Director: Alex Ross Perry
Pero qué gran día es el 27 de diciembre, fecha de nacimiento de grandes nombres del cine como Marlene Dietrich, Sydney Greenstreet (que debutó en la actuación con "The Maltese Falcon", nada menos, y luego ya pueden ver su filmografía), Michel Piccoli, Gérard Depardieu y Gaspar Noé. También nacieron este día Hayley Williams (la que en un punto de mi vida me enamoró por completo, o si no miren el videoclip de "That's what you get"), Joan Manuel Serrat y Juan Luis Sanfuentes, a quien no conocía pero que, me entero recién, fue el decimoséptimo presidente de Chile. ¿Y por qué importan tanto sus cumpleaños? Pues porque hoy también cumple años un joven soñador llamado Jimmy FDZ, quien está bastante orgulloso de su fecha de nacimiento y signo zodiacal. Y fue un buen día: me permití un placentero regalo, una ida gratis al cine y mucha comida rica en mi casa. Mi vecina, con quien tuve un fugaz romance preadolescente, está de cumpleaños el 26, y vaya que es rara la cosa, especialmente porque le cantaron el feliz cumpleaños pasadas las 0:00 horas, lo que significa que en realidad ya no tenía sentido, pero oigan, que no me meto en la vida ajena. En fin, mucho blabla (es necesario transmitir y transmitir estas nimiedades para no sentirse un robot programado para redactar comentarios) y pocas nueces: acá una que me llamaba bastante la atención, principalmente por el protagonismo de Elisabeth Moss, pero también por lo particular de su propuesta. "Queen of Earth" es una de las rarezas de la temporada, y a mí me ha gustado bastante.
Elisabeth Moss es una muchacha que no lo ha pasado bien (su padre se suicidó, su novio la dejó), y por lo mismo, junto a su aparentemente mejor amiga, se van por unos días a descansar en una apacible casa ubicada junto a un lago. Pero la soledad y el aislamiento no sanará heridas, por el contrario, las abrirá y retorcerá sin misericordia.
Me gusta mucho el rostro de Elisabeth Moss, me encanta, desde "Mad Men", cuando interpretaba genialmente a la suprema Peggy Olson. Y luego también la vi en "Top of the lake". Y ahora veo "Queen of Earth" mayoritariamente por ella, aunque al menos me dejó el interés en la filmografía de Alex Ross Perry. Katherine Waterston también está muy bien, también tiene un rosto que por alguna razón me gusta y seduce. Está claro que esta película, planteada como un duelo interpersonal de rencores, amores e impresiones, iba a ser muy sensual, no necesariamente sexual pero sí muy de piel, de sensaciones, percepciones, subjetividades. Venganza moral, ¿justicia divina?, mal karma, las crueles vueltas de la vida, las inverosímiles culpas que nos lanzamos los unos a los otros, el odio que crece de la nada, la amistad rota, la vida en mil pedazos. "Queen of Earth" es de argumento mínimo, circunstancial; se centra en la psicología de sus personajes y la complejidad en las dinámicas que se dan entre ellos, aunque, vale la pena decirlo, el director, aparentemente, tampoco pretende profundizar demasiado en temas psicoanalíticos ni buscar respuestas a conflictos dados, como determinar el porqué de tal cosa o cualquier otro motivo narrativo catártico y redentor. "Queen of Earth" es una película oscura y densa, con una atmósfera opresiva, cargada de extrañeza e inquietud, de ambigüedad psicológica; no es una película fácil de describir, pues es tan abierta en el desarrollo del conflicto como cerrado en su planteamiento original, ambas sentencias formuladas como elogios y no otra cosa, que conste. En palabras más simples, "Queen of Earth" es la sistemática caída a la locura de su protagonista, una muchacha aparentemente ególatra y que se siente el centro del universo, como le reprochan el resto de los personajes (y lo que explicaría el título), que cuando se queda sin soporte alguno (sin una figura masculina que actúe como red vital), ¡zas!, directo al infierno. El director no juega con secretos ni nada por el estilo, con giros que hagan explotar cerebros, más bien juega con la percepción de la protagonista, perseguida por sus inseguridades y demás trampas mentales a las que desesperadamente se aferra con sus últimas fuerzas. Me ha gustado la elegante y paciente ejecución de Alex Ross Perry y que nos lance de inmediato en la tormenta, sin muchas explicaciones ni nada por el estilo, simplemente generando un permanente estado de alerta e incomodidad; por lo demás, la referencia a "Repulsion" de Polanski me parece deliciosa (de hecho, pienso que también, lo contrario luce imposible, se referencia a "What ever happened to Baby Jane?" y "Hush... hush, sweet Charlotte", ambas de Robert Aldrich. Lástima que aún no las he visto). Demás está decir que estamos ante una película de ritmo pausado (arrítmico, de hecho, nada malo) y narrativa nada convencional ni acomodaticia, pues como he dicho, es todo atmósfera e impresión, sumersión. Ambas actrices están notables (sobre todo mi querida Elisabeth Moss), y qué puedo decir, "Queen of Earth" es una interesantísima película que vale la pena ver y explorar, pero no esperen que vaya a ser fácil. ¿A quién no le gusta los desafíos?
Me gusta mucho el rostro de Elisabeth Moss, me encanta, desde "Mad Men", cuando interpretaba genialmente a la suprema Peggy Olson. Y luego también la vi en "Top of the lake". Y ahora veo "Queen of Earth" mayoritariamente por ella, aunque al menos me dejó el interés en la filmografía de Alex Ross Perry. Katherine Waterston también está muy bien, también tiene un rosto que por alguna razón me gusta y seduce. Está claro que esta película, planteada como un duelo interpersonal de rencores, amores e impresiones, iba a ser muy sensual, no necesariamente sexual pero sí muy de piel, de sensaciones, percepciones, subjetividades. Venganza moral, ¿justicia divina?, mal karma, las crueles vueltas de la vida, las inverosímiles culpas que nos lanzamos los unos a los otros, el odio que crece de la nada, la amistad rota, la vida en mil pedazos. "Queen of Earth" es de argumento mínimo, circunstancial; se centra en la psicología de sus personajes y la complejidad en las dinámicas que se dan entre ellos, aunque, vale la pena decirlo, el director, aparentemente, tampoco pretende profundizar demasiado en temas psicoanalíticos ni buscar respuestas a conflictos dados, como determinar el porqué de tal cosa o cualquier otro motivo narrativo catártico y redentor. "Queen of Earth" es una película oscura y densa, con una atmósfera opresiva, cargada de extrañeza e inquietud, de ambigüedad psicológica; no es una película fácil de describir, pues es tan abierta en el desarrollo del conflicto como cerrado en su planteamiento original, ambas sentencias formuladas como elogios y no otra cosa, que conste. En palabras más simples, "Queen of Earth" es la sistemática caída a la locura de su protagonista, una muchacha aparentemente ególatra y que se siente el centro del universo, como le reprochan el resto de los personajes (y lo que explicaría el título), que cuando se queda sin soporte alguno (sin una figura masculina que actúe como red vital), ¡zas!, directo al infierno. El director no juega con secretos ni nada por el estilo, con giros que hagan explotar cerebros, más bien juega con la percepción de la protagonista, perseguida por sus inseguridades y demás trampas mentales a las que desesperadamente se aferra con sus últimas fuerzas. Me ha gustado la elegante y paciente ejecución de Alex Ross Perry y que nos lance de inmediato en la tormenta, sin muchas explicaciones ni nada por el estilo, simplemente generando un permanente estado de alerta e incomodidad; por lo demás, la referencia a "Repulsion" de Polanski me parece deliciosa (de hecho, pienso que también, lo contrario luce imposible, se referencia a "What ever happened to Baby Jane?" y "Hush... hush, sweet Charlotte", ambas de Robert Aldrich. Lástima que aún no las he visto). Demás está decir que estamos ante una película de ritmo pausado (arrítmico, de hecho, nada malo) y narrativa nada convencional ni acomodaticia, pues como he dicho, es todo atmósfera e impresión, sumersión. Ambas actrices están notables (sobre todo mi querida Elisabeth Moss), y qué puedo decir, "Queen of Earth" es una interesantísima película que vale la pena ver y explorar, pero no esperen que vaya a ser fácil. ¿A quién no le gusta los desafíos?
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