Directora: Jennifer Kent
Supongo que se podía adivinar que la siguiente parada en este terrorífico fin de semana era la opera prima de Jennifer Kent, probablemente la película mejor evaluada de las que se comentarán estos tres días. "The Babadook" es, efectivamente, una película angustiante que sabe crear una atmósfera a partir de potentes y escasos elementos, y luego desarrollar una narración que le haga justicia a dicha atmósfera y viceversa, pero puede que tantas buenas palabras me hayan elevado demasiado las expectativas. O quizás yo no estoy hecho para las películas de terror (un término vago, lo que hace todo esto aún más impreciso); lo que importa es que al menos se disfruta, y bastante, de esta desconcertante cinta.
Una viuda notoriamente cansada y esforzada debe cuidar ella sola a su hiperactivo, inocente e imaginativo hijo, que suele ir causando problemas por ahí, pero tal como al Chapulín Colorado, al pobre no le tienen paciencia. Por desgracia, un tétrico cuento sumerge a madre e hijo en una terrible pesadilla que los lanzará de lleno en lo más oscuro e insondable de sus seres.
Pueden surgir paralelismos entre "It follows" y "The Babadook", uno de los principales que lo que mejor le hace a ambas películas es el carácter invisible de sus fuerzas antagónicas, esos entes paranormales que prácticamente no tienen límites. En ambos casos la invisibilidad contribuía a generar una sensación de inquietud que incluso en los momentos en que "no pasa nada" persiste debido a que ese algo puede estar a la vuelta de la esquina y aparecer, ya sea en forma de alguien que camina directamente hacia ti o en forma de una cosa que a mí me ha recordado un poco a Nosferatu. El punto es que el monstruo está ahí, al acecho, y uno puede sentir su presencia, sin mucho por hacer para detenerlo salvo temer. Éso, amigos míos, genera inquietud (llámenlo miedo si quieren). Claro que en "It follows" la fuerza invisible progresivamente pierde intensidad y gasolina; las loas van dirigidas al Mr. Babadook de "The Babadook", aunque las cualidades desplegadas por la directora tampoco son para celebrar desmesuradamente, pues de lo estrictamente psicológico pasa al exceso físico y visual que, francamente, no ha quedado pulcro y ni de lejos logra inquietar de la misma forma en que lo hacía cuando la presencia era invisible y psicológica. Dicho de otra forma, prefiero la figura narrativa del monstruo interno más que la del monstruo externo, una vana decoración, si bien a veces la línea que separa ambos planos es difusa y, por ende, más estimulante que la mera aparición de este monstruo.
Siguiendo con los paralelismos con "It follows", si entendemos que un relato de terror debe tener otro relato o conflicto de orden cotidiano, entonces el conflicto de "The Babadook" es perfecto, en contraposición con el de la cinta de Mitchell, que no deja de ser otra "historia" más sobre adolescentes indecisos y sin carisma alguno (y si le suman que el terror es descafeinado, entonces el resultado es mucho ruido y pocas nueces), pues esta conmovedora e intensa historia sobre una sufrida madre y un hijo sin maldad en su corazón que sólo quiere protegerla se complementa sin problema alguno con el terror del monstruo interno/externo que amenaza con destruir el amor familiar. Es ahí donde "The Babadook" destaca más, primero sumiéndonos en el intenso y doloroso drama de una madre cuyo hijo cada vez la exaspera más (sobre todo por agentes externos, más terrible e injusto aún), para posteriormente mezclar esa creciente exasperación con la maldad de una fuerza de valor metafórico incuestionable: se debe enfrentar el monstruo que todos tenemos dentro, reconocerlo. Es curioso que esta palabra, MONSTRUO, me aparezca hasta en la sopa justo en estos días en que he visto el animé de "Monster", que no es del todo similar pero presenta algunos elementos cuyas coincidencias son innegables: primero, que el monstruo en el interior cada vez se hace más grande y más fuerte; segundo, que dicho crecimiento se debe solamente a la falta de amor, al abandono maternal y soledad filial. Si el amor de la madre de "The Babadook" no hubiera sido tan grande, quizás qué atrocidades hubiésemos visto (aunque el perro, siempre el pobre perro, no esté de acuerdo). Como curiosidad extra, si estoy bien informado, ésta cinta es una expansión de un cortometraje de la misma Jennifer Kent, cortometraje titulado "Monster".
En resumidas cuentas, "The Babadook" funciona pero no es para nada perfecta: entre lo bien construida que está la atmósfera, exclusivamente amén de la psicología de sus dos personajes principales, la directora pierde (nada muy grave) el pulso cuando decide resolver el conflicto mediante la truculencia visual, que si bien sobrecoge un poco, no está a la altura de la tensión psicológica generada durante el desarrollo. De hecho, tantos fuegos artificiales parecen demasiado para la resolución, o quizás ésta se hace insuficiente para lo complicado que lo tenían los personajes. Pero en fin, cada uno vive el terror de distintas formas, aunque la cosa va por otro lado: la resolución se entiende y funciona en su aspecto sustancial y moral, pero en lo concerniente al relato, la narración, parece algo simplona. Como en "It follows", lo más terrorífico parece ser que todo mal nunca nos dejará vivir en paz, y que nosotros tenemos que aprender a vivir con él, sin volver a ignorar su existencia. Sin duda interesantes ideas, que como debe haber quedado claro, encuentran mejor ejecución en "The Babadook", la cual no tendrá mi completo apoyo y compromiso, pero qué diablos, si la ven con una bella y asustadiza chica que busca "protección" en los brazos del sujeto más cercano, pues claro que funciona, después de todo es muy entretenida. Y sí, me ha gustado, no sé qué tantas vueltas me doy... Pero aclaro: lo que más me ha gustado es el drama familiar acrecentado por el terror, no el terror en sí; espero me comprendan, tampoco quiero ser aguafiestas.
Y los actores: qué geniales actores. La dulce mamá me ha encantado un montón, y la inocencia y bondad del chico me han conmovido por completo. También se necesita eso, querido Mitchell: buenos personajes.
Siguiendo con los paralelismos con "It follows", si entendemos que un relato de terror debe tener otro relato o conflicto de orden cotidiano, entonces el conflicto de "The Babadook" es perfecto, en contraposición con el de la cinta de Mitchell, que no deja de ser otra "historia" más sobre adolescentes indecisos y sin carisma alguno (y si le suman que el terror es descafeinado, entonces el resultado es mucho ruido y pocas nueces), pues esta conmovedora e intensa historia sobre una sufrida madre y un hijo sin maldad en su corazón que sólo quiere protegerla se complementa sin problema alguno con el terror del monstruo interno/externo que amenaza con destruir el amor familiar. Es ahí donde "The Babadook" destaca más, primero sumiéndonos en el intenso y doloroso drama de una madre cuyo hijo cada vez la exaspera más (sobre todo por agentes externos, más terrible e injusto aún), para posteriormente mezclar esa creciente exasperación con la maldad de una fuerza de valor metafórico incuestionable: se debe enfrentar el monstruo que todos tenemos dentro, reconocerlo. Es curioso que esta palabra, MONSTRUO, me aparezca hasta en la sopa justo en estos días en que he visto el animé de "Monster", que no es del todo similar pero presenta algunos elementos cuyas coincidencias son innegables: primero, que el monstruo en el interior cada vez se hace más grande y más fuerte; segundo, que dicho crecimiento se debe solamente a la falta de amor, al abandono maternal y soledad filial. Si el amor de la madre de "The Babadook" no hubiera sido tan grande, quizás qué atrocidades hubiésemos visto (aunque el perro, siempre el pobre perro, no esté de acuerdo). Como curiosidad extra, si estoy bien informado, ésta cinta es una expansión de un cortometraje de la misma Jennifer Kent, cortometraje titulado "Monster".
En resumidas cuentas, "The Babadook" funciona pero no es para nada perfecta: entre lo bien construida que está la atmósfera, exclusivamente amén de la psicología de sus dos personajes principales, la directora pierde (nada muy grave) el pulso cuando decide resolver el conflicto mediante la truculencia visual, que si bien sobrecoge un poco, no está a la altura de la tensión psicológica generada durante el desarrollo. De hecho, tantos fuegos artificiales parecen demasiado para la resolución, o quizás ésta se hace insuficiente para lo complicado que lo tenían los personajes. Pero en fin, cada uno vive el terror de distintas formas, aunque la cosa va por otro lado: la resolución se entiende y funciona en su aspecto sustancial y moral, pero en lo concerniente al relato, la narración, parece algo simplona. Como en "It follows", lo más terrorífico parece ser que todo mal nunca nos dejará vivir en paz, y que nosotros tenemos que aprender a vivir con él, sin volver a ignorar su existencia. Sin duda interesantes ideas, que como debe haber quedado claro, encuentran mejor ejecución en "The Babadook", la cual no tendrá mi completo apoyo y compromiso, pero qué diablos, si la ven con una bella y asustadiza chica que busca "protección" en los brazos del sujeto más cercano, pues claro que funciona, después de todo es muy entretenida. Y sí, me ha gustado, no sé qué tantas vueltas me doy... Pero aclaro: lo que más me ha gustado es el drama familiar acrecentado por el terror, no el terror en sí; espero me comprendan, tampoco quiero ser aguafiestas.
Y los actores: qué geniales actores. La dulce mamá me ha encantado un montón, y la inocencia y bondad del chico me han conmovido por completo. También se necesita eso, querido Mitchell: buenos personajes.
Interesante post! A ver.... The Babadook, la tengo pendiente de ver. Ya te contaré. "It Follows", me parece una joyita maravillosa.
ResponderBorrarSaludos!
Definitivamente necesito desprejuiciarme a la hora de ver pelis de terror, pero es que no puedo dejar de ser tan serio... En fin, así son las preferencias. "The Babadook" es buena, de seguro te hará pasar un intenso rato.
BorrarSaludos.