sábado, 16 de junio de 2018

Apache Drums - 1951


Director: Hugo Fregonese

Otro pequeño puñado de westerns... Esta vez comentaremos algunos de los cuales dirigió el argentino Hugo Fregonese en su estadía en Hollywood, en donde se codeó con varias estrellas de importante calibre. Ninguna, en todo caso, aparece en "Apache Drums", aunque sí hay rostros conocidos, como el de Stephen McNally (a quien recordamos de la recientemente vista "Tribute to a Bad Man") y el de Coleen Gray, a quien veremos dentro de poco en "Red River".


Me interesaba ver cómo se las gastaba un argentino, quizás también un sudamericano, en la enorme maquinaria de Hollywood. Qué podía aportar dentro de los márgenes en que debía moverse. "Apache Drums" es un efectivo y entretenido western de serie B en donde un árido y aislado pueblo de colonos, en su mayoría mineros, de pronto se ve asediado por una gran cantidad de apaches que buscan venganza contra el hombre blanco y/o proteger a su tribu pensando que una guerra, a modo de sacrificio u ofrenda, logrará salvarlos del final al que creen dirigirse. En términos de acción y tensión, Fregonese dirige con mano firme y segura, logrando crear una atmósfera de expectación hábilmente potenciada con las constantes pero dinámicas (no es esta una película que se repite: dentro del conflicto global de indios contra vaqueros, la película apuesta por varios mini-arcos dramáticos, cada cual con su característica formal-narrativa, en donde hay espacio para los tiroteos en pleno desierto así como para la desigual situación de encierro y asedio, más o menos como "Assault on Precinct 13") secuencias de mayor intensidad, muy bien apoyadas por el uso de la música (las percusiones de los indios aportan todo un in crescendo dramático) y el de la luz (o mejor dicho, la oscuridad). Así, la película sigue una sólida progresión desde las inciertas amenazas de los indios hasta el enfrentamiento sin tapujos en el pueblo ubicado en mitad de la nada.
Pero "Apache Drums" también ofrece otras virtudes, como por ejemplo, el retrato de personajes que, aunque esquemáticos (la mujer de principios firmes aunque doliente de amor por el hombre de dudosa moral, alguien que seguramente no movería un dedo para proteger algo que no sea él mismo, o el hombre firme y recto, tan recto que llega a ser inflexible, enamorado de la chica y, con ello, el punto que completa el triángulo), son menos superficiales e instrumentales de lo que parecían al inicio, y de hecho el desarrollo del relato permite matizarlos y otorgarles capas de humanidad que difuminan el tan manido binomio de "personaje bueno" o "personaje malo". El hombre recto no juega muy limpio que digamos y el apostador bueno para provocar rivales que acaban muertos apenas medio segundo después de desenfundar sus pistolas demuestra más valor del que uno esperaría de semejantes elementos. En todo caso los personajes no se limitan a estos tres, sino que también se amplían al infaltable sacerdote local, o al militar que se fija menos en uniformes que en lo que reflejan la mirada de las personas, o incluso a los mismos apaches que tan ferozmente se dejan caer sobre este pueblo de mineros: de los antagonistas se hace el suficiente hincapié de que son un pueblo maltratado y despreciado tanto el norte como al sur de una frontera que parte por la mitad lo que antes habían sido sus territorios, con todas las consecuencias que ello acarrea. Yo pienso que ahí, y en otros aspectos más, se nota la presencia de un Fregonese que no se limita a poner a los indios como malvados enemigos que actúan con sanguinaria y sedienta violencia (si bien no hace una apología de sus igualmente horrendos actos), lo cual da cuenta de su interés por explorar la tan ambigua y compleja naturaleza humana, que te puede poner de héroe ante un enemigo común o como ingrato canalla dentro de un grupo de pares sin que ambas posibilidades sean excluyentes entre sí, y los conflictos que siempre tienen más de un rostro. Esta película no deja de tener un mensaje conciliador: el poder de la confianza y la solidaridad contra el de las balas y el odio.
En todo caso sigue siendo un muy entretenido y férreo western serie B cuyo valor agregado, ya digo, es la perspectiva humana y moral con que Fregonese ejecuta esta lucha sin cuartel entre bandos que no darán su brazo a torcer. Pero si buscan pasar el rato, "Apache Drums" es una excelente alternativa: un pequeño y modesto pero muy bien hecho western.

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