Director: John Carpenter
En las últimas semanas he repasado incompletamente las filmografías de Abel Ferrara y Don Siegel, de quien aún nos queda una patita final que cumplir. Con Abel Ferrara además descubrí a ese magnífico y maravilloso guionista llamado Nicholas St. John. El caso es que tengo varios nombres en la lista y John Carpenter es uno de esos nombres. No veremos su filmografía completa, pero sí un buen número de películas divididas en dos tandas. Como hace tiempo ya vimos "Dark Star", su opera prima, ahora vamos con la segunda, "Assault on Precinct 13", la cual ya había visto hace unos cuantos años. Y bueno, comencemos.
No hay mucho que decir sobre esta película salvo que está muy bien hecha y que se disfruta de lo más bien. "Assault on Precinct 13" tiene pulso, buen manejo de la tensión, buenos personajes, buena banda sonora (compuesta por el mismo Carpenter), buen sentido del humor bien dosificado, una premisa bien planteada y ejecutada, todo lo anterior dando como resultado una disfrutable y por momentos intensa película de acción. La trama nos presenta a varios personajes que, por una razón u otra, llegan a una comisaría que, caída la noche, será atacada sin cesar por un sinnúmero de maleantes. Aquellos pocos que se encuentran en el inmueble deberán defenderse con uñas y dientes si quieren salir vivos de esta. Uno es un oficial recién ascendido a teniente (eso entendí) que es enviado a encargarse de la comisaría antes de que ésta termine definitivamente su mudanza. Están las secretarias y el policía uniformado del lugar. También llega un bus con tres condenados a muerte, dos guardias armados y un encargado que se detienen en el edificio por una emergencia. Y está el señor que, acorralado, busca refugio en la estación policial, con ello atrayendo al montón de desalmados rufianes que reclaman sangre. A pesar de que en un par de ocasiones los asaltantes son forzosa e inverosímilmente torpes, el conjunto goza de un discurrir argumental convincente y constante, sin irse por las ramas y atendiendo únicamente, con sus saludables y breves descansos en donde los personajes demuestran que tienen personalidad y entidad, al problema en cuestión: que están rodeados y superados en número.
Mi único reproche es la ausencia de un villano o antagonista reconocible y potente, ausencia que se siente sobre todo en el clímax, cuando la oleada final parece una oleada más y no el ataque definitivo comandado por el líder. Cierto es que hay uno, que se parece al Che Guevara, que tiene toda la pinta de líder, pero no se le ve en el ataque final y, al no estar ahí, el clímax pierde cierta potencia dramática: la derrota o la victoria es más memorable cuando el protagonista o el antagonista es el que pierde. ¿Se entiende lo que digo? (Estas cosas suelo explicarlas mejor en mi mente). El arco argumental se cierra de mejor forma. ¿Me estaré quejando de minucias? En realidad tampoco me parece tan grave, pues todo trataba, a fin de cuentas, de sobrevivir, pero es algo que de todas formas en este caso tiene importancia para mí, pues parte de sobrevivir era arrancar la cabeza de la enorme masa de asaltantes suicidas. Pero bueno, no le sigo dando vueltas al asunto...
En la tercera temporada de "Banshee" hay un episodio que es claro homenaje a la presente película, que de por sí es un homenaje, como el mismo Carpenter ha dicho, al "Rio Bravo" de Howard Hawks y al "Night of the Living Dead" de George A. Romero.
En cualquier caso, buena película, ideal para... para cualquier día y momento. Acción serie B de calidad. Disfruten.
No hay mucho que decir sobre esta película salvo que está muy bien hecha y que se disfruta de lo más bien. "Assault on Precinct 13" tiene pulso, buen manejo de la tensión, buenos personajes, buena banda sonora (compuesta por el mismo Carpenter), buen sentido del humor bien dosificado, una premisa bien planteada y ejecutada, todo lo anterior dando como resultado una disfrutable y por momentos intensa película de acción. La trama nos presenta a varios personajes que, por una razón u otra, llegan a una comisaría que, caída la noche, será atacada sin cesar por un sinnúmero de maleantes. Aquellos pocos que se encuentran en el inmueble deberán defenderse con uñas y dientes si quieren salir vivos de esta. Uno es un oficial recién ascendido a teniente (eso entendí) que es enviado a encargarse de la comisaría antes de que ésta termine definitivamente su mudanza. Están las secretarias y el policía uniformado del lugar. También llega un bus con tres condenados a muerte, dos guardias armados y un encargado que se detienen en el edificio por una emergencia. Y está el señor que, acorralado, busca refugio en la estación policial, con ello atrayendo al montón de desalmados rufianes que reclaman sangre. A pesar de que en un par de ocasiones los asaltantes son forzosa e inverosímilmente torpes, el conjunto goza de un discurrir argumental convincente y constante, sin irse por las ramas y atendiendo únicamente, con sus saludables y breves descansos en donde los personajes demuestran que tienen personalidad y entidad, al problema en cuestión: que están rodeados y superados en número.
Mi único reproche es la ausencia de un villano o antagonista reconocible y potente, ausencia que se siente sobre todo en el clímax, cuando la oleada final parece una oleada más y no el ataque definitivo comandado por el líder. Cierto es que hay uno, que se parece al Che Guevara, que tiene toda la pinta de líder, pero no se le ve en el ataque final y, al no estar ahí, el clímax pierde cierta potencia dramática: la derrota o la victoria es más memorable cuando el protagonista o el antagonista es el que pierde. ¿Se entiende lo que digo? (Estas cosas suelo explicarlas mejor en mi mente). El arco argumental se cierra de mejor forma. ¿Me estaré quejando de minucias? En realidad tampoco me parece tan grave, pues todo trataba, a fin de cuentas, de sobrevivir, pero es algo que de todas formas en este caso tiene importancia para mí, pues parte de sobrevivir era arrancar la cabeza de la enorme masa de asaltantes suicidas. Pero bueno, no le sigo dando vueltas al asunto...
En la tercera temporada de "Banshee" hay un episodio que es claro homenaje a la presente película, que de por sí es un homenaje, como el mismo Carpenter ha dicho, al "Rio Bravo" de Howard Hawks y al "Night of the Living Dead" de George A. Romero.
En cualquier caso, buena película, ideal para... para cualquier día y momento. Acción serie B de calidad. Disfruten.
Quizá sean minucias, pero minucias que hubieran convertido algo bueno en algo excelente, porque si bien la película va directo al grano y está limpiamente ejecutada, no pude evitar sentir que prometía más. Se extraña quizá no tanto un cabecilla malora como un par de rostros que dieran ¿cohesión? al cuerpo villano. Es difícil odiar o temer a un montón de monigotes que caen como piezas de dominó frente a los protagonistas.
ResponderBorrarEs una discusión interesante porque en "The Lost Patrol" (creo que así se llama), de Ford, Victor McLaglen lideraba un grupo de soldados enemigos que, para efectos prácticos, eran "invisibles": los protagonistas, en medio del desierto, siendo atacados por un número desconocido. En todo caso hay diferencias: ahí claramente la apuesta era lo de la invisibilidad del enemigo, la tensión de estar rodeado por todo y por nada, por un montón de soldados sin líder aparente. Pero es que acá es distinto justamente por eso que decimos: los enemigos no son invisibles y, aunque su suicida brutalidad queda bien en la acción misma, los disparos y etc., como enemigos no parecen tan poderosos si no tienen un rostro reconocible, y me sigue "molestando" un poco eso de que no hayan matado al Che Guevara o algún otro de esos tipos con pinta de líderes. Es como lo de los zombis blancos en Game of Thrones: ahora que tienen su líder son mil veces más temibles. Sigo explicándome mejor las cosas en la mente, jaja...
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