martes, 30 de octubre de 2018

Családi tüzfészek - 1979


Director: Béla Tarr


La opera prima de Béla Tarr es un verdadero mazazo, por su contundente y salvaje y despiadada mordacidad, que a la vez encierra, digamos, no sé si amor o afecto, pero sí compasión, un poco de tristeza y, por supuesto, mucha rabia, porque Tarr estaba harto de las películas húngaras de entonces, quería cambiar el mundo con la cámara, quería hacer películas sobre lo que nadie hacía, es decir, sobre la gente, gente de clase media, lindando en la pobreza, en la desesperación, en la propia rabia contra la injusticia del mundo, de un país, de un maldito régimen, en el hartazgo vital que alterna con esa inasible fuerza de los que aún sueñan. "Nido de familia" es una cruenta disección de la vida húngara común y corriente, esa de mujeres que trabajan como máquinas en las fábricas para llegar a casa y tener que cocinar, pelear con los maridos y cargar con el peso familiar, esa de hombres que trabajan como máquinas en las fábricas para después tomarse unas cervezas en el pub más cercano y luego ir a casa a y desquitarse de alguna forma por el trato de peones que reciben en todos lados, o esa de gente sin empleo, sin ambiciones, sin intenciones, que vagan entre las primeras y los segundos, aportando uno que otro tema de conversación pero decepcionando minuto a minuto a quienes cuanto los rodean. En todo caso Béla Tarr desnuda a sus personajes, nos muestra estas complejas, rotas y casi deshechas humanidades, nos muestra sus virtudes, sus rasgos redentores, aunque también sus falencias, y en el fondo no se puede más que intentar comprender a estos personajes, sentir esa compasión, porque sería muy terrible y doloroso criticarlos (el personaje del padre es el que más me genera sensaciones encontradas: el tipo es un cabrón, pero también se ve abatido por la decepción y la desilusión, no es malo, pero a veces eso no es suficiente...), no obstante lo mal que se comportan y lo mal como la mierda que tratan a otras personas a veces. En última instancia Béla Tarr viene a destruir la vida húngara, o al menos esa ilusión de, no lo sé, bienestar que claramente enfurece al maestro húngaro que a zarpazo puro viene a mostrar que cualquier cosa que digan es mentira, que la gente pobre no recibe apoyo, vivienda, trabajo, que el régimen es pura burocracia, que para sobrevivir hay que allegarse a otras personas y mira tú los pequeños infiernos, los pequeños caos que se arman. Hay felicidad, hay paz por momentos, hay luces de optimismo dentro de todo, pero se ahogan en esa peste, en ese mar de mierda sin promesas ya que creer...
"Nido de familia" nos narra la situación de una familia, de un hogar apretujado con casi diez personas, el padre y la madre, los tres hijos, dos nietos y la esposa de uno de los hijos, que desesperada busca encontrar un departamento propio, especialmente cuando las críticas y las peleas con sus suegros se vuelven cada vez más violentas y virulentas. Una pequeña bomba de miseria que explota dentro de otra gran bomba de miseria, y he acá estos personajes, de carne y hueso, que son los que caen en el despojo y el vacío, lo cual, no obstante la estampa "realista" del film, contiene un hondo y amargo pozo de inquietudes filosóficas y existenciales, el cual, a la larga, hace de esta película algo más que una suerte de testimonio casi documental sobre una realidad concreta, hace de ella verdadero cine, cine rabioso en donde la imagen expresa con creces la voz de su autor, cine capaz de patear las pelotas de quienes cuanto lo merezcan y de conmocionar a quienes vean en el cine algo más que un simple producto mercantil...
Por último, Béla Tarr aún no despliega esa hipnótica estilización que comenzara con "Karhozat" (aunque algo me dice -a veces ojeo muy rápidamente las películas para comprobar calidad imagen-sonido y sincronización de subtítulos- que "Öszi almanach" fue el punto de inflexión, pero habrá que esperar a verla para afirmarlo o desmentirlo con propiedad, aunque carezco de propiedades, creo que ni siquiera poseo bolsillos), pero su cámara, sucia y cruda, in situ, que se lanza de lleno en esta destemplada cotidianidad, igualmente te atrapa por completo, clavándote sus fieras garras, y demostrando que desde sus inicios tenía dominado eso del tempo y el ritmo, su talento de observador fílmico.
Brutal.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario

Vamos, dime algo, así no me vuelvo loco...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...