Director: Robert Wise
Y volvemos a las películas de Robert Wise luego del feo tropiezo de ayer. "The Captive City" no es tan buena como pensaba/esperaba, pero no por ello nos vamos a detener. Estoy corto de ideas, así que iremos directamente al grano.
Me esperaba un noir contundente y cínico, sin embargo lo que vi fue un correcto y controlado ensayo de educación cívica carente de verdadera personalidad fílmica, más allá de algunos interesantes encuadres. Sabemos que muchas películas criminales de la época se hacían con la intención de educar a la gente y mostrar que la vida criminal no paga, de hecho grandes obras maestras del género presentaban una estructura más o menos predeterminada (el ascenso mediante conductas delictivas, el reinado efímero y la caída definitiva), pero lo que las hacía tremebundas experiencias cinematográficas era, en palabras muy simples, la personalidad de la película misma y la que el director vertía en los fotogramas: ejercicios de estilo, si cabe. "The Captive City" era una película para un director como Phil Karlson (o, palabras mayores, Raoul Walsh), si hasta podríamos trazar ciertos paralelismos con su "The Phenix City Story" en tanto ambas comparten a un protagonista decidido a combatir las corruptas fuerzas que ensucian su ciudad (y, además, ambas están basadas en acontecimientos de la vida real).
En el presente filme, el protagonista es el editor de un periódico local (bastante miope y mediocre para ser alguien que debe informar a la gente; en serio, con ese olfato no se llega a ningún lado a menos que tengas suerte) que despierta de su cómoda situación cuando un conocido suyo es asesinado y nadie, autoridades incluidas, parece mostrar interés. Así, con una sed de justicia sustentada por el sentimiento de culpa, irá por ahí haciendo preguntas sobre ciertos negocios que, más que beneficios, reportan serios problemas. El problema es que "The Captive City" es demasiado suave y convencional, limitándose a mostrar las investigaciones del protagonista bajo una premisa predeterminada que no otorga verdadero conflicto dramático sino que señala una y otra vez que la corrupción es mala y que debe ser enfrentada para llegar a verdaderas soluciones... nada que no sepamos ya, pero, más allá de eso, ¿qué nos ofrece Robert Wise? Karlson, por ejemplo, nos ofrecía desenfadada ultraviolencia y erotismo (para los estándares de la época, está claro, sin embargo sus buenas películas siguen siendo indudablemente sugerentes incluso a día de hoy), nos ofrecía historias en donde los códigos del cine negro se ejecutaban de manera sucia y cruda, mostrando al ser humano como un verdadero animal sin correa. El acierto de Karlson no era centrarse en el discurso de su película, que claramente apuntaba a señalar que el crimen organizado, debajo de su capa de diversión y goce sin límites, esconde muerte y podredumbre; muy por el contrario, sus intenciones siempre fueron explotar los distintos elementos narratológicos de sus películas... ¿un proto-exploitation, quizás? Viejo, cómo me agrada ese Phil Karlson... Por desgracia, a riesgo de parecer redundante, "The Captive City" no parece mostrar interés en desmarcarse del propósito claramente educacional de su concepción, y como le falta mala leche, esa deliciosa personalidad apabullante y desvergonzada, pues entonces los noventa minutos se ven con más inercia que interés, pues, repitan conmigo, alumnas y alumnos: L-O-S M-A-L-O-S N-U-N-C-A G-A-N-A-N.
Una lástima, de verdad esperaba algo bueno y digno de recordar. Pero no todas pueden ser tan buenas...
En el presente filme, el protagonista es el editor de un periódico local (bastante miope y mediocre para ser alguien que debe informar a la gente; en serio, con ese olfato no se llega a ningún lado a menos que tengas suerte) que despierta de su cómoda situación cuando un conocido suyo es asesinado y nadie, autoridades incluidas, parece mostrar interés. Así, con una sed de justicia sustentada por el sentimiento de culpa, irá por ahí haciendo preguntas sobre ciertos negocios que, más que beneficios, reportan serios problemas. El problema es que "The Captive City" es demasiado suave y convencional, limitándose a mostrar las investigaciones del protagonista bajo una premisa predeterminada que no otorga verdadero conflicto dramático sino que señala una y otra vez que la corrupción es mala y que debe ser enfrentada para llegar a verdaderas soluciones... nada que no sepamos ya, pero, más allá de eso, ¿qué nos ofrece Robert Wise? Karlson, por ejemplo, nos ofrecía desenfadada ultraviolencia y erotismo (para los estándares de la época, está claro, sin embargo sus buenas películas siguen siendo indudablemente sugerentes incluso a día de hoy), nos ofrecía historias en donde los códigos del cine negro se ejecutaban de manera sucia y cruda, mostrando al ser humano como un verdadero animal sin correa. El acierto de Karlson no era centrarse en el discurso de su película, que claramente apuntaba a señalar que el crimen organizado, debajo de su capa de diversión y goce sin límites, esconde muerte y podredumbre; muy por el contrario, sus intenciones siempre fueron explotar los distintos elementos narratológicos de sus películas... ¿un proto-exploitation, quizás? Viejo, cómo me agrada ese Phil Karlson... Por desgracia, a riesgo de parecer redundante, "The Captive City" no parece mostrar interés en desmarcarse del propósito claramente educacional de su concepción, y como le falta mala leche, esa deliciosa personalidad apabullante y desvergonzada, pues entonces los noventa minutos se ven con más inercia que interés, pues, repitan conmigo, alumnas y alumnos: L-O-S M-A-L-O-S N-U-N-C-A G-A-N-A-N.
Una lástima, de verdad esperaba algo bueno y digno de recordar. Pero no todas pueden ser tan buenas...
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