Director: Dario Argento
"4 mosche di velluto grigio" es la tercera película de Dario Argento. Avanzamos rápido, ¿eh? Aparte de esto creo que no me ha pasado nada interesante últimamente. Lo que sí, tengo planeado participar en un concurso de cuentos (uno de los tantos que cierran sus plazos de aquí a tres meses), y quién sabe, a lo mejor gano, alguien se interesa en mí y me hago famoso, pero honestamente lo dudo, básicamente porque no me considero un buen escritor en lo absoluto y porque no estoy seguro que un relato negro-chilensis inspirado en el noir visceral y expresivo de Stray Bullets, de David Lapham, y Sin City, de Frank Miller, o en el estilo áspero y behaviorista de Manchette pueda cautivar al jurado, aunque acá hay excelentes exponentes del género, como por ejemplo Luis Cornejo Gamboa (Show continuado es su mejor ejemplo), Luis Rivano (El apuntamiento, La Yira) y Pablo García (La noche devora al vagabundo es una puta obra maestra, un ultraviolento y vibrante ejercicio pulp), aunque nadie los conoce, ja, ja (quizás a Rivano un poco más que al resto)... Y bueno, estos días me estoy leyendo Tinta Roja de Fuguet, así que supongo que mis pocos referentes deberían asegurarme una buena base a partir de la cual yo pueda construir algo propio y decente, al menos digno del podio y de un premio en dinero. Como sea, mejor hablemos de Argento.
De nuevo fallamos en la narración, en la ejecución argumental. En lo demás, Dario Argento es un gran y personalísimo director: visual y estéticamente atractivo, magnético, que resuelve escenas a través de un notable uso de herramientas narrativas, montaje y encuadre por ejemplo, ni qué decir la forma en que aprovecha las bondades (de paso, esquivando los defectos) de la cámara subjetiva, mecanismo ya constituido como rasgo distintivo de esta trilogía conformada por "L'uccello dalle piume di cristallo", "Il gatto a nove code" y la presente. Si el argumento fuese tan poderoso como la exquisita y estilosa ejecución formal (sumen la dirección de arte, el peso de la paleta de colores, entre otros), quizás hasta me haya llegado a sentir deslumbrado e hipnotizado por esta fallida película, y con esto último no puedo dejar de pensar en la muerte final, un accidente de tránsito maravillosamente filmado que, no obstante, por culpa del inverosímil desarrollo y de sus aún más irrisorios personajes, queda tan sólo como un logro insignificante a pesar de su innegable calidad formal. Si la historia misma es incapaz de generar interés, la puesta en escena del director no será capaz de provocar tensión o de construir una atmósfera cautivadora por muy llamativa que sea, al menos no en mi caso. "4 mosche di velluto grigio" comparte y aumenta los defectos señalados en la película anterior (la de ayer, no la opera prima, que es francamente buena), es decir y en resumen, el ser una pésima película de misterio.
Todo comienza cuando un baterista decide encarar a un sujeto de negro que lo lleva siguiendo una semana entera, aunque la cosa sale mal (con sangre y todo) y justo un misterioso enmascarado saca fotos, con las cuales pretende acosar al protagonista, que a pesar de su adversa posición demuestra gran capacidad de calma, incluso desinterés, actitud que no ayuda mucho a generar esta debacle mental que ciertamente busca el acosador (y el director, supongo). La cosa es que de todas formas el protagonista quiere saber quién demonios está detrás de este macabro juego, algunas personas se enteran de la identidad del acosador (futuro asesino) quién sabe gracias a qué dato y luego caen fulminadas. Argento apunta aquí y allá para que uno sospeche de uno y de otro, sospechas gratuitas e infundadas que no merecen tratamiento dramático posterior, y de repente se nos revela la identidad del acosador/asesino, cuya motivación es realmente absurda, rebuscada e incomprensible, una razón carente del más absoluto de los sentidos. Desde luego esta revelación no supone ni una sorpresa ni tampoco una predicción consumada, dado que el asesino pudo haber sido cualquiera, considerando que su revelación sale de la nada y nada tiene que ver con los nulos e inexistentes indicios encontrados a lo largo del relato. En otras palabras la identidad incógnita no suscita interés ni suspenso, sólo una cansada e impasible mirada que se impacienta con cada asesinato que no deja pistas y que te clava exactamente en el mismo punto informativo inicial. Y si el misterio mismo no era lo importante, ya lo dejé entrever, la película carece del agobio y la asfixia que alguien en la situación del protagonista debiera sentir, así que como simple ejercicio de suspenso el asunto tampoco sale muy bien parado.
Se agradece el dosificado y jocoso sentido del humor (la convención de arte funerario, sus amigos los ermitaños), pero "4 mosche di velluto grigio" es un despropósito muy pobremente escrito aunque visualmente poderoso, pero, a fin de cuentas, desgraciadamente cojo y desequilibrado. Vendrán tiempos mejores (¿?)...
Todo comienza cuando un baterista decide encarar a un sujeto de negro que lo lleva siguiendo una semana entera, aunque la cosa sale mal (con sangre y todo) y justo un misterioso enmascarado saca fotos, con las cuales pretende acosar al protagonista, que a pesar de su adversa posición demuestra gran capacidad de calma, incluso desinterés, actitud que no ayuda mucho a generar esta debacle mental que ciertamente busca el acosador (y el director, supongo). La cosa es que de todas formas el protagonista quiere saber quién demonios está detrás de este macabro juego, algunas personas se enteran de la identidad del acosador (futuro asesino) quién sabe gracias a qué dato y luego caen fulminadas. Argento apunta aquí y allá para que uno sospeche de uno y de otro, sospechas gratuitas e infundadas que no merecen tratamiento dramático posterior, y de repente se nos revela la identidad del acosador/asesino, cuya motivación es realmente absurda, rebuscada e incomprensible, una razón carente del más absoluto de los sentidos. Desde luego esta revelación no supone ni una sorpresa ni tampoco una predicción consumada, dado que el asesino pudo haber sido cualquiera, considerando que su revelación sale de la nada y nada tiene que ver con los nulos e inexistentes indicios encontrados a lo largo del relato. En otras palabras la identidad incógnita no suscita interés ni suspenso, sólo una cansada e impasible mirada que se impacienta con cada asesinato que no deja pistas y que te clava exactamente en el mismo punto informativo inicial. Y si el misterio mismo no era lo importante, ya lo dejé entrever, la película carece del agobio y la asfixia que alguien en la situación del protagonista debiera sentir, así que como simple ejercicio de suspenso el asunto tampoco sale muy bien parado.
Se agradece el dosificado y jocoso sentido del humor (la convención de arte funerario, sus amigos los ermitaños), pero "4 mosche di velluto grigio" es un despropósito muy pobremente escrito aunque visualmente poderoso, pero, a fin de cuentas, desgraciadamente cojo y desequilibrado. Vendrán tiempos mejores (¿?)...
Pues sí, la trilogía decae muy feo después de la primera, pero vendrán tiempos mejores, sin duda. ¿Continuarás con todas las películas hasta llegar a Suspiria y ya? Porque en cuanto a sus trabajos giallo, Argento tiene al menos dos obras buenas más: Tenebrae y Opera (ambas portadoras de sus mejores secuencias jamás filmadas, en mi humilde opinión).
ResponderBorrarTenía pensado hasta Phenomena, que es hasta donde tengo, pero ahora no me puedo negar a Opera, ja, ja, que en todo caso viene después así que tampoco hay problema y con tal presentación más se le quiere ver.
BorrarHoy no creo que haya Argento, como fue un día realmente desafortunado, pero no todo salió tan mal y lo único perdido fue tiempo, así que mañana este repaso tendrá que demorarse un día más de lo planeado. No importa, creo que vendrán días y tiempos más tranquilos.
Tengo ganas de ver de un tirón varias filmografías, soñar es gratis...