The Ballad of Buster Scruggs - 2018

Directores: Joel & Ethan Coen

Primera historia: Una broma, una maldita broma imposible de tomarse en serio. Da vergüenza ajena. Eso sí, tiene buenas canciones.

Segunda historia: Otra broma más. Pretende ser ingeniosa; su narración es una lección de cómo no narrar. A pesar de todo James Franco no sobreactúa.

Tercera historia: Ya no es una broma. Ligeramente mejor que las anteriores. No es mala, en definitiva. Tiene una buena atmósfera coeniana, algo vago sobre la moral, lo tragicómico, de todas formas todo muy vago. Sale Liam Neeson, por decir algo. En cualquier caso, una historia totalmente olvidable.

Cuarta historia: Esta me gustó lo suyo. Tom Waits es un viejo en busca de oro. La historia habla de la naturaleza versus el hombre; el hombre contra el hombre (la codicia, la traición, etc.); el hombre llevando la destrucción a la naturaleza. Su mensaje no gustará porque en estos tiempos tener consciencia ecológica es peor que admitir ser un sodomita en familia conservadora y ultrareligiosa. Con todo, buena historia, amén de su, digamos, narración tradicional o clasicista si se quiere. Historia más concentrada en su narración, en lo que cuenta, que en ser "ingeniosa" o "graciosa". De todas formas ya tenemos en un pedestal a "El tesoro de Sierra Madre" y esta sería la versión para gente que no puede poner atención a algo por más de quince minutos.

Quinta historia: Otra buena historia. Buen relato de mala suerte, de las ironías del destino. Relato muy coeniano, pero comedido en dicha característica. Dos hermanos, un él y una ella, se unen a una caravana para viajar a Oregon, él para hacer negocios y ella para casarse, en teoría, con el, teóricamente, futuro socio de él. Una serie de hechos desafortunados dejará a la ella a la buena de Dios y, bueno, sí, las ironías... Sí, buen relato. Deja una buena sensación, aunque, como todas las historias de esta película, finalmente queda como una anécdota sin mayor importancia ni significación.

Sexta historia: Entretenida. Cinco pasajeros en una diligencia que no se detiene por nada del mundo. Un cazador de las montañas. Una buena señora cristiana. Un francés que juega al póker. Un irlandés (Brendan Gleeson) que trabaja junto a un inglés muy siútico, ambos cazadores de recompensa. Sin mayores sorpresas, los personajes se dedican a discutir todo el camino. Buena habilidad para engarzar diálogos, sin tanta chispa ni mala leche como suelen hacer los Coen. Lo mejor: ese coqueteo con lo tenebroso y lo tétrico, lo de ultratumba. Te hace pensar que ese viaje es un viaje a la... oh, bueno, qué importa.

En resumen: Una película inocua, intrascendente, decepcionante, blanda, insulsa, incoherente, inconsistente, una nadería con todas sus letras. Eso sí: tiene buenas imágenes, como pueden ver, pero, digámoslo de una forma delicada: son postales. Simples postales.

Es decir: para ser honestos: mala película. Mala, mala, mala. O, en su defecto, unos Coen muy, muy menores.