanberg

Las películas de Joe Swanberg por lo general son bastante cortas, ésta dura ochenta minutos y más adelante hay varias que apenas superan la hora de duración, por lo que no me era difícil hacerles un hueco después de ver otras películas, y luego de verlas, por supuesto, hay que comentarlas, al menos si me da la mente para hacerlo (¿les he dicho ya que a veces no sé qué comentar?), y lo bueno es que ahora sé qué decir, y espero hacerlo rápido, tampoco vale la pena comerse el coco para hablar de "Hannah Takes the Stairs". A todo esto, anoche de nuevo tuve uno de estos sueños que son películas con banda sonora original; en esta ocasión, la pieza musical era una apasionada balada que ya no pude recordar al despertar, aunque sí pude recordar el nombre del protagonista, un muchacho que era un vagabundo, pero no en el sentido de indigente sino de alguien que se la pasa en la calle, que su vida está en la calle, en todas las calles, que se metía en problemas criminales en una atmósfera cuya estética me recuerda a la época de los treinta, pero de alguna forma todo muy kitsch, crudeza con estilo, fatalismo estilizado y absurdismo hecho relato. No recuerdo muy bien la trama, pero afortunadamente esta vez pude rescatar el nombre, ese nombre: Pescattore. Definitivamente te voy a conservar, Pescattore, te voy a conservar.


"Hannah Takes the Stairs" es otro ejercicio de improvisaciones registradas sin mucha intención ni calidad dramática, narrativa ni cinematográfica, solamente capturar los balbuceos de este grupo de adultos jóvenes que, si tienen problemas, los conocemos únicamente porque se la pasan hablando de ello. Al menos en "LOL" podíamos sacar conclusiones de acuerdo al comportamiento de sus personajes, aislados o enajenados o lo que sea, pero que lograban configurar una suerte de relato en donde debían enfrentar los conflictos suscitados de sus errores y carencias. "Hannah...", como digo, es puro bla, bla, bla. Y es tópica, típica. Como un episodio malo y relleno de "Girls", y la referencia no es gratuita, dado que Lena Dunham también comenzó, o eso dicen, con esto del mumblecore, o: adultos jóvenes con sus (tragi)cómicas frustraciones que, más que retrato generacional (ja, ja), parece una fallida sátira, sin gracia ni sustancia, de y sobre (¿y para? Para mí no) gente que vive en una burbuja, en su propia burbuja de precaria comodidad (pero cómoda) material y económica. Incomodidad personal y emocional: nada les falta y por alguna razón eso les causa histerismo y ansiedad, y vayan a inventarse problemas y frustraciones. ¡Y a hacer "películas" de eso!
La protagonista es Hannah, Greta Gerwig (increíble cuánto la hacían desnudarse en sus inicios), y la relación que mantiene, secuencialmente (no a la vez) con tres sujetos que son tan complicados como ella (Mark Duplass, Andrew Bujalski). Tópico, típico: personajes que son entre ñoños y excéntricos, que son obligatoriamente insoportables pero de una manera "tierna" (ejem...), como si fueran niños caprichosos no sabiendo usar una maldita rueda. Y como no hay dimensión dramática, como no hay conflicto, todo "ocurre" a través de la palabra: de repente los personajes dicen que tienen problemas o que algo no les parece y listo, se acaba la relación, y después hola, qué simpático/a eres, besos, somos pareja, vaya parece que ahora estamos tensos, ¿por qué estamos tensos?, a veces siento que todo sale mal y que es mi culpa, no, no es tu culpa es la vida es la edad, pero igual no podemos estar juntos, no eres tú soy yo, etc. Tópico, típico: conversaciones "profundas" que intentan ser graciosas, o al revés; en realidad no entiendo muy bien cuál era la intención. En resumen: personajes planos, conflictos planos, cine plano (imagen plana), todo plano.
Banal, superflua, anodina. Tan anodina y banal que no podría llamarlo bodrio ni basura, tan plana que se puede ver sin que te disguste particularmente. Como mirar una pared en blanco, o lo mismo: escuchar a mis ex compañeros de universidad hablar (¡únicamente!) de las copuchas y cahuines de fin de semana. Ugh...
...la noche te devora, vagabundo Pescattore...

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