viernes, 11 de septiembre de 2015

Salesman - 1969


Dirección: Albert & David Maysles y Charlotte Zwerin

  Seguimos con los documentales, sí señor, este fin de semana dedicado a tres obras de los hermanos Maysles y compañía, documentales que son bastante famosos y laureados, y que ya vistos noto el porqué. "Salesman" se enmarca dentro del direct cinema, corriente que busca la mayor autenticidad del documental mediante la observación y la no intrusión/intervención del documentalista, y que fue una especie de continuación o sana respuesta norteamericana al cinéma verité propuesto por Jean Rouch, con las naturales diferencias entre caso y caso. "Salesman" es un estimable documental que a pesar de los reproches que se me vienen a la mente logra erigirse como un triste y oscuro relato y retrato de unos hombres que se dedican a vender biblias, particularmente del que no logra sobreponerse a la merma en sus ventas mientras ve cómo los otros tienen más éxito que él. Un viaje por la miseria, sin duda alguna.



  Partiré con el reproche porque así es más fácil. Avanzado el metraje la acción se vuelve iterativa y las constantes ventas que acaban en fracaso o éxito dejan de ofrecer indicios de personalidad o conflicto, si bien tampoco puedo afirmar que no deje de ser incómodo ver la manera en que el tipo más miserable fracasa una y otra vez, especialmente por el hartazgo que su rostro ya no puede ocultar o la decepción que sus colegas intentan disimular. Más allá de eso, insisto, la acción en sí es larga y hasta tediosa, igual que una venta fallida... Ni siquiera el montaje logra generar una continuidad rítmica que insufle ritmo (o propósito) al relato, valga la redundancia. Paradójicamente, "Salesman" va ganando a medida que se acerca el final, justamente por la creciente incomodidad que genera el fracaso de Paul, el tipo que peor lo hace, que para más lamentaciones tal parece que no es un completo fracaso toda vez que un par de colegas afirman que el tipo ha llegado a recaudar cincuenta dólares diarios en algún momento, sin contar el par de exitosas ventas que nosotros mismos atestiguamos. ¿Por qué, entonces, su hartazgo, su deterioro personal y hasta mental? ¿Es una mala racha puntual o algo incluso peor, una decadencia sostenida e inevitable?, ¿qué se esconde tras el comprensible enojo por la pérdida de tiempo y energía? ¿Frustraciones, sueños rotos, cansancio vital? Antes de que el personaje de Paul comenzara a dibujarse (y con él su conflicto, y con su conflicto un sugerido aunque no explicitado feudo con sus colegas de mejor desempeño), eso sí, "Salesman" carece de un conflicto mayor o de cierta dirección, haciendo de los paseos e intentos de ventas de estos hombres entes únicos y autoconclusivos que por momentos se entrampan en la generación de coherencia interna, sin mencionar el que a veces algunas negociaciones/escenas no son realmente entretenidas ni ofrecen algún aporte narrativo-sustancial. Simplemente estamos viendo hombres que venden biblias, asisten a reuniones y conversan entre sí, pero poco más, y es interesante que la no historia y la no coherencia argumental sea un impedimento en vez de un impulso como en los documentales de Frederick Wiseman, aunque sería injusto comparar estilos tan distintos (además, Wiseman se despoja de aún más elementos narrativos, riesgo que bien vale la pena); pienso que acá el tema va por los personajes, problema notorio hasta que Paul comienza a desequilibrarse lenta y tortuosamente, y por lo mismo darle (recién entonces) intención y fondo al documental. Pasamos de ver a un grupo de hombres hacer un trabajo aburrido a ver a un grupo de hombres conviviendo con un elemento desesperado y deteriorado. El plano final de "Salesman" es realmente desgarrador: una mirada al vacío, a las propias miserias y al rotundo fracaso personal, la decepción que consume al hombre. "Salesman" es más dura de lo que aparenta, pero no es regular y el conjunto puede flaquear en más ocasiones de las aceptables. Aunque no me haya encantado especialmente, aunque me haya dejado más o menos indiferente, es imposible negar la importancia ulterior y la calidad subyacente de "Salesman", que por desgracia no logra ser un constante golpe a las entrañas a lo largo de sus noventa minutos, ya sea por el tardío montaje como por los ausentes (tomen la palabra de manera literal o metafórica) personajes. Pienso que "Salesman" funciona mejor como un todo que como una concatenación de hechos, y considerando que el todo no es precisamente sólido y redondo... Tener un buen final no es suficiente, pero no les hará daño darle una mirada a esta pieza documental. Se pueden aprender varias cosas, sacar su buen par de conclusiones.

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