Director: Steven Spielberg
De vez en cuando la norma se rompe y uno gana cosas, en la presente ocasión, entradas gratis para ir a la avant-premire de "Bridge of Spies", la última película de Spielberg a la fecha. Hoy se estrena, así que qué mejor día para subir el comentario, que ha tenido dos días de responsables pensamientos y consideraciones. Es buena película, ¿la grande de la temporada?, ni loco. Pero es Spielberg y es solvente, así que ya saben que cumplirá, sabiendo eso, el visionado a uno lo deja conforme, no con pocas inquietudes y dudas en la mente, pero conforme al fin y al cabo. Con eso basta a estas alturas de Spielberg (¿?).
Tom Hanks es un abogado de aseguradoras que de repente ve cómo su vida cambia el momento en que se le designa defender a un presunto espía soviético, lo que será el comienzo de una larga y reconocida carrera, no exenta de problemas y tensiones iniciales, pero ya saben, con trabajo e integridad todo se puede, ¿no?
Pues sí, Spielberg tiene oficio y lo demuestra dirigiendo con solvencia, no necesariamente con pasión pero sí con consciencia, no en piloto automático, dejándonos secuencias francamente tensas y algo agobiantes, sin mencionar que a grandes rasgos se mantiene cierta atmósfera de opresión. Formalmente la película no tiene reproche alguno: notable dirección de fotografía, sólidas interpretaciones en los papeles principales, una banda sonora efectiva (y cursi cuando debe serlo, lo más bajo para alguien intolerante al exceso de azúcar), y un guión que tiene altos y bajos pero que como conjunto conforma un relato atrayente y cumplidor.
Vale la pena señalar que "Bridge of Spies", por desgracia, no es la (de)construcción de una época, de un paisaje humano y social, con todas las tensiones de fondo que se supone deben colmar el fotograma; la guerra fría es el telón contextual, sí, y también está bien utilizado en la trama (cómo no...), pero más allá de ello no se aprovecha para adentrarnos en la psicología de los personajes o de una nación (lo que se hace a retazos simples, así que no cuenta del todo) más allá de los pormenores superficiales ya sabidos. "Bridge of Spies" es, entonces, el correcto (en tanto narrativa y punto de vista moral) relato de una hazaña más que el retrato de un tiempo y un lugar, esto último lo que siempre da más de sí y deja más en la retina. Con todo, ya digo que la historia es interesante, nos deja buenos momentos y una sensación final positiva. Es inevitable que tanto el guión como la dirección de Spielberg se vuelvan melosas y patrioteras, especialmente cuando se hacen comparaciones obvias (por ejemplo, Tom Hanks paseando por el metro de Berlín ve una cosa totalmente opuesta a la que ve cuando utiliza el de New York; o cómo tratan los soviéticos y estadounidenses a sus respectivos prisioneros, enemigos jurados y estandartes de un estilo de vida casi antagónico), así que no se alarmen o levanten los brazos cuando lata esa vena, pues era de esperar. Lo que sí te deja con un sabor agridulce es esa sensación al final del visionado de que algunas cosas, no tramas sino temas, quedaron incompletas. El tema central podría ser el valor de la ética profesional, la auténtica justicia y cómo un debido proceso da buen karma a futuro, todo lo cual se ve en el circo que se arma en torno al juicio contra el (presunto) espía soviético: dicho juicio es un montaje para que los gringos demuestren que son justos en sus castigos, y la calidad de circo radica en que todos saben que el acusado será visto como culpable hayan pruebas convincentes o no, por lo que realmente no hay un juicio justo; el único que realmente quiere dar una defensa real al acusado es Tom Hanks, su abogado, a quien le da lo mismo la culpabilidad del soviético, más bien quiere que de ser condenado sea con pruebas y argumentos sólidos. Ayuda el que Spielberg no centre la mirada en la culpabilidad del soviético, pues de eso no se trata su cinta, no es una de misterio: es sobre la hazaña de triunfar siendo leal a los propios valores. Eso sí, también se puede notar una crítica a la sociedad estadounidense, histérica a más no poder y violenta cuando no le dan lo que quiere, cual niño mimado se tratase. Tom Hanks y su familia lo pasan mal cuando la gente ve al primero como un traidor, comportándose como simios incivilizados llegado el momento, curiosamente una conducta distinta al final, cuando las cosas caen por su propio peso y los idiotas deben tragarse sus propias palabras y avergonzarse de sus actos. Así, la historia de este abogado es la representación de una mirada correcta y conformista de Spielberg para con el sistema de su país, no la ácida crítica social que en el guión se sugiere de manera ni tan implícita.
Spielberg se centra más en la victoria moral del protagonista, representada como una victoria del sistema y la justicia estadounidense, en vez de la derrota intelectual del pueblo que no tiene ni dos dedos de frente y que se ven como títeres mediáticos, lo que podría dejar a Estados Unidos como un país de paletos analfabetas. Esta dualidad sin duda parte del guión, y creo que se propicia por el hecho de que los hermanos Coen co-escriben junto a un tal Mark no-sé-cuánto. La influencia de los hermanos es notoria y notable, partiendo desde los pícaros diálogos hasta esa punzante ironía que inunda varias escenas importantes; la gracia de esta dicotomía discursiva, el duelo de miradas y/o enfoques, se muestra en todo su esplendor cuando al final la familia de Tom Hanks se entera de todas las maravillas que ha hecho (la esposa e hijos pensaban que, en vez de estar en Berlín negociando intercambios políticos, el hombre estaba pescando en Inglaterra): si desde el guión la situación se presenta como una especie de "estabas equivocado, idiota" (no para la familia como para la sociedad en general), es decir con negra ironía y una suerte de desmitificación, la cámara de Spielberg filma ese momento como algo heroico y monumental, muy meloso y bonito e inspirador. ¿Cómo habría sido esta película dirigida por los Coen, o escrita exclusivamente por uno de los esbirros del veterano? Lo cierto es que todo este lío nace de que el foco del relato sea Tom Hanks y no el entorno socio-histórico en sí, lo que no evita que Spielberg pudiera darle cuerda a lo segundo, enriquecer el contexto y el fondo. Pero en fin, tampoco hay que tratarlo como un tirano...
Sobre el guión visto de manera más formal, los altos y bajos vienen por un par de cuestiones de tramas secundarias y la poca y nula dimensión que presentan. Sabemos que lo central es el litigio que emprende Tom Hanks para defender correctamente al soviético, independiente del resultado final, pero por el lado surgen otros personajes y propósitos que se notan impostados, meros instrumentos circunstanciales que posteriormente serán utilizados en detalles que previamente fueron anunciados sin disimular ni un poquito (¡!), por lo que, 1.- la trama se vuelve predecible por momentos, siendo una concatenación de actos que ya vimos venir (aunque pasado el ecuador, cuando llegan las negociaciones, el devenir final adquiere más incógnita que obvia predicción, por lo que este apartado mejora y no resta calidad al relato); y 2.- tendremos unos cuantos personajes que a nivel de argumento son importantes pero que carecen de entidad propia, personalidad o una dimensión humana, haciendo que sus escenas pasen impasibles frente a nuestros ojos. El estudiante, por ejemplo, es crucial para la trama pero el tipo como persona nos importa una mierda, y es porque fue presentado mal y sin profundidad alguna.
Más allá de todos estos apuntes, considero que "Bridge of Spies" es una buena película que se puede apreciar más allá de los contras, que no son pocos pero que son correctamente aplacados por un guión que me imagino fue mejorado por los Coen y por la solvente dirección de un Spielberg que, eso sí, pudo haber elegido una mejor posición desde la que hacer la puesta en escena. Pero de que es recomendable, lo es, pues el relato está hecho con estimable corrección narrativa. Todo lo demás depende de uno. ¿Premios? No, pero sabemos que igual ganará algo...
Tom Hanks es un abogado de aseguradoras que de repente ve cómo su vida cambia el momento en que se le designa defender a un presunto espía soviético, lo que será el comienzo de una larga y reconocida carrera, no exenta de problemas y tensiones iniciales, pero ya saben, con trabajo e integridad todo se puede, ¿no?
Pues sí, Spielberg tiene oficio y lo demuestra dirigiendo con solvencia, no necesariamente con pasión pero sí con consciencia, no en piloto automático, dejándonos secuencias francamente tensas y algo agobiantes, sin mencionar que a grandes rasgos se mantiene cierta atmósfera de opresión. Formalmente la película no tiene reproche alguno: notable dirección de fotografía, sólidas interpretaciones en los papeles principales, una banda sonora efectiva (y cursi cuando debe serlo, lo más bajo para alguien intolerante al exceso de azúcar), y un guión que tiene altos y bajos pero que como conjunto conforma un relato atrayente y cumplidor.
Vale la pena señalar que "Bridge of Spies", por desgracia, no es la (de)construcción de una época, de un paisaje humano y social, con todas las tensiones de fondo que se supone deben colmar el fotograma; la guerra fría es el telón contextual, sí, y también está bien utilizado en la trama (cómo no...), pero más allá de ello no se aprovecha para adentrarnos en la psicología de los personajes o de una nación (lo que se hace a retazos simples, así que no cuenta del todo) más allá de los pormenores superficiales ya sabidos. "Bridge of Spies" es, entonces, el correcto (en tanto narrativa y punto de vista moral) relato de una hazaña más que el retrato de un tiempo y un lugar, esto último lo que siempre da más de sí y deja más en la retina. Con todo, ya digo que la historia es interesante, nos deja buenos momentos y una sensación final positiva. Es inevitable que tanto el guión como la dirección de Spielberg se vuelvan melosas y patrioteras, especialmente cuando se hacen comparaciones obvias (por ejemplo, Tom Hanks paseando por el metro de Berlín ve una cosa totalmente opuesta a la que ve cuando utiliza el de New York; o cómo tratan los soviéticos y estadounidenses a sus respectivos prisioneros, enemigos jurados y estandartes de un estilo de vida casi antagónico), así que no se alarmen o levanten los brazos cuando lata esa vena, pues era de esperar. Lo que sí te deja con un sabor agridulce es esa sensación al final del visionado de que algunas cosas, no tramas sino temas, quedaron incompletas. El tema central podría ser el valor de la ética profesional, la auténtica justicia y cómo un debido proceso da buen karma a futuro, todo lo cual se ve en el circo que se arma en torno al juicio contra el (presunto) espía soviético: dicho juicio es un montaje para que los gringos demuestren que son justos en sus castigos, y la calidad de circo radica en que todos saben que el acusado será visto como culpable hayan pruebas convincentes o no, por lo que realmente no hay un juicio justo; el único que realmente quiere dar una defensa real al acusado es Tom Hanks, su abogado, a quien le da lo mismo la culpabilidad del soviético, más bien quiere que de ser condenado sea con pruebas y argumentos sólidos. Ayuda el que Spielberg no centre la mirada en la culpabilidad del soviético, pues de eso no se trata su cinta, no es una de misterio: es sobre la hazaña de triunfar siendo leal a los propios valores. Eso sí, también se puede notar una crítica a la sociedad estadounidense, histérica a más no poder y violenta cuando no le dan lo que quiere, cual niño mimado se tratase. Tom Hanks y su familia lo pasan mal cuando la gente ve al primero como un traidor, comportándose como simios incivilizados llegado el momento, curiosamente una conducta distinta al final, cuando las cosas caen por su propio peso y los idiotas deben tragarse sus propias palabras y avergonzarse de sus actos. Así, la historia de este abogado es la representación de una mirada correcta y conformista de Spielberg para con el sistema de su país, no la ácida crítica social que en el guión se sugiere de manera ni tan implícita.
Spielberg se centra más en la victoria moral del protagonista, representada como una victoria del sistema y la justicia estadounidense, en vez de la derrota intelectual del pueblo que no tiene ni dos dedos de frente y que se ven como títeres mediáticos, lo que podría dejar a Estados Unidos como un país de paletos analfabetas. Esta dualidad sin duda parte del guión, y creo que se propicia por el hecho de que los hermanos Coen co-escriben junto a un tal Mark no-sé-cuánto. La influencia de los hermanos es notoria y notable, partiendo desde los pícaros diálogos hasta esa punzante ironía que inunda varias escenas importantes; la gracia de esta dicotomía discursiva, el duelo de miradas y/o enfoques, se muestra en todo su esplendor cuando al final la familia de Tom Hanks se entera de todas las maravillas que ha hecho (la esposa e hijos pensaban que, en vez de estar en Berlín negociando intercambios políticos, el hombre estaba pescando en Inglaterra): si desde el guión la situación se presenta como una especie de "estabas equivocado, idiota" (no para la familia como para la sociedad en general), es decir con negra ironía y una suerte de desmitificación, la cámara de Spielberg filma ese momento como algo heroico y monumental, muy meloso y bonito e inspirador. ¿Cómo habría sido esta película dirigida por los Coen, o escrita exclusivamente por uno de los esbirros del veterano? Lo cierto es que todo este lío nace de que el foco del relato sea Tom Hanks y no el entorno socio-histórico en sí, lo que no evita que Spielberg pudiera darle cuerda a lo segundo, enriquecer el contexto y el fondo. Pero en fin, tampoco hay que tratarlo como un tirano...
Sobre el guión visto de manera más formal, los altos y bajos vienen por un par de cuestiones de tramas secundarias y la poca y nula dimensión que presentan. Sabemos que lo central es el litigio que emprende Tom Hanks para defender correctamente al soviético, independiente del resultado final, pero por el lado surgen otros personajes y propósitos que se notan impostados, meros instrumentos circunstanciales que posteriormente serán utilizados en detalles que previamente fueron anunciados sin disimular ni un poquito (¡!), por lo que, 1.- la trama se vuelve predecible por momentos, siendo una concatenación de actos que ya vimos venir (aunque pasado el ecuador, cuando llegan las negociaciones, el devenir final adquiere más incógnita que obvia predicción, por lo que este apartado mejora y no resta calidad al relato); y 2.- tendremos unos cuantos personajes que a nivel de argumento son importantes pero que carecen de entidad propia, personalidad o una dimensión humana, haciendo que sus escenas pasen impasibles frente a nuestros ojos. El estudiante, por ejemplo, es crucial para la trama pero el tipo como persona nos importa una mierda, y es porque fue presentado mal y sin profundidad alguna.
Más allá de todos estos apuntes, considero que "Bridge of Spies" es una buena película que se puede apreciar más allá de los contras, que no son pocos pero que son correctamente aplacados por un guión que me imagino fue mejorado por los Coen y por la solvente dirección de un Spielberg que, eso sí, pudo haber elegido una mejor posición desde la que hacer la puesta en escena. Pero de que es recomendable, lo es, pues el relato está hecho con estimable corrección narrativa. Todo lo demás depende de uno. ¿Premios? No, pero sabemos que igual ganará algo...
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