Creador: Frank Darabont
Finalmente, ¡la última serie que comentamos hoy día! Que malditamente agotador, pero las películas, y con razón, mandan. ¡Tres series y tres decepciones (más o menos)! Pues eso, vayamos con la estrella de la función, "The Walking Dead", que es la estrella no porque sea rematadamente buena sino porque estaba esperando con ansias su final, ya saben, al buen Negan y su sensual amiga Lucille. La sexta temporada es la más aceptable en mucho tiempo, y esta segunda parte todavía más; por desgracia, siguen estando presentes los mismos problemas de siempre: el efectismo barato, la psicología barata, los rellenos baratos, la cursilería barata, etc. La séptima temporada debe ser mejor, debe ser genial... más les vale, pues esa será la temporada de Negan, y con Negan no se juega.
Quedamos en que Rick y los suyos debían defenderse del ataque de los lobos y de la invasión de los zombis. Pero lo más importante es que descubrirán que no son los únicos que tienen una comunidad armada, y, más aún, que una de ellas es realmente peligrosa. La sombra de Negan amenazará durante los ocho episodios de esta segunda tanda.
Quedamos en que Rick y los suyos debían defenderse del ataque de los lobos y de la invasión de los zombis. Pero lo más importante es que descubrirán que no son los únicos que tienen una comunidad armada, y, más aún, que una de ellas es realmente peligrosa. La sombra de Negan amenazará durante los ocho episodios de esta segunda tanda.
"The Walking Dead" podría ser una muy buena serie si decidiera concentrarse en la acción, en problemas o conflictos que demanden acción y no reflexión, pues los guionistas no saben escribir diálogos y sus personajes, en su gran mayoría, dan risa. Los que se salvan lo hacen porque sus actores, después de tanto tiempo, se adueñaron de sus roles y pueden hacer lo que quieran, se defienden en el terreno. Aún así, no soporto la maldita ñoñez de Glenn y Maggie. Ya he dicho que Rick Grimes es el puto amo y que Andrew Lincoln lo interpreta con fuerza (me gusta que mientras más violento se ponga, más barba le crezca). De esta forma, alternamos entre episodios realmente buenos en que Rick Grimes y los suyos deben ir de allá para acá solucionando problemas, manteniendo la intensidad y el ritmo, con otros en donde se la pasan hablando cosas que a nadie interesa (no estoy en contra de películas y series eminentemente dialógicas, pero si no sabes escribir diálogos, entonces no lo hagas) a ritmo de tortuga agonizante, y un tercer grupito medianamente aceptable consistente de capítulos relleno en donde se monta todo un circo para que una cosita ocurra (aunque debo decir que esos rellenos no están realmente mal). Al menos no hicieron otro episodio dedicado a un solo personaje. Ahora podría comentar hechos específicos, como el incomprensible arco que le crearon a Carol y por qué demonios mantienen con vida al maldito idiota de Morgan y su filosofía de bolsillo, pero no me voy a meter en eso. Lo cierto es que si fueran 12 episodios y no 16, la cosa quedaría más compacta, intensa y memorable. Si quieren pensamientos sobre hechos determinados, les recomiendo que echen un vistazo a los doodles de este sujeto, con quien concuerdo casi en todo. Al menos se reirán y se darán cuenta de las equivocaciones en que incurre la serie, ¡y con bonitas ilustraciones!
El último episodio, en el que aparece Negan por primera vez, tampoco está nada de mal; en realidad es bastante bueno, probablemente el mejor de la temporada: descontando las sobrantes escenas entre Carol y Morgan, el season finale tiene una progresión narrativa realmente notable y cuidada, una atmósfera paulatinamente pesimista, una tensión in crescendo asfixiante y una manera de presentar a Negan que asusta a cagar, aunque el remate no fue digno de tan rescatable construcción. Sobre Negan, debo decir que me lo imaginaba más psicótico e incluso más fortachón (y eso que Jeffrey Dean Morgan no es ningún flacucho), sin mencionar que la barba sobra, pero el tipo tiene madera de Negan. Ahora sólo falta que lo dejen maldecir tanto como lo hace en el cómic, y que no escondan cuando le da por moler la cabeza de nuestros amigos. Al respecto, un par de cosas: los salvadores deberían tener un look más apocalíptico, y tanto a mí como a un amigo nos hacía ruido que fueran tan fáciles de matar: los chicos de Negan no son ningunos pollos ni se visten como oficinistas. Lo otro: el puto cliffhanger es realmente una mierda. Todos saben que Negan mata a alguien, pero nadie sabe a quién (en la serie, claro); llegado el momento, no muestran a la víctima. Todo un gancho para la próxima temporada. Yo pienso que hubiese sido más impactante mostrar al muerto, incluso atraería más espectadores. Pero el efectismo barato marca de la casa del actual showrunner es más fuerte que la integridad narrativa: una verdadera vergüenza (se comprobó que a nadie le gustó este final). Sólo espero que no hagan esos trucos en el porvenir, porque Negan no se anda con sutilezas y no merece tal tratamiento.
"The Walking Dead" tendrá personajes melosos y arrebatos de filosofía y psicología barata, pero esta temporada, y específicamente esta segunda parte, es lo mejor que se ha visto desde el cuarto ciclo, e incluso del tercero. Si quieren verdadera calidad, lean el cómic de Robert Kirkman, una obra maestra del noveno arte, el cual tiene poco más de 150 números publicados. Y, por último, qué agrado ver a Trevor de GTA V como importante secuaz de Negan. Se necesitan actores con esa clase de carisma. Y "The Walking Dead" necesita mejorar, decidirse y cortar la mierda. Si lo hiciera podría ser una gran serie.
El último episodio, en el que aparece Negan por primera vez, tampoco está nada de mal; en realidad es bastante bueno, probablemente el mejor de la temporada: descontando las sobrantes escenas entre Carol y Morgan, el season finale tiene una progresión narrativa realmente notable y cuidada, una atmósfera paulatinamente pesimista, una tensión in crescendo asfixiante y una manera de presentar a Negan que asusta a cagar, aunque el remate no fue digno de tan rescatable construcción. Sobre Negan, debo decir que me lo imaginaba más psicótico e incluso más fortachón (y eso que Jeffrey Dean Morgan no es ningún flacucho), sin mencionar que la barba sobra, pero el tipo tiene madera de Negan. Ahora sólo falta que lo dejen maldecir tanto como lo hace en el cómic, y que no escondan cuando le da por moler la cabeza de nuestros amigos. Al respecto, un par de cosas: los salvadores deberían tener un look más apocalíptico, y tanto a mí como a un amigo nos hacía ruido que fueran tan fáciles de matar: los chicos de Negan no son ningunos pollos ni se visten como oficinistas. Lo otro: el puto cliffhanger es realmente una mierda. Todos saben que Negan mata a alguien, pero nadie sabe a quién (en la serie, claro); llegado el momento, no muestran a la víctima. Todo un gancho para la próxima temporada. Yo pienso que hubiese sido más impactante mostrar al muerto, incluso atraería más espectadores. Pero el efectismo barato marca de la casa del actual showrunner es más fuerte que la integridad narrativa: una verdadera vergüenza (se comprobó que a nadie le gustó este final). Sólo espero que no hagan esos trucos en el porvenir, porque Negan no se anda con sutilezas y no merece tal tratamiento.
"The Walking Dead" tendrá personajes melosos y arrebatos de filosofía y psicología barata, pero esta temporada, y específicamente esta segunda parte, es lo mejor que se ha visto desde el cuarto ciclo, e incluso del tercero. Si quieren verdadera calidad, lean el cómic de Robert Kirkman, una obra maestra del noveno arte, el cual tiene poco más de 150 números publicados. Y, por último, qué agrado ver a Trevor de GTA V como importante secuaz de Negan. Se necesitan actores con esa clase de carisma. Y "The Walking Dead" necesita mejorar, decidirse y cortar la mierda. Si lo hiciera podría ser una gran serie.
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