lunes, 28 de septiembre de 2015

Dark Command - 1940


Director: Raoul Walsh

  Sí, sí, que iba a comentar westerns de los treinta, pero maldita sea, algunos subtítulos se niegan a aparecer, y a veces me da por pensar que es personal, una cosa del mal karma de internet... A propósito, ¿saben dónde encontrar los de "Hell's Heroes" y "The Plainsman"?, porque les digo, lo he intentado con mucha fuerza e ímpetu, pero sin resultados. Al menos no me hecho a llorar del todo, y apelo a las otras películas que tengo guardadas por ahí. Oficialmente entramos a los cuarenta del western, aunque, cuando el cielo nos bendiga, se aparecerán aquellas de los treinta que han quedado rezagadas; no obstante, no podemos retrasarnos, hay que seguir adelante, enfrentarnos a lo que nos ofrece el porvenir, aceptar lo bueno y lo malo. "Dark Command" es uno de los varios western que el gran Raoul Walsh hizo a lo largo de los cuarenta, a todas luces el primero, y una excelente forma de comenzar la década.


  John Wayne con su amigo dentista van de ciudad en ciudad haciendo lo suyo, que es, respectivamente, ser dentista y mandar, de un tremendo puñetazo, a varios hombres al dentista (negocio redondo). El camino los pone en Kansas, lugar en el que además de haber un tenso clima político (sureños y norteños juntos y revueltos), el buen Wayne encuentra a la mujer que bien podría ser su esposa, aunque siempre hay otro pretendiente por ahí, y la lucha no sólo será por la dama, vamos, pues la guerra está a la vuelta de la esquina.


 Naturalmente hay diferencias entre ser una excelente película y ser una obra maestra, mitológica e imperecedera. Pero una buena película es una buena película, y si está bien hecha, si sus elementos narrativos funcionan con coherencia interna y sentido del ritmo, pues los adjetivos se vuelven algo más generosos; es inevitable, sobre todo para aquellos como yo que a decir verdad poco tienen que decir sobre las cosas más que un simple "análisis", rápido y superficial, de los elementos (siempre fáciles de distinguir) en vez del sentido de la obra, o incluso su significación para el cine mismo. No es que me proponga ser un gran teórico, pero a veces a uno le dan ganas de variar y superarse en lugar de repetirse. Lo digo porque me da cierto pudor pensar que estoy haciendo prácticamente el mismo comentario, esquemático y repetitivo, una y otra vez, considerando que cada película es única en su grandeza o su calidad de basura asquerosa. "Dark Command" es otra película que tiene dos relatos, uno relativo a su contexto histórico-social, el otro relativo al drama que se arma entre los personajes principales, cuyos conflictos eminentemente humanos (es decir, que trascienden época y contexto) se ven salpicados por los pormenores del entorno. John Wayne, un sujeto que en cierta forma es el matón del dentista, el que le manda sujetos sin dientes, que no sabe leer ni escribir, quiere casarse con la fina hija de un banquero, cuyo pretendiente es un profesor de escuela, culto y de elegantes maneras (sin duda de envidiable oratoria); salta a la vista que el conflicto va por las apariencias y las diferencias sociales, y si éstas son más importantes que la autenticidad de los afectos (siempre y cuando dichos afectos existan, claro, nada de hacerse ilusiones, vagos míos). Desde luego, no estamos en una ciudad tranquila donde lo que altere el ánimo colectivo sea el triangulo amoroso de algunos jóvenes; estamos en una ciudad de Kansas, estado convulsionado por los albores de la guerra civil y en la que sureños y norteños viven en tensión día a día, peleando por la supremacía moral de sus costumbres y valores, y que encuentra a cada pretendiente de un lado (algo impreciso en el caso de Wayne, que no distingue entre sureños y norteños al momento de defender a quien esté siendo tratado injustamente), dicho de otra manera, uno en el terreno de lo inmoral, el otro en un terreno más aceptable. Así, el lío romántico también mueve guerrillas y grupos de vigilantes, y ya se pueden ir imaginando el resto (no lo digo en un sentido de que sea previsible, sino porque ya era hora de detener el destripe argumental, si es que lo es...), con sus ires y venires. Eso sí, debo decir que "Dark Command" utiliza el trasfondo socio-político de manera más instrumental que como una reflexión ética sobre la guerra o la justicia (que hay, por supuesto, sólo que no de manera preponderante), al igual que el tema de las diferencias sociales de los pretendientes. Quizás el dilema moral vendría por el lado de la dama en disputa, que ama al "bueno" pero que de momento prefiere al "malo", decisión puramente pragmática que aún así la carcome por dentro. A pesar de esa luz, la ambiguedad no es el tema de la película como la toma de acción y el no dejarse engañar fácilmente por cosas superfluas. Lo cierto es que verán una película de preciso y directo conflicto, que no se va por las ramas y que sabe fluir entre la tensión interna y la externa de sus personajes, dirigida con la buena mano de Walsh, y que cuenta con un rico trasfondo histórico que le agrega capas a esta excelente obra. Me parece interesante que se empiece con un tono francamente ligero y encantador (ver al gran John Wayne enredarse solo del puro nerviosismo, amilanarse ante su enamorada, es divertido y hasta adorable) que luego deviene en putrefacción humana total. Sí señor, la película avanza a paso firme y sin desviaciones, y sus noventa minutos son difíciles de reprochar, pues hay de todo lo necesario para disfrutar: sentido del humor, trasfondo histórico, preciso y bien planteado conflicto, notable ejecución formal (sentido del ritmo y la imagen), etc. Si la gracia es ver y conocer películas, ¿no?

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