martes, 28 de marzo de 2017

The Assignment - 2016


Director: Walter Hill

Motörhead no es Motörhead sin Lemmy así como Sepultura no es Sepultura sin Max Cavalera, sólo que los primeros sabiamente decidieron no continuar tras la muerte de su líder mientras que los segundos no sólo decidieron continuar tras la partida del suyo (allá por el '97-'98, creo), sino que provocaron las condiciones que condujeron a Max a dejar la ya mítica banda brasileña. Lo que quiero decir es que entiendo perfectamente la cancelación de "The Knick", una serie que me encanta y fascina pero que no puede continuar por razones ya esgrimidas. En otros temas, terminado el primer tiempo entre Chile y Venezuela, entiendo que los tres goles relajen a la gente e incluso a los comentadores, pero por favor, Chile no ha jugado "espléndidamente bien" (lo que pasa es que la defensa visitante ha jugado malísimo), lo cual se nota por la debilidad de una defensa que ha dejado que los atacantes venezolanos hagan lo que quieran y queden con el arco a su disposición, y si no han convertido es porque no son delanteros de categoría y porque Bravo ha estado inusualmente efectivo. "Él poh, el experto en fútbol". Ok, entonces no digo más... ¿Hablemos de lo último a la fecha que ha dirigido Walter Hill, mejor? Hablemos... ¡eh!, gol venezolano. Ya decía que con esa defensa y con ese arquero era cuestión de tiempo... Ahora los comentaristas no están tan tranquilos, ¿ah? A todo esto, hace tiempo que no veía clasificatorias mundialistas tan apretadas, cualquiera podría quedar dentro o fuera del mundial, ¡dios mío!, y esa incertidumbre persistirá hasta la fecha final... ¡eh, eso era gol! ¡No se lo cobraron a los venezolanos! Uf, como caerán esos reclamos. ¿Supieron que ahora que los argentinos están en crisis los chilenos son los nuevos mafiosos corruptos que mueven los hilos de la Conmebol y la FIFA?


"The Assignment" no es una película de acción al uso, lo cual es tan bueno como malo, y ciertamente no es la película que esperaba. No es que las cosas se deban hacer como a mí me dé la gana, ya sé que el mundo no gira en torno a mi insignificante figura, pero pienso que la propuesta de "The Assignment" no es realmente certera ni efectiva; es difícil justificar la forma en que se contó esta historia. De hecho es un tanto extraño, desconcertante. Quizás sea su estructura falsamente no lineal, es decir, que el cuerpo central del relato, esto es la venganza de Michelle Rodríguez, un asesino a sueldo al que Sigourney Weaver le hace una cirugía de cambio de sexo por matar a su hermano (así es: Michelle Rodríguez comienza siendo hombre, con pene incluido), es narrado como un racconto, un episodio recordado por una Sigourney Weaver ya apresada e interrogada, años después de los hechos principales, por un doctor que busca determinar si está loca o no y continuamente interrumpido por opiniones, reflexiones e impresiones tanto del personaje de Weaver como del interrogador. Este racconto se narra de manera lineal aunque la película sea no lineal, y la verdad es que no entiendo muy bien por qué: la fragmentación del relato lo único que hace es romper la incertidumbre y el misterio y no generar suspenso ni mucho menos jugar con las perspectivas del hecho. Me cuesta entender qué aporta el hecho de saber que Weaver queda viva después de todo el entuerto y, más aún, qué aporta al cuerpo central la visión de su personaje, cuyas reflexiones serán interesantes a un nivel extracinematográfico pero que dentro de la narración quedan como meras anotaciones, apuntes sin carga dramática; de hecho, es notoriamente inconsistente, por no decir contradictorio, que la venganza de Michelle Rodriguez se narre como una cinta de acción común y corriente (a pesar de lo "excéntrico" del detonante dramático) mientras Weaver la presenta a su interlocutor casi como una tragedia shakesperiana de grandilocuentes intenciones existenciales y conductuales, sociológicas si cabe, y claro, por un lado tenemos a este atractivo e interesante personaje con su pedante verborrea y por el otro a esta primitiva pistolera que básicamente dispara a todo aquel relacionado con su no consentido cambio de sexo. Es como si un partido alta y típicamente irregular fuera analizado como una gesta épica y heroica por el director técnico triunfador: deja a la galería con un tremendo signo de interrogación sobre sus cabezas. Lo cierto es que tenemos una película tremendamente básica y previsible (característica potenciada por el hecho de saber que Weaver queda viva) que se distingue medianamente del resto por su excéntrica y alocada premisa (a pesar de lo cual no deja de ser inofensiva, me pregunto de qué se habrán ofendido los susceptibles de siempre que ponen el grito en el cielo por cualquier estupidez; al contrario, la película deja caer conciliadoras proclamas reivindicativas) y por esta estructura innecesaria e inútilmente no lineal.
"The Assignment" comienza bien pero luego no se sostiene. "Bullet to the Head", también sobre un asesino a sueldo que busca vengarse de malos aún más malos que él, es incluso más simple pero aún así funciona y se disfruta sin complejos porque no cercena su desenlace (aunque sepamos por dónde irán los tiros) y, al no hacerlo, al mantenerse estrictamente lineal, tampoco cercena el propósito del protagonista y, por ende, sostiene la atención de inicio a fin. Acá, al contrario, sabiendo que Weaver queda viva (y queda viva por una razón...  que tampoco es la gran cosa, de hecho es muy nada), da la impresión de que la venganza de Michelle Rodríguez es inútil e insatisfactoria, casi gratuita. En fin, admito que estoy molesto por cómo se dio el partido, pero, a fin de cuentas, "The Assignment", aunque sea del buen Walter Hill, no es una buena película; la iba a comentar negativamente incluso si se hubiese ganado 10-0 con un partido perfecto en todas sus líneas. Tiene elementos pero no sabe conjugarlos ni cocinarlos ni construirlos en tanto relato y estructura dramática. Una lástima, pero las cosas no siempre marchan impecablemente sobre ruedas, que esa sea la lección de hoy día.
Bah, se ganó 3-1 pero el partido fue un maldito desastre, viejo. El de Argentina fue un partido relativamente bajo control que por desgracia se perdió, pero este, con victoria y todo, no es para nada tranquilizador. Pero bueno, aunque yo soy Sampaolista total, confío en el irregular pero solvente Pizzi. A uno como hincha le toca aguantar, qué se puede hacer...

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