El botón de nácar - 2015

Director: Patricio Guzmán

Con "El botón de nácar" terminamos de ver, para alivio de muchos de los visitantes de por acá (quizás), todas las películas que Ondamedia.cl tiene de Patricio Guzmán, a la espera de que estrenen "La cordillera de los sueños", que con la de hoy y "Nostalgia de la luz", conforman una trilogía sobre la geografía chilena como testigo de la Historia reciente, como fuente de verdades cuyo lenguaje, tristemente, como humanos no podemos descifrar, aunque sí, al menos, intentar comprender e interpretar, porque ante la estupidez del Hombre, es bueno admirar la sabiduría de la Naturaleza.
Del desierto al universo. En el universo hay agua y si entendí bien, el agua vino del universo hacia nuestro planeta. El agua es la fuente de toda la vida; sin agua no hay vida. El agua es el eje de esta película, la mayor frontera de Chile, este largo y angosto país. Qué significa el agua para Chile, pareciera que no es parte de la identidad del país, como tampoco lo son muchas cosas que a lo mejor podrían serlo, pero que no lo son porque todo pertenece a unos pocos, como el mar, que pertenece a siete familias, aunque de eso, en estricto rigor, no trata este documental. No entraré en detalles, deben ser ustedes los que se zambullan en el flujo de reflexiones e imágenes que propone Guzmán, de una belleza poética y cinematográfica magníficas. El agua, fuente de toda vida, pero en Chile también es la muerte, sabidos los casos en que los militares lanzaron a los desaparecidos al mar. El agua significaba la vida para los pueblos originarios del sur austral de Chile, elemento esencial de sus identidades, la fuente de alimento y tanto más, pero también el medio a través del cual fueron llegando el hombre blanco, los colonos, que, financiados por los gobiernos chileno y argentino de la época, perpetraron un verdadero genocidio en contra de ellos (unos pocos descendientes viven a día de hoy, ignoro si directos-directos). La historia del pueblo chileno y de los pueblos originarios, y el agua que corre entre medio, llevando buenas o malas, transmitiendo una memoria que algunos preferirían tirar por el desagüe o vender al mejor explotador, al que la evapore mejor. El extremo austral de Chile, una isla, la Isla Dawson, en donde los aborígenes del sur fueron trasladados, para morir por las enfermedades llegadas de europa, para morir culturalmente aleccionados por las religiones e ideales llegados del mismo lugar. Isla Dawson, en donde se levantó un campo de concentración para opositores a la dictadura del tirano narcotraficante (que muy amigo era de los ingleses, pero ¡ni siquiera sabía hablar inglés el pedazo ignorante de mierda ese!, ¡un idioma que se puede aprender incluso sin estudiarlo!). Del agua al universo: los aborígenes creían que una vez muertos, las almas se transforman en estrellas. En el universo hay grandes concentraciones de agua. ¿Habrá vida en esos lugares? ¿Podrían los pueblos originarios navegar y nadar en esas aguas, sin que nadie vuelvan a exterminarlos? Y el botón de nácar, una de esas coincidencias que sólo pueden ser encontradas por genios como Patricio Guzmán...
Magnífica continuación de "Nostalgia de la luz", "El botón de nácar" es otra experiencia eminentemente sensorial y poética, increíblemente sencilla a la vez que compleja (o rica, deliciosa) en sus conexiones y metáforas, que manifiesta en imágenes lo que pareciera imposible, o difícil, expresar con palabras. El cine y la naturaleza tienen lenguajes más afines, a nosotros ya nos queda ver y escuchar.