Director: Ignacio Ferreras
No importa, supongo que al final nunca me voy a ganar la lotería. En serio, soy de esa clase de personas que, si apuestan a que tres partidos de fútbol terminarán en empate, las tres victoria ocurrirán en los últimos cinco minutos de encuentro: simplemente no va a pasar, tendré que conseguir dinero trabajando como todos los demás. A propósito, espero que nunca adapten "Transmetropolitan"... ¿se imaginan si Seth Rogen y compañía se encargan de su traslado, nada menos que a la televisión? ¡¡ESO SÍ QUE SERÍA EL APOCALIPSIS!! Apuesto a que Jason Statham sería el elegido para encarnar al brillante Spider Jerusalem... oh, no me hagan pensar en ello, por favor, miren que ya es suficiente con que Dominic Cooper sea Jesse Custer, el puto predicador, y no quiero ni adivinar a quién elegirán para hacer de The Butcher en la inminente (y temible) versión televisiva de "The Boys", también a cargo de Rogen (ay, dios santo, ¡¿por qué?!). Estos no son los temas que la gente trata en twitter ni mucho menos lo que los medios "informan", pero debería ser materia de discusión si no quieren que de aquí a cinco años más todo lo que den por la tele sea absoluta mierda. De todas formas, despreocúpense, ya saben que me gusta hacer desmedidas y sesgadas elucubraciones, ¿de qué otra forma nos vamos a divertir?
Pensamientos aleatorios: usualmente cuando se habla de un cómic o de una novela que se convertirá en película se presta bastante atención a qué tan fiel permanecerá el relato o el argumento, habiendo dos opciones que generan igual cantidad de críticas: por un lado, tenemos a ciertas personas que defienden a ultranza el respeto total a la historia original, arguyendo que alterar su discurrir representa una falta de respeto a su esencia e identidad, mientras que por otro lado tenemos a quienes critican las adaptaciones que no cambian ni una coma, señalando que tal cosa no es ningún aporte y que, al fin y al cabo, tampoco respeta su fuente de procedencia. Yo pienso que tal discusión es errónea en tanto lo que importa es el paso de un formato a otro, entiéndase pasar del formato literario o comiquero al cinematográfico (o viceversa, aunque en esos casos es poca la atención dada, después de todo es un negocio extraño ese de las novelizaciones), y es que puede parecer simple, sobre todo tratándose de cómics, pasar de un formato visual a otro audiovisual, pero, no hace falta decirlo, el tempo y el ritmo, entre otros aspectos, varían drásticamente de un tipo de obra a otra, pues en el cómic cada viñeta tiene su propio tempo (o energía, movimiento interno) mientras que cada página tiene una organización determinada que hace fluir la historia a su modo, aunque a lo que voy es que el movimiento que se le da a la imagen fija base, tanto en el cine como en el cómic (tradicionalmente 24 fotogramas por segundo en cine, ¿seis viñetas en cada página de cómic?: ambas parten de una imagen fija, el fotograma o la viñeta), requieren tratamientos narratológicos únicos de cada arte para darles vida. No es cosa de que un director de cine imite los encuadres del cómic y luego el montaje una los planos, pues difiere mucho una narración viñeta a viñeta de una fotograma a fotograma. Por ello pienso que la discusión sobre la fidelidad del argumento es irrelevante, o, dicho de otra forma, menos relevante que la representación visual de cada formato y, sobre todo, el inefable asunto del espíritu de la obra original, si bien todo suma (o resta) visto el conjunto adaptado. Todo esto viene a que, con cada anuncio de un cómic o una novela siendo adaptados al cine, sale alguien diciendo "espero que no sea una adaptación calcada a la original, después de todo lo que importa es el formato y no la historia"... ¿no es eso una contradicción? En fin, como verán, yo también estoy lleno de contradicciones. Ahora, vayamos con "Arrugas"...
Entre la falta de dinero y las trabas de internet, mis únicas aproximaciones a la obra de Paco Roca son El invierno del dibujante y Arrugas, premiado cómic que, como ven, fue hecho película hace ya cinco años. "Arrugas", dirigida por Ignacio Ferreras y escrita por cuatro personas (entre ellas los mismos Ferreras y Roca), no es una buena adaptación pero al menos le alcanza para ser un ameno y a veces divertido relato sobre la vejez y el alzhéimer (así por decir algo genéricamente), y el poder del amor que lo vence todo (así por decir algo más solemne). Sin embargo, me llama la atención que, estando Roca en el proceso de escritura, se hayan tomado licencias que contravienen el encanto del cómic, si bien no era por acá por donde quería comenzar. Justamente, pretendía partir por lo del formato: Paco Roca apuesta por una narración la mar de sencilla y sutil (argumental como sustancialmente), dejando que el motor narrativo sea, en cierta forma, la pasividad y la indefensión de estos viejos que poco a poco pierden sus facultades y otras cosas más preciadas (la memoria, en un sentido poético). Así, cada viñeta y la sucesión de éstas se caracterizan por una parsimonia interna y conjunta, por un trágico sentido de la resignación y la esperanza en donde, precisamente, la quietud constituye la principal fuerza del relato y los personajes. Claro, habrá uno que otro viejo más calentón y animado que el resto, pero en lo que a narración se refiere, lo que la mueve es la indeleble marca del destino, una cándida visión nihilista de lo más curiosa. La película, a mí parecer, es incapaz de replicar dicha visión y dicho discurso en imagen cinematográfica, limitándose a replicar los encuadres pero careciendo de aquella emoción que hacía fluir las viñetas; acá las imágenes se mueven y la cosa avanza, pero le falta ese "algo", y ahora no sé si estoy hablando del espíritu de la obra original o de la calidad de la adaptación del formato. En cualquier caso, el demérito definitivo viene de la mano de la serie de cambios argumentales que, aunque a grandes rasgos respeten la estructura principal del cómic, van alterando la identidad del relato, haciendo que el motor narrativo no sea la pasividad y el cándido nihilismo sino que una contraproducente y agresiva ilusión optimista más propia de un inocente coming of age... o sea, ¿"Arrugas" como un coming of age con abuelos? Poco convincente, ¿no? Por lo demás, no comprendo esos ligeros toques de thriller cuando el compañero de habitación del protagonista se pone violento para sus cosas, y tampoco comprendo que el mismo protagonista, que en el cómic es un resignado señor al que incluso se le olvida su determinación de luchar contra el alzhéimer, se enoje tanto por menudencias y que tenga una actitud inconformista y rebelde.
"Arrugas" me parece irregular en varios aspectos, pero no deja de ser un visionado ligero medianamente solvente. Sin embargo, no olvida (a su manera) los momentos más humanamente bellos del cómic (aunque se pierde el toque poético), y al final, eso no deja de hacerte sonreír un poco... Qué bonito, ¿no?
Pensamientos aleatorios: usualmente cuando se habla de un cómic o de una novela que se convertirá en película se presta bastante atención a qué tan fiel permanecerá el relato o el argumento, habiendo dos opciones que generan igual cantidad de críticas: por un lado, tenemos a ciertas personas que defienden a ultranza el respeto total a la historia original, arguyendo que alterar su discurrir representa una falta de respeto a su esencia e identidad, mientras que por otro lado tenemos a quienes critican las adaptaciones que no cambian ni una coma, señalando que tal cosa no es ningún aporte y que, al fin y al cabo, tampoco respeta su fuente de procedencia. Yo pienso que tal discusión es errónea en tanto lo que importa es el paso de un formato a otro, entiéndase pasar del formato literario o comiquero al cinematográfico (o viceversa, aunque en esos casos es poca la atención dada, después de todo es un negocio extraño ese de las novelizaciones), y es que puede parecer simple, sobre todo tratándose de cómics, pasar de un formato visual a otro audiovisual, pero, no hace falta decirlo, el tempo y el ritmo, entre otros aspectos, varían drásticamente de un tipo de obra a otra, pues en el cómic cada viñeta tiene su propio tempo (o energía, movimiento interno) mientras que cada página tiene una organización determinada que hace fluir la historia a su modo, aunque a lo que voy es que el movimiento que se le da a la imagen fija base, tanto en el cine como en el cómic (tradicionalmente 24 fotogramas por segundo en cine, ¿seis viñetas en cada página de cómic?: ambas parten de una imagen fija, el fotograma o la viñeta), requieren tratamientos narratológicos únicos de cada arte para darles vida. No es cosa de que un director de cine imite los encuadres del cómic y luego el montaje una los planos, pues difiere mucho una narración viñeta a viñeta de una fotograma a fotograma. Por ello pienso que la discusión sobre la fidelidad del argumento es irrelevante, o, dicho de otra forma, menos relevante que la representación visual de cada formato y, sobre todo, el inefable asunto del espíritu de la obra original, si bien todo suma (o resta) visto el conjunto adaptado. Todo esto viene a que, con cada anuncio de un cómic o una novela siendo adaptados al cine, sale alguien diciendo "espero que no sea una adaptación calcada a la original, después de todo lo que importa es el formato y no la historia"... ¿no es eso una contradicción? En fin, como verán, yo también estoy lleno de contradicciones. Ahora, vayamos con "Arrugas"...
Entre la falta de dinero y las trabas de internet, mis únicas aproximaciones a la obra de Paco Roca son El invierno del dibujante y Arrugas, premiado cómic que, como ven, fue hecho película hace ya cinco años. "Arrugas", dirigida por Ignacio Ferreras y escrita por cuatro personas (entre ellas los mismos Ferreras y Roca), no es una buena adaptación pero al menos le alcanza para ser un ameno y a veces divertido relato sobre la vejez y el alzhéimer (así por decir algo genéricamente), y el poder del amor que lo vence todo (así por decir algo más solemne). Sin embargo, me llama la atención que, estando Roca en el proceso de escritura, se hayan tomado licencias que contravienen el encanto del cómic, si bien no era por acá por donde quería comenzar. Justamente, pretendía partir por lo del formato: Paco Roca apuesta por una narración la mar de sencilla y sutil (argumental como sustancialmente), dejando que el motor narrativo sea, en cierta forma, la pasividad y la indefensión de estos viejos que poco a poco pierden sus facultades y otras cosas más preciadas (la memoria, en un sentido poético). Así, cada viñeta y la sucesión de éstas se caracterizan por una parsimonia interna y conjunta, por un trágico sentido de la resignación y la esperanza en donde, precisamente, la quietud constituye la principal fuerza del relato y los personajes. Claro, habrá uno que otro viejo más calentón y animado que el resto, pero en lo que a narración se refiere, lo que la mueve es la indeleble marca del destino, una cándida visión nihilista de lo más curiosa. La película, a mí parecer, es incapaz de replicar dicha visión y dicho discurso en imagen cinematográfica, limitándose a replicar los encuadres pero careciendo de aquella emoción que hacía fluir las viñetas; acá las imágenes se mueven y la cosa avanza, pero le falta ese "algo", y ahora no sé si estoy hablando del espíritu de la obra original o de la calidad de la adaptación del formato. En cualquier caso, el demérito definitivo viene de la mano de la serie de cambios argumentales que, aunque a grandes rasgos respeten la estructura principal del cómic, van alterando la identidad del relato, haciendo que el motor narrativo no sea la pasividad y el cándido nihilismo sino que una contraproducente y agresiva ilusión optimista más propia de un inocente coming of age... o sea, ¿"Arrugas" como un coming of age con abuelos? Poco convincente, ¿no? Por lo demás, no comprendo esos ligeros toques de thriller cuando el compañero de habitación del protagonista se pone violento para sus cosas, y tampoco comprendo que el mismo protagonista, que en el cómic es un resignado señor al que incluso se le olvida su determinación de luchar contra el alzhéimer, se enoje tanto por menudencias y que tenga una actitud inconformista y rebelde.
"Arrugas" me parece irregular en varios aspectos, pero no deja de ser un visionado ligero medianamente solvente. Sin embargo, no olvida (a su manera) los momentos más humanamente bellos del cómic (aunque se pierde el toque poético), y al final, eso no deja de hacerte sonreír un poco... Qué bonito, ¿no?
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