Creador: John Ridley
Hace un par de meses les venía a comentar la primera temporada de "American Crime", creada por John Ridley, quien ganó el oscar a mejor guión por "12 years a slave", película que destacaba por todo menos por su repetitivo y mediocre guión. La serie es buena, qué se puede decir. Su mayor problema es su discurso y la manera en que disfraza su conformismo y miopía con aparente "atrevimiento" o "valentía", pues da la impresión de que dice mucho aunque en realidad no haga tal cosa. Dicho problema era mayúsculo en la primera temporada, centrada principalmente en el problema racial, sobre el cual Ridley intentaba anteponer una altura de miras cuando en realidad no podía esconder la indulgencia para con los suyos, por lo que la credibilidad era nula, si bien la trama y los personajes, al menos, le daban suficiente potencia al relato al poder escapar de prejuicios y arquetipos tan propios de gente como Ridley. Ya me explayé de manera suficiente en aquél post, así que mejor demos paso a este segundo ciclo que, ciertamente, es mucho mejor que el primero dado que su discurso se permite abarcar más temas, y mejor. Adolece de los mismos problemas, pero éstos están más depurados; por lo demás, la trama en sí es mucho más apasionante y desgarradora que la primera, por lo tanto sigue siendo una experiencia memorable y sufrida. Como dije, "American Crime", a pesar de su inocua corrección, es una de las buenas series que hay en estos días.
En el instituto Leyland, mayoritariamente de niños ricos y familias poderosas e influyentes de la zona, ocurre algo grave: un estudiante, masculino, fue violado... y además es más o menos pobre: estudia en el lugar por una beca, es decir, no pertenece ahí. Él no quiere decir nada, la madre quiere luchar por justicia, la escuela busca bajarle el perfil, los alumnos no tienen idea de lo que pasa, los otros padres tampoco, y a fin de cuentas, queda la pura escoba en el lugar: nada volverá a ser lo mismo tras toda la mierda que destape este caso de violación.
Supongo que podría dar la misma lata que con la primera temporada, pero así es la cosa, así corresponde. "American Crime, temporada 2" también puede ser dividida en dos aspectos principales, éstos son el discursivo y el argumental, dramático. El primero, si bien mucho mejor expuesto y tratado que en la primera temporada, finalmente no es todo lo rompedor o agudo que aparenta en un inicio, y de hecho recurre a trucos bastante cuestionables en un par de episodios (como insertar testimonios de personas que realmente sufrieron algo similar o se vieron envueltos en violencia escolar, como si la potencia de sus testimonios le otorgara, primero, credibilidad al discurso y su intención "rompedora", y segundo, valor emocional a la trama, que palidece en comparación); el segundo, también mejor construido y desarrollado que en el ciclo anterior, se caracteriza por su intensidad y credibilidad humana, aunque podríamos debatir en torno a la utilidad del episodio final, que más parece un simple epílogo que un final propiamente tal. Desde luego, iremos por partes:
El discurso se amplía: si en la primera temporada el problema central eran las tensiones raciales en un pueblo relativamente chico, que se ramificaba timoratamente hacia el tratamiento de los medios y la efectividad del sistema judicial, en esta segunda pasada, que gira principalmente en torno a lo educacional, se critican (o al menos apuntan) las diferencias entre establecimientos privados y públicos, sobre todo a la manera en que el poder adquisitivo de uno y otro afecta en sus decisiones institucionales; y las relaciones interpersonales entre los alumnos de los distintos tipos de establecimiento, marcadas ya no sólo por la raza sino también por la sexualidad y, desde luego, la situación económica de cada estudiante. Todo con el fin de romper y destrozar prejuicios sociales y morales, como por ejemplo el que una persona de sexo masculino no pueda ser violada (yo mismo pensaba que la víctima iba a ser una porrista o algo así), etc. La idea es que no todos los personajes sean unidimensionales, de esta forma, con el correr de los episodios las impresiones que nos vamos formando comienzan a cambiar y complicarnos la existencia sobre a quién apoyar, aunque la gracia sería que toda situación así es tan compleja que es imposible tomar partido de manera tan taxativa. O, creo yo, el creador tampoco quiso comprometerse con ninguna posición, lo que no me extrañaría. Los prejuicios son malos, pero las personas que los tienen y viven según ellos no lo son; las instituciones no funcionan y presentan muchas fallas y vicios, no así aquéllos que trabajan en las grietas del sistema, afectados por tal pobreza estructural. Y, llámenme racista, pero me preocupa la condescendencia de Ridley hacia los personajes de su mismo color de piel, lo que ya se vio en la primera temporada, cuya premisa parecía ser que todo problema era propio de gente blanca. En la presente, sin que fuera necesario, Ridley mete con calzador el tema de lo blanco/negro, con el personaje de Regina King siendo la más insoportable en este aspecto; de hecho, se la pasa casi toda la temporada diciendo "los blancos ésto, los blancos aquéllo, basura blanca, nos quieren atacar porque somos negros, etc." y al final, cuando la interpelan por ello (filtran correos electrónicos en donde se expresa de tal forma), se excusa de la manera más fácil, diciendo que no es fácil ser negro y que cuando sacan de contexto frases como ésa, la cosa se hace más difícil para ellos (¡¿?!), por lo demás no tiene por qué disculparse por cosas que dijo privadamente. No sé yo, pero ¿cuánta gente blanca o no-negra ha perdido no sólo sus empleos sino que toda credibilidad por opiniones privadas filtradas? Opiniones así, dichas pública o privadamente tienen el mismo componente racial, pero si a algunos les va el papel de víctima... Y es curioso que al principio se muestre a Regina King como una simple loca racista al estilo Spike Lee, para después hacerla simpática y sensata o qué sé yo... La blanca racista de la primera temporada terminó siendo la misma blanca racista de siempre... ¡En fin!
Sobre la trama, ésta está bastante bien organizada, con sus cuantos giros interesantes que nos van enganchando más a este sufrido universo, sin mencionar que a medida que los episodios avancen la cosa se pone moralmente densa, realmente difícil de digerir. Y es que cuando los personajes superan los vicios de su creador, la cosa se pone auspiciosa. Que conste que cada giro es para seguir rompiendo prejuicios y darle ambigüedad a los personajes y todo lo demás. No está mal, pero llega a cansar puesto que le quita naturalidad a la trama, convertida en simple discurso; por lo demás, sigue demostrando que Ridley no quiere quedar mal con nadie, aunque perfectamente se puede defender en el facilón "es que la realidad no es tan simple y unidimensional". Hay que decir que tiene un buen escudo... En cualquier caso, en el segundo tramo, por lo menos, la trama recupera fluidez y naturalidad, haciendo que los terribles acontecimientos respondan a su propia verosimilitud narrativa: la historia es, finalmente, un ente propio y vivo.
Ahora me da la impresión de que no es tan buena esta segunda temporada, pero esa es la sensación ulterior. Mientras corren los episodios, sentirán que es tremenda e infartante. Cuanto menos es recomendable y de necesario visionado. Lo reprochable es la cobardía e indecisión de su creador, sin mencionar su ya mencionada indulgencia para con personajes del mismo color suyo. John Ridley es un tipo que va mucho a la defensiva, se puede notar. Ya dirán ustedes, en todo caso. Tratándose de una serie tan centrada en temas valóricos no es apropiado señalar qué es correcto y qué no, claramente; lo que sí, formalmente hablando, "American Crime, temporada 2" funciona y cumple lo suyo. En el visionado mismo se sentirán atrapados y con eso basta, creo yo.
El discurso se amplía: si en la primera temporada el problema central eran las tensiones raciales en un pueblo relativamente chico, que se ramificaba timoratamente hacia el tratamiento de los medios y la efectividad del sistema judicial, en esta segunda pasada, que gira principalmente en torno a lo educacional, se critican (o al menos apuntan) las diferencias entre establecimientos privados y públicos, sobre todo a la manera en que el poder adquisitivo de uno y otro afecta en sus decisiones institucionales; y las relaciones interpersonales entre los alumnos de los distintos tipos de establecimiento, marcadas ya no sólo por la raza sino también por la sexualidad y, desde luego, la situación económica de cada estudiante. Todo con el fin de romper y destrozar prejuicios sociales y morales, como por ejemplo el que una persona de sexo masculino no pueda ser violada (yo mismo pensaba que la víctima iba a ser una porrista o algo así), etc. La idea es que no todos los personajes sean unidimensionales, de esta forma, con el correr de los episodios las impresiones que nos vamos formando comienzan a cambiar y complicarnos la existencia sobre a quién apoyar, aunque la gracia sería que toda situación así es tan compleja que es imposible tomar partido de manera tan taxativa. O, creo yo, el creador tampoco quiso comprometerse con ninguna posición, lo que no me extrañaría. Los prejuicios son malos, pero las personas que los tienen y viven según ellos no lo son; las instituciones no funcionan y presentan muchas fallas y vicios, no así aquéllos que trabajan en las grietas del sistema, afectados por tal pobreza estructural. Y, llámenme racista, pero me preocupa la condescendencia de Ridley hacia los personajes de su mismo color de piel, lo que ya se vio en la primera temporada, cuya premisa parecía ser que todo problema era propio de gente blanca. En la presente, sin que fuera necesario, Ridley mete con calzador el tema de lo blanco/negro, con el personaje de Regina King siendo la más insoportable en este aspecto; de hecho, se la pasa casi toda la temporada diciendo "los blancos ésto, los blancos aquéllo, basura blanca, nos quieren atacar porque somos negros, etc." y al final, cuando la interpelan por ello (filtran correos electrónicos en donde se expresa de tal forma), se excusa de la manera más fácil, diciendo que no es fácil ser negro y que cuando sacan de contexto frases como ésa, la cosa se hace más difícil para ellos (¡¿?!), por lo demás no tiene por qué disculparse por cosas que dijo privadamente. No sé yo, pero ¿cuánta gente blanca o no-negra ha perdido no sólo sus empleos sino que toda credibilidad por opiniones privadas filtradas? Opiniones así, dichas pública o privadamente tienen el mismo componente racial, pero si a algunos les va el papel de víctima... Y es curioso que al principio se muestre a Regina King como una simple loca racista al estilo Spike Lee, para después hacerla simpática y sensata o qué sé yo... La blanca racista de la primera temporada terminó siendo la misma blanca racista de siempre... ¡En fin!
Sobre la trama, ésta está bastante bien organizada, con sus cuantos giros interesantes que nos van enganchando más a este sufrido universo, sin mencionar que a medida que los episodios avancen la cosa se pone moralmente densa, realmente difícil de digerir. Y es que cuando los personajes superan los vicios de su creador, la cosa se pone auspiciosa. Que conste que cada giro es para seguir rompiendo prejuicios y darle ambigüedad a los personajes y todo lo demás. No está mal, pero llega a cansar puesto que le quita naturalidad a la trama, convertida en simple discurso; por lo demás, sigue demostrando que Ridley no quiere quedar mal con nadie, aunque perfectamente se puede defender en el facilón "es que la realidad no es tan simple y unidimensional". Hay que decir que tiene un buen escudo... En cualquier caso, en el segundo tramo, por lo menos, la trama recupera fluidez y naturalidad, haciendo que los terribles acontecimientos respondan a su propia verosimilitud narrativa: la historia es, finalmente, un ente propio y vivo.
Ahora me da la impresión de que no es tan buena esta segunda temporada, pero esa es la sensación ulterior. Mientras corren los episodios, sentirán que es tremenda e infartante. Cuanto menos es recomendable y de necesario visionado. Lo reprochable es la cobardía e indecisión de su creador, sin mencionar su ya mencionada indulgencia para con personajes del mismo color suyo. John Ridley es un tipo que va mucho a la defensiva, se puede notar. Ya dirán ustedes, en todo caso. Tratándose de una serie tan centrada en temas valóricos no es apropiado señalar qué es correcto y qué no, claramente; lo que sí, formalmente hablando, "American Crime, temporada 2" funciona y cumple lo suyo. En el visionado mismo se sentirán atrapados y con eso basta, creo yo.
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