Creación: Stefano Sollima, Leonardo Fasoli y Mauricio Katz
Supongo que durante todo este tiempo que dure la, ejem, cuarentena, le daremos espacio a ciertas series o miniseries. Hablemos, pues, de "Zerozerozero", serie creada por Stefano Sollima, basada en la novela de Roberto Saviano, el escritor amenazado por la mafia italiana que también escribió su aún más reconocida Gomorra, hecha película por Garrone y luego serie de televisión por el mismo Sollima.
"ZeroZeroZero". Estamos hablando de una serie de ocho episodios que, como dicen medios más reputados y serios que este humilde blog, muestran la ruta de la cocaína por el mundo, en este caso a través de la compra de no sé cuántos miles de kilos de dicha droga, operación que involucra tres partes: los vendedores, unos narcos mexicanos; los compradores, unos mafiosos italianos; y los intermediarios, unos gringos dueños de barcos que utilizan para transportar la valiosa mercancía. Hecha la compra, que debe viajar por el mundo, y a la espera de que se consume el trato, cada parte deberá lidiar con sus propios problemas, que tratándose del mundo criminal no estamos hablando de cosas sencillas, a saber: los italianos tienen una especie de guerra de familias, pues a Don Minu, el viejito que es el líder de la mafia de Calabria y el que hace la compra como un gesto de buena voluntad para los familias que trabajan para él, se le rebela su nieto, furioso por rencillas pasadas, que hará todo lo posible por boicotear la compra de droga, sabiendo que, fallida la operación, las familias darán su beneplácito para derrocar al veterano mafioso. En México, específicamente en Monterrey, un grupo de militares comprados por los narcos, militares liderados por un actor llamado Harold Torres que se erige como la gran interpretación de la serie, sin querer queriendo irán cambiando por completo, con desbocada violencia, las reglas del juego poniendo patas arribas incluso a los pinches narcos más chingones. Y los intermediarios, los gringos, Dane DeHaan y Andrea Riseborough como dos hermanos que deben asegurarse de que la merca llegue sana y salva a su destino, si bien será todo un infierno que los llevará por desiertos y yihadistas y Senegal y cuanta cosa más. Narco-turismo en todo su esplendor.
La serie está bien, está dirigida con pulso firme (más o menos lo que se dice de los buenos thrillers criminales, perdón el lugar común), Pablo Trapero, que dirige los tres últimos episodios, es quien demuestra una puesta en escena más cinematográfica, pero fuera de eso todos se manejan con la acción, los tiros y las muertes, la atmósfera seria y densa y tensa (no tanto como en ambas "Sicario", la referencia más notoria y/o obvia). La parte de los mexicanos es, con diferencia, la más interesante y lo mejor del conjunto; la parte de los italianos tiene sus momentos pero esa guerra interna me huele a cuento conocido; la parte de los gringos supongo que tiene de todo, va por mar, por desierto, por un puerto... es también la parte más alargada porque, aunque claramente la intención era mostrar por dónde circula la mercancía en parte del mundo y a quiénes llegan, tanta vuelta por las montañas y Senegal y Marruecos no me parece tan necesario para demostrar el punto del circuito de la droga o el mapa de la corrupción, fiel prueba de que las series aún adolecen de rellenos. Por otra parte Dane DeHaan es un actor que me encanta aunque no sé si lo aprovechan muy bien, siempre lo muestran tan ojeroso y pálido y encorvado, tan encasillado en una forma de actuar (y mide 1,73, lo mismo que yo, y eso que el tipo se ve alto). El reparto mexicano e italiano sin duda se luce más, y eso que DeHaan y Riseborough son los de más renombre. En definitiva, Harold Torres y Don Minu son los mejores, sin duda alguna, pero el primero de ambos se lleva mis aplausos.
En resumen, buena serie, excelentemente escrita y ejecutada, con inevitables rellenos y minutos demás que no merman en general la calidad de la escritura, pero que sí le quitan consistencia al conjunto. Con momentos de gran altura, a veces cinematográfica, con un estilo crudo y áspero para retratar la violencia del negocio, sin aspavientos ni fuegos de artificio hollywoodenses (no sé si diferente de "Narcos" y sus imitadoras porque no las he visto ni pienso verlas), la verdad es que "ZeroZeroZero" destaca como un producto de calidad e integridad que no puedo dejar de recomendar. La recomendación suprema del blog es siempre ver películas, pero a la curiosidad no hay impedirle respirar, no señor, no señora...
"ZeroZeroZero". Estamos hablando de una serie de ocho episodios que, como dicen medios más reputados y serios que este humilde blog, muestran la ruta de la cocaína por el mundo, en este caso a través de la compra de no sé cuántos miles de kilos de dicha droga, operación que involucra tres partes: los vendedores, unos narcos mexicanos; los compradores, unos mafiosos italianos; y los intermediarios, unos gringos dueños de barcos que utilizan para transportar la valiosa mercancía. Hecha la compra, que debe viajar por el mundo, y a la espera de que se consume el trato, cada parte deberá lidiar con sus propios problemas, que tratándose del mundo criminal no estamos hablando de cosas sencillas, a saber: los italianos tienen una especie de guerra de familias, pues a Don Minu, el viejito que es el líder de la mafia de Calabria y el que hace la compra como un gesto de buena voluntad para los familias que trabajan para él, se le rebela su nieto, furioso por rencillas pasadas, que hará todo lo posible por boicotear la compra de droga, sabiendo que, fallida la operación, las familias darán su beneplácito para derrocar al veterano mafioso. En México, específicamente en Monterrey, un grupo de militares comprados por los narcos, militares liderados por un actor llamado Harold Torres que se erige como la gran interpretación de la serie, sin querer queriendo irán cambiando por completo, con desbocada violencia, las reglas del juego poniendo patas arribas incluso a los pinches narcos más chingones. Y los intermediarios, los gringos, Dane DeHaan y Andrea Riseborough como dos hermanos que deben asegurarse de que la merca llegue sana y salva a su destino, si bien será todo un infierno que los llevará por desiertos y yihadistas y Senegal y cuanta cosa más. Narco-turismo en todo su esplendor.
La serie está bien, está dirigida con pulso firme (más o menos lo que se dice de los buenos thrillers criminales, perdón el lugar común), Pablo Trapero, que dirige los tres últimos episodios, es quien demuestra una puesta en escena más cinematográfica, pero fuera de eso todos se manejan con la acción, los tiros y las muertes, la atmósfera seria y densa y tensa (no tanto como en ambas "Sicario", la referencia más notoria y/o obvia). La parte de los mexicanos es, con diferencia, la más interesante y lo mejor del conjunto; la parte de los italianos tiene sus momentos pero esa guerra interna me huele a cuento conocido; la parte de los gringos supongo que tiene de todo, va por mar, por desierto, por un puerto... es también la parte más alargada porque, aunque claramente la intención era mostrar por dónde circula la mercancía en parte del mundo y a quiénes llegan, tanta vuelta por las montañas y Senegal y Marruecos no me parece tan necesario para demostrar el punto del circuito de la droga o el mapa de la corrupción, fiel prueba de que las series aún adolecen de rellenos. Por otra parte Dane DeHaan es un actor que me encanta aunque no sé si lo aprovechan muy bien, siempre lo muestran tan ojeroso y pálido y encorvado, tan encasillado en una forma de actuar (y mide 1,73, lo mismo que yo, y eso que el tipo se ve alto). El reparto mexicano e italiano sin duda se luce más, y eso que DeHaan y Riseborough son los de más renombre. En definitiva, Harold Torres y Don Minu son los mejores, sin duda alguna, pero el primero de ambos se lleva mis aplausos.
En resumen, buena serie, excelentemente escrita y ejecutada, con inevitables rellenos y minutos demás que no merman en general la calidad de la escritura, pero que sí le quitan consistencia al conjunto. Con momentos de gran altura, a veces cinematográfica, con un estilo crudo y áspero para retratar la violencia del negocio, sin aspavientos ni fuegos de artificio hollywoodenses (no sé si diferente de "Narcos" y sus imitadoras porque no las he visto ni pienso verlas), la verdad es que "ZeroZeroZero" destaca como un producto de calidad e integridad que no puedo dejar de recomendar. La recomendación suprema del blog es siempre ver películas, pero a la curiosidad no hay impedirle respirar, no señor, no señora...
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