Dirección: Shari Springer Berman & Robert Pulcini
Estos últimos días he estado comentado básicamente cómics adaptados al formato cinematográfico (aunque en el caso de "De Profundis" la transformación fue a la inversa), no necesariamente lo mismo que ver películas en donde quede patente la relación del cine con el cómic. Ello se suple un poco con "American Splendor", adaptación de la serie de cómics escritos por el gran Harvey Pekar e ilustrados por un variopinto grupo de dibujantes (entre ellos su buen amigo Robert Crumb, cuya obra no fue muy bien tratada con la "película" de ayer, quizás por eso ahora comento ésta de Pekar). Recuerdo que ésta la había visto hace bastante tiempo en la tele, antes de entrar a la universidad digo, y entonces no tenía idea de nada... ni de quien era el tal Pekar o qué tenían que ver los cómics, solamente me acerqué por el mote de "cinta de culto". Al menos hoy por hoy estoy algo más preparado.
El otro día iba caminando por la calle, y bien a lo lejos, divisé a una señora que caminaba en dirección contraria a la mía y en la misma línea imaginaria que yo, por lo que para evitar un choque u otros eventos incómodos, me moví a mi izquierda para evitar cualquier eventualidad. Por alguna razón la señora también se movió, pero a su derecha, es decir en mi nueva línea imaginaria. No me hacía sentido y pensé "vaya vieja de mierda", pero para evitar problemas me volví a mover y esta vez la señora se quedó caminando en su preciado lado de la vereda. De inmediato recordé un episodio similar, salvo que en aquél, la señora en cuestión, una gorda vestida incluso peor que yo (con ropa más andrajosa y sucia que la mía), se cambió de lado cuando nos distanciaban apenas dos o tres pasos, así de imprevisto y sin mayor sentido alguno. Yo me hice el tonto y me detuve ahí mismo, saqué mi celular e hice como si estuviera haciendo algo muy importante en él, cabeza gacha y todo. La señora de seguro quería que me hiciera a un lado ante su maleducado y desubicado movimiento, y se quedó durante un par de eternos minutos esperando a que me corriera, pero como no cedo ante gente tonta, finalmente la señora me esquivó y retomó su camino. Yo la miré un rato caminar, con sus rodillas a punto de romperse bajo su inclemente peso, y seguí mi camino, victorioso. Terminó el recuerdo y un pensamiento me asaltó: ¡esta es una historia que el mismo Harvey Pekar pudo haber incluido en sus cómics! Y es que éso es lo más maravilloso y mágico que Pekar ha hecho por el cómic, por el arte e incluso por la vida misma: logar que episodios tan comunes y silvestres, a su modo, puedan ser una obra maestra. En los últimos días, a raíz de estas entradas relacionadas con el mundo del cómic, he estado observando bastante cosas pequeñas y sencillas (pero hermosas y únicas) que bien pudieron haber sido objeto de la pluma de Pekar, ¡y cualquier momento puede ser capturado y sublimado en forma de arte! Leer American Splendor es un indescriptible placer, qué duda cabe, una obra cuyo legado artístico es inconmensurable.
"American Splendor" es más bien un documental ficcionado (o, mejor dicho, representado por actores), no tanto una ficción con toques de documental, o al menos así lo veo yo. Podemos convenir que Harvey Pekar es inigualable, tal como su obra, sin embargo la película expresa, con honestidad y respeto, esa entrañable y humana mezcla de belleza y amargura, presentes en cualquier momento y lugar de la cotidianidad. El relato, para armar un todo fluido y no perderse en la infinidad de historias que nos ha contado el genio de Cleveland y dar la impresión de descontrol, sigue la lógica de orígenes-momentos complejos-cambios importantes-y-reto final, que en este caso tienen mucho que ver con la tercera esposa de Pekar. Un relato convencional, claro, pero que cuenta con el gran (des)encanto de su protagonista, el cual finalmente le otorga vida a esta cinta. A propósito del protagonista, Paul Giamatti, nuevamente, nos entrega una actuación descarnada y sensacional. También aparece James Urbaniak, aquel actor descubierto por el grandísimo Hal Hartley en la preciosa "Henry Fool", haciendo nada menos que de Robert Crumb. Genial, ¿no?
"American Splendor" es un sentido y solvente repaso a la vida y obra de Harvey Pekar, pero estoy seguro que esta película quedó más interesante en American Splendor: our movie year, que recoge la experiencia de Pekar en ella. Y para las otras porciones de su vida, pues bien, ahí tienen su obra. A propósito, que loco que Pekar, un sujeto algo desaliñado, en su juventud haya sido un matón temido y respetado, no sólo en el barrio sino que también en la ciudad; un invencible de las peleas callejeras... de las críticas de jazz... y de los cómics.
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