La batalla de Chile

Director: Patricio Guzmán

Seguramente se dieron cuenta que estos días he estado comentando sólo películas chilenas, específicamente de finales de los sesenta y principios de los setenta, época en que el cine nacional iba en franca consolidación hasta que... bueno, ocurrió el golpe y comenzó la dictadura. Hoy cerramos este improvisado ciclo con "La batalla de Chile", el documental que Patricio Guzmán rodó en Chile durante el gobierno de Allende (hasta el mismo día del golpe) y que terminó de montar en el extranjero, dividiendo este tremendo documento histórico en tres partes, a modo de trilogía.

La primera parte, titulada "La insurrección de la burguesía", se centra en todos los infames y alevosos esfuerzos que la oposición llevó a cabo con tal de derrocar a Allende, con la ayuda de sus buenos amigos de la CIA, luego de haber fracasado en las elecciones parlamentarias de marzo del '73. Sin tener por dónde, democráticamente hablando, la oposición comenzó su boicot, su complot, su plan desestabilizador, tanto a nivel legislativo como comercial, económico, industrial, judicial, conducido a crear toda una atmósfera de desgobierno, caos social y debilidad económica que permitiera a los militares, casi todos del lado de la oposición, entrar a "poner orden".

La segunda parte se titula "El golpe de estado", y comienza en donde termina la primera parte, es decir, en el fallido golpe de un regimiento que no fue apoyado por el resto de los militares. De ahí en adelante, se muestra cómo Allende, la izquierda y los movimientos populares intentan defender la democracia, mientras la oposición y los militares siguen explotando sus mecanismos para, finalmente, dar el golpe que todos conocemos: el del 11 de septiembre.

La tercera parte, titulada "El poder popular", se centra casi exclusivamente en las personas comunes y corrientes: los trabajadores, los obreros, los vecinos, los salitreros, los mineros del cobre, quienes, ante la poca acción que le va quedando a Allende (el boicot es implacable y el presidente no quiere romper la legalidad de su gobierno), comienzan a crear sus propias instancias de organización y coordinación para luchar contra el desabastecimiento propiciado por los industriales nacionales y extranjeros, las huelgas de los dueños de las empresas que quieren cerrarlas, etc. Así, los obreros, ante el abandono de los jefes, se ponen a administrar la empresa, o en las villas empiezan a fiscalizar locales que esconden alimentos, crean locales para distribuirlos...

Filmada en las calles, entre la gente, de manera frontal y directa, de primera fuente, vibrante, capturando el sentir popular, la verdad debajo de la mentira oficial, "La batalla de Chile" es un documental imprescindible tanto por su ejecución formal y cinematográfica (brillante montaje, brillante narración, brillante la labor de Jorge Müller con su cámara) como por su carácter de documento histórico que no sólo sirve para recordar lo que ocurrió en aquella fatídica fecha, marcando a fuego el rostro y los nombres de los culpables, los traidores, los asesinos, sino que para reflejar los problemas que aún a día de hoy siguen latiendo con fuerza y con impunidad, tan sólo basta ver al periodista que será procesado en los tribunales por publicar libros sobre militares condenados por crímenes de lesa humanidad (uno se querelló por "injurias"), mientras poco días después otros criminales de la misma calaña salen con libertad condicional. El puto mundo al revés...

Para no olvidar jamás...