Director: Dario Argento
Penúltima película de Dario Argento que comentaremos por acá. Hemos estado largo rato con el director italiano y, si bien sus películas buenas son muy buenas, aún así el saldo está siendo negativo. "Phenomena" no ayuda mucho a que la balanza se incline a su favor. Demonios.
Durante gran parte del metraje, "Phenomena" es una excelente película que logra aunar en una sola entidad, algo inclasificable pero de igual forma seductora, una deliciosa atmósfera onírica y una interesantísima historia de base fantástica pero estructura "detectivesca" (aunque no haya detectives como tales). Es una mezcla un tanto extraña pero, a fin de cuentas, muy bien lograda. Resulta que Jennifer Connelly, hija de un famoso actor de cine y muchacha que tiene una curiosa relación con los animales (particularmente los insectos), es enviada a un internado femenino ubicado en alguna parte de los Alpes suizos. El problema es que un asesino ha cobrado la vida de un sinnúmero de jóvenes mujeres (niñas, en realidad) de la región, y de alguna manera, Connelly acaba involucrada. Oh... había olvidado decirles que la chica es sonámbula.
La gracia de "Phenomena" es que todo el cuento de los asesinatos pasa a un segundo plano y lo que Argento de verdad desarrolla es el don de Connelly y cómo comienza a descubrirse a sí misma, a descubrir los dones de la naturaleza, a descubrir la persona que puede llegar a ser, descubrimientos que, por lo demás, la ayudarán a ir resolviendo el caso poco a poco. Como un coming-of-age fantástico con estructura del giallo de Argento. La escena en que el señor en silla de ruedas le dice a Connelly que ella, junto a una mosca, pueden ser detectives me parece extrañamente preciosa. Y qué decir del momentazo en que Connelly por fin descubre qué tan poderoso es su don, cuando todas sus compañeras y profesoras de internado se burlan de ella y afuera los insectos se reúnen, con la amenaza latente de irrumpir y convertir las burlonas risas en desesperados alaridos y llantos... A mí me hubiese encantado ver a la protagonista decir, con calma y casi en susurro, "kill this bitches".
El problema llega en lo que llamaríamos tercer acto (última media hora), que deja de lado el coming-of-age, la fantasía onírica y la candidez adolescente para convertirse en un vulgar y bochornoso slasher serie B que nos bombardea con giros argumentales inverosímiles y que más encima nos obsequia una revelación resuelta de la nada, con monstruo feo incluido y un súbito cambio de personalidad. Me sorprende la rapidez con que la película se convierte en una comedia involuntaria sin pies ni cabeza, un despropósito sin dignidad que tira por la borda toda esa extraña magia que rebosaban las imágenes no muchos minutos atrás. Al final te traen a los insectos de nuevo, pero el daño ya está hecho, y, lo que es peor, los insectos son utilizados como un mero instrumento salvavidas y no como un catalizador dramático. Francamente, esta media hora final es una completa estupidez y un insulto tanto para el espectador como para la misma película.
"Phenomena" es como "Inferno" en el sentido de que ambas parten de premisas fantásticas y comienzan siendo muy buenas para acabar siendo muy malas. La diferencia es que, en comparación, la parte buena de "Phenomena" es mejor que la parte buena de "Inferno" pero la parte mala de ésta no es tan mala (y miren que es mala) como el tramo final de la de hoy (para que vean lo mala que es). Vaya manera de destrozar una película...
Durante gran parte del metraje, "Phenomena" es una excelente película que logra aunar en una sola entidad, algo inclasificable pero de igual forma seductora, una deliciosa atmósfera onírica y una interesantísima historia de base fantástica pero estructura "detectivesca" (aunque no haya detectives como tales). Es una mezcla un tanto extraña pero, a fin de cuentas, muy bien lograda. Resulta que Jennifer Connelly, hija de un famoso actor de cine y muchacha que tiene una curiosa relación con los animales (particularmente los insectos), es enviada a un internado femenino ubicado en alguna parte de los Alpes suizos. El problema es que un asesino ha cobrado la vida de un sinnúmero de jóvenes mujeres (niñas, en realidad) de la región, y de alguna manera, Connelly acaba involucrada. Oh... había olvidado decirles que la chica es sonámbula.
La gracia de "Phenomena" es que todo el cuento de los asesinatos pasa a un segundo plano y lo que Argento de verdad desarrolla es el don de Connelly y cómo comienza a descubrirse a sí misma, a descubrir los dones de la naturaleza, a descubrir la persona que puede llegar a ser, descubrimientos que, por lo demás, la ayudarán a ir resolviendo el caso poco a poco. Como un coming-of-age fantástico con estructura del giallo de Argento. La escena en que el señor en silla de ruedas le dice a Connelly que ella, junto a una mosca, pueden ser detectives me parece extrañamente preciosa. Y qué decir del momentazo en que Connelly por fin descubre qué tan poderoso es su don, cuando todas sus compañeras y profesoras de internado se burlan de ella y afuera los insectos se reúnen, con la amenaza latente de irrumpir y convertir las burlonas risas en desesperados alaridos y llantos... A mí me hubiese encantado ver a la protagonista decir, con calma y casi en susurro, "kill this bitches".
El problema llega en lo que llamaríamos tercer acto (última media hora), que deja de lado el coming-of-age, la fantasía onírica y la candidez adolescente para convertirse en un vulgar y bochornoso slasher serie B que nos bombardea con giros argumentales inverosímiles y que más encima nos obsequia una revelación resuelta de la nada, con monstruo feo incluido y un súbito cambio de personalidad. Me sorprende la rapidez con que la película se convierte en una comedia involuntaria sin pies ni cabeza, un despropósito sin dignidad que tira por la borda toda esa extraña magia que rebosaban las imágenes no muchos minutos atrás. Al final te traen a los insectos de nuevo, pero el daño ya está hecho, y, lo que es peor, los insectos son utilizados como un mero instrumento salvavidas y no como un catalizador dramático. Francamente, esta media hora final es una completa estupidez y un insulto tanto para el espectador como para la misma película.
"Phenomena" es como "Inferno" en el sentido de que ambas parten de premisas fantásticas y comienzan siendo muy buenas para acabar siendo muy malas. La diferencia es que, en comparación, la parte buena de "Phenomena" es mejor que la parte buena de "Inferno" pero la parte mala de ésta no es tan mala (y miren que es mala) como el tramo final de la de hoy (para que vean lo mala que es). Vaya manera de destrozar una película...
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