domingo, 26 de marzo de 2017

Stoker - 2013


Director: Park Chan-wook

A raíz de "The Handmaiden", también de Park Chan-wook, me dieron ganas de ver la película que hizo en Estados Unidos tres años antes, "Stoker", protagonizada por Mia Wasikowska, que a pesar de elegir buenos papeles (además de ésta estuvo en "Only Lovers Left Alive", de Jarmusch, "Map to the Stars", de Cronenberg y "Jane Eyre", de Cary Fukunaga), siento que no ha recibido los elogios que se merece (aunque bien es cierto que también se ató a "Alicia en El País de las Maravillas" y su secuela, que pueden ensuciar la reputación de cualquiera). Como sea, me dieron ganas de ver "Stoker" otra vez y acá estamos, disfrutándola más que aquel primer visionado.


La verdad es que no recordaba mucho de "Stoker", salvo fragmentos que en realidad pertenecían a etapas del relato totalmente diferentes a las que creía formaban parte. Recordaba un cuello roto; una chica que se masturba en la ducha; a Nicole Kidman; la expresión absorta y ensimismada de la misma chica que se masturba en la ducha. Lo que no recordaba era la expresión extasiada de la protagonista, esos hondos ojos en donde se forman oscuros torbellinos de pasión, esos finos y suaves labios al borde del descontrol, un rostro dominado por la incredulidad y la verdad, la voz gentil y grácil pero segura y penetrante. Mia Wasikowska interpreta a una singular muchacha, única, perceptiva, sensible, rodeada y sumergida en un mar de sensaciones que fluyen a flor de piel que comienzan su intensa pero contenida (o mejor dicho, íntima) ebullición cuando, tras la muerte de su padre, aparece repentinamente el tío, salido de la nada, envuelto en un halo de expectación y fascinación, sus pies transitado grandes experiencias, sus ojos contemplado bellos paisajes, sus oídos deleitado las más bellas melodías, sus labios probado los más deliciosos sabores, sus manos tocado la piel más delicada. Cuando dos espíritus afines se encuentran, el mundo o se detiene, o pierde el control, o ambos.
La primera vez que vi "Stoker" quedé conforme pero no tan satisfecho como ahora, en parte porque seguramente esperaba algo diferente aquella vez, algo más estrictamente argumental y no el amplio y estimulante despliegue de sensaciones que Park Chan-wook construye de manera magnífica y exquisita. "Stoker" es una película sofisticada, delicada, sensual, hipnótica, magnética, sexy y misteriosa en donde el motor narrativo, más que el discurrir de los hechos, es lo que subyace a éstos: los gestos, las miradas, la piel, los pasos, el tacto... "Stoker" es una extraña y llamativa vuelta de tuerca al relato coming of age, con Mia Wasikowska tomando un camino de autodescubrimiento aderezado con intrigas familiares, psicópatas y agresores sexuales, perversiones y filias de todo tipo, crímenes y asesinatos, lágrimas y gotas de sangre y sudor derramadas, y por supuesto, secretos y mentiras que salen a flote. En realidad la trama es lo de menos (dudo que alguien se impresione con el pasado del tío guapo y misterioso); yo me he dejado llevar por este tren de sensaciones y emociones, por esta atmósfera de extrañeza e inquietud, por este clima sugerente e introspectivo, por la intensidad de las violentas y sexuales pulsiones expresadas maravillosamente a través de una puesta en escena brillante y más precisa que nunca (grandioso montaje, fabulosa fotografía, sensacional banda sonora), tomando en cuenta la tendencia al exceso del amigo Park Chan-wook. Y qué decir de la labor del reparto, liderados por una Mia Wasikowska completamente entregada a este difícil papel, miren que es fácil poner cara de perturbado pero dolorosamente complicado dotarle de un trasfondo emocional coherente y verosímil, y Wasikowska lo hace a la perfección.
Gran película la del señor Park Chan-wook, sí señor. Una auténtica joya cinematográfica.

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