Director: John Carpenter
Domingo extraña e inusualmente tranquilo, pero a caballo regalado no se le miran los dientes. Penúltima película de esta primera tanda del repaso a la filmografía de John Carpenter. Después de ver "Escape from New York" (un visionado tranquilo, sin interrupciones) fui a la casa de mi abuelo, y bien hecho: cuando volví, tres horas después, el pasaje estaba lleno de niños y niñas jugando, perros ladrando: sabia decisión, pues el pasaje de mi abuelo es tranquilo y estuvimos hablando, tomando once y viendo un programa que rememoraba los partidos de los mundiales del '86 y del '90, además aproveché de devolverle un libro y llevarme cinco más. Fue un domingo bien aprovechado, debo decir. Antes de continuar, algo me carcome: "Under the Silver Lake", la nueva película de David Robert Mitchell, director de "It Follows", ¿se va a estrenar alguna vez? Tiene muy buena pinta, me atrae un montón y sin embargo nadie parece dar noticias al respecto. Lo último que se supo (y se supo hace rato) es que A24 iba a distribuirla, ¿pero cuándo demonios? Claramente el 2018, no queda otra... pero ¡¿cuándo?! ¡Ni siquiera hay un trailer o una maldita sinopsis!
Ahora me queda claro de dónde sacó la inspiración Hideo Kojima para crear a Snake... el de "Metal Gear Solid", claro.
John Carpenter vuelve a la acción luego de "Assault on Precinct 13", con la que comparte ciertos temas, pero en esta ocasión la trama ocurre en un futuro cercano (ahora ya han pasado 20 años de ese futuro imaginario) en donde la delincuencia ha subido a tal nivel que Manhattan entera se transforma en una cárcel de máxima seguridad en donde, una vez que entras no vuelves a salir, prácticamente como una condena a muerte (ni siquiera la policía entra en esta prisión). El entuerto comienza cuando el avión presidencial es secuestrado y posteriormente estrellado dentro de esta atávica Manhattan, dejando al presidente de los Estados Unidos a merced de cuanto criminal se cruce en su camino, todo lo cual ocurre justo cuando Kurt Russell, ex-militar arrestado por robar una reserva federal o algo así, está en los trámites para ser internado en su nuevo hogar. Sin embargo, Lee Van Cleef, el comisionado de policía que se encarga de la prisión, le ofrece un trato: en 24 horas debe encontrar y rescatar al presidente con vida, pues, si cumple, se le concederá el indulto. Russell deberá acceder (es una oferta que no puede rechazar) y no tardará en ir en la búsqueda del presidente. Dentro de Manhattan se encontrará con Ernest Borgnine, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau (la locutora radial en "The Fog"), Isaac Hayes (prolífico músico de jazz, actor, más conocido por haber sido la voz del Chef en "South Park", serie de la que se salió, con polémica y todo, tras no estar de acuerdo con las burlas de los creadores a la cienciología, religión a la que adscribía) y un rarísimo Frank Doubleday (padre de Portia Doubleday, la rubia amiga del ojón en "Mr. Robot"... Yo me animé a verificarlo por el apellido, que me parece poco común). La película, además de contener un dardo de crítica social que adquiere especial sentido al final (la expresión de Russell es decidora y elocuente: su decepción es notoria, pero sabía que no podía esperar otra respuesta de parte de las autoridades: en ese punto Carpenter dota a su película de un tono particularmente anticlimático, cuestionando la idea de triunfo. Me parece un final realmente potente, incluso desolador), es entretenida y fluye con un endiablado ritmo de acontecimientos que hacen que los casi cien minutos de metraje se pasen volando en un suspiro. Además se agradece que vaya al grano y no se ramifique con los siempre desagradables convencionalismos, como el típico romance entre el protagonista y el primer personaje femenino que se le presente. Cierto es que se pueden notar ciertas pequeñas desprolijidades en determinadas escenas, pero oigan, tampoco hay que tomarse todo tan en serio: estamos ante una película saludablemente desprejuiciada: disfruten el rato...
Un excelente divertimento, una gozada de calidad.
Ahora me queda claro de dónde sacó la inspiración Hideo Kojima para crear a Snake... el de "Metal Gear Solid", claro.
John Carpenter vuelve a la acción luego de "Assault on Precinct 13", con la que comparte ciertos temas, pero en esta ocasión la trama ocurre en un futuro cercano (ahora ya han pasado 20 años de ese futuro imaginario) en donde la delincuencia ha subido a tal nivel que Manhattan entera se transforma en una cárcel de máxima seguridad en donde, una vez que entras no vuelves a salir, prácticamente como una condena a muerte (ni siquiera la policía entra en esta prisión). El entuerto comienza cuando el avión presidencial es secuestrado y posteriormente estrellado dentro de esta atávica Manhattan, dejando al presidente de los Estados Unidos a merced de cuanto criminal se cruce en su camino, todo lo cual ocurre justo cuando Kurt Russell, ex-militar arrestado por robar una reserva federal o algo así, está en los trámites para ser internado en su nuevo hogar. Sin embargo, Lee Van Cleef, el comisionado de policía que se encarga de la prisión, le ofrece un trato: en 24 horas debe encontrar y rescatar al presidente con vida, pues, si cumple, se le concederá el indulto. Russell deberá acceder (es una oferta que no puede rechazar) y no tardará en ir en la búsqueda del presidente. Dentro de Manhattan se encontrará con Ernest Borgnine, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau (la locutora radial en "The Fog"), Isaac Hayes (prolífico músico de jazz, actor, más conocido por haber sido la voz del Chef en "South Park", serie de la que se salió, con polémica y todo, tras no estar de acuerdo con las burlas de los creadores a la cienciología, religión a la que adscribía) y un rarísimo Frank Doubleday (padre de Portia Doubleday, la rubia amiga del ojón en "Mr. Robot"... Yo me animé a verificarlo por el apellido, que me parece poco común). La película, además de contener un dardo de crítica social que adquiere especial sentido al final (la expresión de Russell es decidora y elocuente: su decepción es notoria, pero sabía que no podía esperar otra respuesta de parte de las autoridades: en ese punto Carpenter dota a su película de un tono particularmente anticlimático, cuestionando la idea de triunfo. Me parece un final realmente potente, incluso desolador), es entretenida y fluye con un endiablado ritmo de acontecimientos que hacen que los casi cien minutos de metraje se pasen volando en un suspiro. Además se agradece que vaya al grano y no se ramifique con los siempre desagradables convencionalismos, como el típico romance entre el protagonista y el primer personaje femenino que se le presente. Cierto es que se pueden notar ciertas pequeñas desprolijidades en determinadas escenas, pero oigan, tampoco hay que tomarse todo tan en serio: estamos ante una película saludablemente desprejuiciada: disfruten el rato...
Un excelente divertimento, una gozada de calidad.
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