Director: Don Siegel
Oye pero qué denso, deprimente y ulteriormente cursi es el octavo episodio de la tercera temporada de "Mr. Robot". Daba la impresión que al creador recién lo habían pateado y estaba tan triste que comenzó a escribir este episodio sobre la futilidad de existir pero antes de terminarlo la novia decidió volver con él y entonces se dio cuenta que la vida es super hermosa. Tan innecesario, típico relleno... Las epifanías y la melancolía le quedan bien a la gran y maravillosa "The Leftovers", que "Mr. Robot" siga con sus conspiraciones, miren que esta temporada le está quedando bastante bien a pesar de este episodio tan anodino (más encima repleto de referencias pop mainstream... así cualquiera se hace el simpático). Pero dejando estas cosas de lado, ya estamos casi rozando el final de esta incompleta pero feliz retrospectiva al cine de Don Siegel, que en los setenta hizo varias películas como esta (nosotros somos testigo de ello, digo, si me han acompañado estos días), historias simples o delirantes convertidas en thrillers más o menos efectivos pero siempre dignos de visionado. "Telefon" es... bueno, de eso vamos a hablar ahora mismo...
En cierta forma "Telefon" es una película de espías, pero Siegel la ejecuta como una desenfadada y polvorienta road movie en donde Charles Bronson, que es ¡Oficial de la KGB!, recorre Estados Unidos en busca de un soviético traidor que desertó de la URSS luego de robar una libreta con los nombres, direcciones y números telefónicos de agentes rusos encubiertos repartidos a lo largo y ancho de Estados Unidos. La gracia es que estos agentes están condicionados de tal forma que, al escuchar el fragmento de un poema de Robert Frost, se ponen en piloto automático para cumplir con su asignada misión suicida: destruir algún establecimiento militar. El villano sólo debe marcar números y ver los fuegos artificiales. ¿Y por qué Bronson quiere detener esto, si se supone que los estadounidenses son los enemigos? Pues porque entre ambos gobiernos la cosa se estaba calmando y si los gringos se enteran que los soviéticos son responsables de estos ataques (y para qué estamos con cosas: los gringos, poco dados a los matices y las sutilezas, no entenderían el entuerto aunque te tomaras un millón de años en explicárselos) la guerra nuclear no se haría esperar.
"Telefon" tendrá una premisa delirante y un guión desordenado que a veces se torna redundante y demasiado explicativo, pero si como película acaba siendo un entretenido y ligero espectáculo de explosiones es por obra y gracia del excelente oficio de Don Siegel, quien equilibra algunas secuencias inevitablemente tediosas con otras de gran altura cinematográfica, como la escena del DougOUT (un bar-restaurant), brutal ejemplo de cómo manejar la tensión a gusto y dominar con agilidad el tiempo y el espacio. No olvidemos que estamos hablando del director de "The Killers", "The Beguiled" y "Harry el Sucio", por mencionar tres. Y acompañando a Charles Bronson en su travesía veremos a nada menos que Lee Remick y Donald Pleasance (otra vez, amigo).
Un divertimento irregular e imperfecto pero, dentro de todo, efectivo y ameno. Además tiene un muy buen final que seguramente los dejará con una sonrisa. Siempre es bueno finalizar las cosas con buen ánimo.
...por eso no me gusta hacer llamadas telefónicas... ni responderlas...
En cierta forma "Telefon" es una película de espías, pero Siegel la ejecuta como una desenfadada y polvorienta road movie en donde Charles Bronson, que es ¡Oficial de la KGB!, recorre Estados Unidos en busca de un soviético traidor que desertó de la URSS luego de robar una libreta con los nombres, direcciones y números telefónicos de agentes rusos encubiertos repartidos a lo largo y ancho de Estados Unidos. La gracia es que estos agentes están condicionados de tal forma que, al escuchar el fragmento de un poema de Robert Frost, se ponen en piloto automático para cumplir con su asignada misión suicida: destruir algún establecimiento militar. El villano sólo debe marcar números y ver los fuegos artificiales. ¿Y por qué Bronson quiere detener esto, si se supone que los estadounidenses son los enemigos? Pues porque entre ambos gobiernos la cosa se estaba calmando y si los gringos se enteran que los soviéticos son responsables de estos ataques (y para qué estamos con cosas: los gringos, poco dados a los matices y las sutilezas, no entenderían el entuerto aunque te tomaras un millón de años en explicárselos) la guerra nuclear no se haría esperar.
"Telefon" tendrá una premisa delirante y un guión desordenado que a veces se torna redundante y demasiado explicativo, pero si como película acaba siendo un entretenido y ligero espectáculo de explosiones es por obra y gracia del excelente oficio de Don Siegel, quien equilibra algunas secuencias inevitablemente tediosas con otras de gran altura cinematográfica, como la escena del DougOUT (un bar-restaurant), brutal ejemplo de cómo manejar la tensión a gusto y dominar con agilidad el tiempo y el espacio. No olvidemos que estamos hablando del director de "The Killers", "The Beguiled" y "Harry el Sucio", por mencionar tres. Y acompañando a Charles Bronson en su travesía veremos a nada menos que Lee Remick y Donald Pleasance (otra vez, amigo).
Un divertimento irregular e imperfecto pero, dentro de todo, efectivo y ameno. Además tiene un muy buen final que seguramente los dejará con una sonrisa. Siempre es bueno finalizar las cosas con buen ánimo.
...por eso no me gusta hacer llamadas telefónicas... ni responderlas...
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