Director: Alberto Fuguet
La idea original era comentar "Las hormigas asesinas" en compañía de "Se arrienda", la maravillosa opera prima de Alberto Fuguet, mal que mal, cortometraje y largometraje son hermanos de sangre y de corazón, forman parte del "universo cohesionado" en el que también se incluyen Mala Onda y Por favor, rebobinar, dos grandes novelas de Fuguet, de quien, con calma y en un plazo indefinido, comentaré su filmografía casi completa, y digo "casi" porque su última película, "Invierno", forma su propio "universo cohesionado" con las novelas No ficción, Sudor y VHS, unas memorias que según su autor se publicarán en octubre, y no veré la película si no he leído los libros, y como no tengo dinero... bueno, quizás no la vea en dos o cinco o incluso diez años, quién sabe. Pero prometo que por acá comentaremos "Velódromo", "Música campesina" y "Locaciones". Volviendo a "Se arrienda", debo decir que Alberto Fuguet es uno de los directores más injusta y, me parece, deliberadamente infravalorados en este país. El tipo hace películas como nadie ha hecho acá y sin embargo todavía es un outsider para el resto, más allá de su reconocimiento literario. No todo puede ser color de rosas, ¿no? ¡Oh! Antes de que lo olvide: sé que estarán aburridos de tanto remake y reboot, pero ¿no les parecería interesante una nueva "Cat People", protagonizada por Lana del Rey y dirigida por Tom Ford? Soñar es gratis, déjenme...
Primero, una anécdota sin mayor importancia: A Orlando Lübbert no le gustó esta película. Con toda la arrogancia que le otorgó su mediocre pero afortunado one hit wonder ("Taxi para tres"), arrogancia que le permite autoerigirse como una de las mayores autoridades cinematográficas del país (por alguna razón, son muchos quienes acuden a él para ser asesorados en sus guiones), de repente se puso a hablar pestes de "Se arrienda" y uno de sus argumentos centrales sostenía que todos los novelistas/cuentistas/escritores-en-general, cuando se pasan al cine, abusan del diálogo y que sus películas son puro diálogo, porque ya saben, lo único que ejercita un escritor en sus libros son los diálogos. Como sea, esta anécdota la traje a colación sólo para hablar mierda del cabrón obtuso de Lübbert, que hasta una vez dejó entrever que su hija, protagonista de "Rara", no tenía madera ni talento de actriz, y sin embargo ahí la tienen ganando merecidos premios por su actuación. Afortunadamente ya no tengo que ver su piel de lagarto y su cara de sapo... de momento, quizás alguna vez más adelante pero no estoy seguro...
Ahora, hablemos de lo importante y no de esperpentos.
Uf... en realidad no sé por dónde empezar, cómo ordenar mis ideas y cómo poner en palabras las sensaciones que me ha producido esta joya.
"Se arrienda" se trata sobre buscar, sobre encontrar. Sobre crecer y madurar, aunque no sepamos muy bien qué significa eso. ¿Aceptar las frustraciones, despedir al idealista interior, amoldarse a lo que ofrece la vida, convivir con las derrotas personales... dejar de soñar?
"Se arrienda" está protagonizada por personajes que dejaron de ser adolescentes pero que tampoco son verdaderamente adultos, que simplemente están de paso en mitad de un camino de incertidumbre e indecisión, rodeados de la nebulosa que es su futuro, perdidos en un laberinto, el del espíritu y la mente, que desemboca en el laberinto de la ciudad, del estilo de vida urbano en donde o eres dueño de tu propio destino o simplemente te dejas llevar por la corriente sumergida.
"Se arrienda" es un retrato nostálgico y melancólico, profundamente humano y sensible, también ameno y leve, natural y entretenido, centrado en Gastón Fernández, músico desempleado que acabará desempeñándose como corredor inmobiliario (¿el último refugio de los perdedores? Es que como Joe en "Skins" y Mark Renton en "Trainspotting" llegan a trabajar en lo mismo por un tiempo... hasta yo, perdedor entre perdedores, podría ser corredor). Gastón Fernández alguna vez compuso la banda sonora de "Las hormigas asesinas", dirigida por su primo Luc Fernández y protagonizada por Pascal Barros (todo esto en la ficción, claro, porque el personaje de Paul Kazán lo hace Benjamín Vicuña y el director es, por supuesto, el mismo Fuguet), pero este promisorio comienzo se trunca y nuestro protagonista cae en un bucle de decepción y fracaso, convirtiendo al animoso joven que soñaba con hacer música que marcara a sus oyentes en un amargado sujeto que tan sólo vive por inercia, viendo cómo sus viejos amigos disfrutan sus nuevas vidas (algunas exitosas) mientras él permanece en estado de autodesprecio, añorando ese futuro que nunca lo encontró y maldiciéndose por no haberlo encontrado él mismo. A mí me recordó bastante, sobre todo al inicio, en el segmento en que los personajes aún eran jóvenes, a "Kicking and Screaming", la opera prima de Noah Baumbach. Ya en la parte adulta podríamos traer a colación "Walking and Talking", la opera prima de Nicole Holofcener. Películas tan ligeras como complejas, tan desoladoras como alegres, tan simples como conmovedoras y emocionantes. Películas reales.
"Se arrienda" es una película generacional; no de una época o de gente nacida y/o criada en una década determinada, sino que de un período de la vida, lleno de incertidumbre y confusión o pánico, que puede ocurrir a cualquier edad. (Esto, me doy cuenta, se lo robé al amigo Jona Tiba cuando habló de "Kicking and Screaming" en su viejo blog Slacker).
Fuguet filma y escribe como nadie acá, con un gusto exquisito, una sensibilidad genuina y una mirada, unas emociones auténticas, pero, sobre todo, hace su película con una honestidad y una coherencia apabullantes, desnudas, únicas, intransables e insobornables. Sus postales urbanas (Fuguet eleva a Santiago como un personaje más... gris, debatido entre las construcciones modernas e impersonales y sus edificaciones antiguas, con tantas historias amenazadas con ser absorbidas por el cemento y la contaminación, la uniformidad), sus interiores urbanos, su estética tan deslumbrante como sencilla. Sus personajes magníficamente construidos y desarrollados, dotados de una personalidad característicay dinámica.
Su imagen con voz propia.
"Se arrienda" es una película diferente, preciosa y maravillosa que nos deleita con algunas escenas memorables y mágicas. "Se arrienda" es cine de verdad. La pueden ver, junto con todas las otras películas de Fuguet, en su sitio de origen:
Primero, una anécdota sin mayor importancia: A Orlando Lübbert no le gustó esta película. Con toda la arrogancia que le otorgó su mediocre pero afortunado one hit wonder ("Taxi para tres"), arrogancia que le permite autoerigirse como una de las mayores autoridades cinematográficas del país (por alguna razón, son muchos quienes acuden a él para ser asesorados en sus guiones), de repente se puso a hablar pestes de "Se arrienda" y uno de sus argumentos centrales sostenía que todos los novelistas/cuentistas/escritores-en-general, cuando se pasan al cine, abusan del diálogo y que sus películas son puro diálogo, porque ya saben, lo único que ejercita un escritor en sus libros son los diálogos. Como sea, esta anécdota la traje a colación sólo para hablar mierda del cabrón obtuso de Lübbert, que hasta una vez dejó entrever que su hija, protagonista de "Rara", no tenía madera ni talento de actriz, y sin embargo ahí la tienen ganando merecidos premios por su actuación. Afortunadamente ya no tengo que ver su piel de lagarto y su cara de sapo... de momento, quizás alguna vez más adelante pero no estoy seguro...
Ahora, hablemos de lo importante y no de esperpentos.
Uf... en realidad no sé por dónde empezar, cómo ordenar mis ideas y cómo poner en palabras las sensaciones que me ha producido esta joya.
"Se arrienda" se trata sobre buscar, sobre encontrar. Sobre crecer y madurar, aunque no sepamos muy bien qué significa eso. ¿Aceptar las frustraciones, despedir al idealista interior, amoldarse a lo que ofrece la vida, convivir con las derrotas personales... dejar de soñar?
"Se arrienda" está protagonizada por personajes que dejaron de ser adolescentes pero que tampoco son verdaderamente adultos, que simplemente están de paso en mitad de un camino de incertidumbre e indecisión, rodeados de la nebulosa que es su futuro, perdidos en un laberinto, el del espíritu y la mente, que desemboca en el laberinto de la ciudad, del estilo de vida urbano en donde o eres dueño de tu propio destino o simplemente te dejas llevar por la corriente sumergida.
"Se arrienda" es un retrato nostálgico y melancólico, profundamente humano y sensible, también ameno y leve, natural y entretenido, centrado en Gastón Fernández, músico desempleado que acabará desempeñándose como corredor inmobiliario (¿el último refugio de los perdedores? Es que como Joe en "Skins" y Mark Renton en "Trainspotting" llegan a trabajar en lo mismo por un tiempo... hasta yo, perdedor entre perdedores, podría ser corredor). Gastón Fernández alguna vez compuso la banda sonora de "Las hormigas asesinas", dirigida por su primo Luc Fernández y protagonizada por Pascal Barros (todo esto en la ficción, claro, porque el personaje de Paul Kazán lo hace Benjamín Vicuña y el director es, por supuesto, el mismo Fuguet), pero este promisorio comienzo se trunca y nuestro protagonista cae en un bucle de decepción y fracaso, convirtiendo al animoso joven que soñaba con hacer música que marcara a sus oyentes en un amargado sujeto que tan sólo vive por inercia, viendo cómo sus viejos amigos disfrutan sus nuevas vidas (algunas exitosas) mientras él permanece en estado de autodesprecio, añorando ese futuro que nunca lo encontró y maldiciéndose por no haberlo encontrado él mismo. A mí me recordó bastante, sobre todo al inicio, en el segmento en que los personajes aún eran jóvenes, a "Kicking and Screaming", la opera prima de Noah Baumbach. Ya en la parte adulta podríamos traer a colación "Walking and Talking", la opera prima de Nicole Holofcener. Películas tan ligeras como complejas, tan desoladoras como alegres, tan simples como conmovedoras y emocionantes. Películas reales.
"Se arrienda" es una película generacional; no de una época o de gente nacida y/o criada en una década determinada, sino que de un período de la vida, lleno de incertidumbre y confusión o pánico, que puede ocurrir a cualquier edad. (Esto, me doy cuenta, se lo robé al amigo Jona Tiba cuando habló de "Kicking and Screaming" en su viejo blog Slacker).
Fuguet filma y escribe como nadie acá, con un gusto exquisito, una sensibilidad genuina y una mirada, unas emociones auténticas, pero, sobre todo, hace su película con una honestidad y una coherencia apabullantes, desnudas, únicas, intransables e insobornables. Sus postales urbanas (Fuguet eleva a Santiago como un personaje más... gris, debatido entre las construcciones modernas e impersonales y sus edificaciones antiguas, con tantas historias amenazadas con ser absorbidas por el cemento y la contaminación, la uniformidad), sus interiores urbanos, su estética tan deslumbrante como sencilla. Sus personajes magníficamente construidos y desarrollados, dotados de una personalidad característicay dinámica.
Su imagen con voz propia.
"Se arrienda" es una película diferente, preciosa y maravillosa que nos deleita con algunas escenas memorables y mágicas. "Se arrienda" es cine de verdad. La pueden ver, junto con todas las otras películas de Fuguet, en su sitio de origen:
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