Directora: Rachel Griffiths
Un día viernes del mes de enero la jocketta Lesly C. Gonzalez alcanzó su triunfo número sesenta montando al ejemplar Keanu en el Club Hípico de Santiago, de esa manera convirtiéndose en jinete de primera categoría. Como una suerte de homenaje quería dedicarle la entrada de "Ride Like a Girl" ese día, pero para entonces no había visto ésta, la opera prima de la actriz Rachel Griffiths (es más, ese mes de enero la única película que vi, y en el cine además, fue "La Dolce Vita", que me tomé como una especie de premonición de lo que sería el año para mí, es decir un año muy dolce, pero claro, de dolce sólo el nombre porque la película, bellísima ciertamente, tiene más de amargo y de triste, un par de escenas insoportables y asfixiantes, aunque ojo, porque al final Marcello Mastroianni parece recuperar el sentido de vivir o al menos una alegría de vivir, y por eso no me refiero a mí sino que al mundo, al país... ya veremos, los que quedemos). Como sea, la vemos ahora.
"Ride Like a Girl" cuenta la historia de la jocketta Michelle Payne, la primera mujer en ganar la Melbourne Cup, la carrera más importante de la hípica australiana. Era la quinta mujer en competir en esa carrera, que ya llevaba 155 ediciones. La película es bastante sencilla y es cierto que puede tener un cierto aire a película Disney, algo cursi y melosa, pero no puedo negar que me ha encantado y que eso de cursi no es tal por la simple razón de que no hay nada impostado ni afectado en esta película: es honesta y directa en su forma de narrar la hazaña de su protagonista, sabiendo que la inspiración y la emoción son los vehículos dramáticos del relato, el cual comienza con la niñez de Michelle Payne, creciendo en una familia dedicada a la hípica (ya sea criando y entrenando caballos, o compitiendo en la pista), creciendo su propósito de ser jocketta, para luego crecer más e ir enfrentándose a las dificultades propias del deporte: el riesgo de las caídas y el riesgo de esas caídas; mantener el peso y la disciplina que ello implica en el diario vivir; pero sobre todo las pocas montas, que por lo general no dependen del talento y el esfuerzo del jinete o la jocketta, sino que de lo que digan los dueños y los entrenadores de los caballos, reticentes a darle montas a las mujeres porque la hípica parece ser un deporte de hombres (y esto lo dicen ellas, que son las que saben). Michelle Payne es interpretada por Teresa Palmer, una actriz que me gusta bastante y que debería ser más reconocida pienso yo, pero que, aunque tiene una filmografía de altibajos en cuanto a títulos, siempre que la he visto me ha demostrado una gran valía, entrega y potencia interpretativa. Por ejemplo acá, que cualquiera pudo haberse tomado este rol como algo meramente alimenticio, pero ahí está ella, Teresa Palmer, dando de sí lo mejor.
Una película bien hecha, conmovedora y que, sin ser una maravilla cinematográfica, qué demonios, tiene una magia en sus imágenes y en su relato, que es de lo que el cine se trata al fin y al cabo. Disfrútenla.
"Ride Like a Girl" cuenta la historia de la jocketta Michelle Payne, la primera mujer en ganar la Melbourne Cup, la carrera más importante de la hípica australiana. Era la quinta mujer en competir en esa carrera, que ya llevaba 155 ediciones. La película es bastante sencilla y es cierto que puede tener un cierto aire a película Disney, algo cursi y melosa, pero no puedo negar que me ha encantado y que eso de cursi no es tal por la simple razón de que no hay nada impostado ni afectado en esta película: es honesta y directa en su forma de narrar la hazaña de su protagonista, sabiendo que la inspiración y la emoción son los vehículos dramáticos del relato, el cual comienza con la niñez de Michelle Payne, creciendo en una familia dedicada a la hípica (ya sea criando y entrenando caballos, o compitiendo en la pista), creciendo su propósito de ser jocketta, para luego crecer más e ir enfrentándose a las dificultades propias del deporte: el riesgo de las caídas y el riesgo de esas caídas; mantener el peso y la disciplina que ello implica en el diario vivir; pero sobre todo las pocas montas, que por lo general no dependen del talento y el esfuerzo del jinete o la jocketta, sino que de lo que digan los dueños y los entrenadores de los caballos, reticentes a darle montas a las mujeres porque la hípica parece ser un deporte de hombres (y esto lo dicen ellas, que son las que saben). Michelle Payne es interpretada por Teresa Palmer, una actriz que me gusta bastante y que debería ser más reconocida pienso yo, pero que, aunque tiene una filmografía de altibajos en cuanto a títulos, siempre que la he visto me ha demostrado una gran valía, entrega y potencia interpretativa. Por ejemplo acá, que cualquiera pudo haberse tomado este rol como algo meramente alimenticio, pero ahí está ella, Teresa Palmer, dando de sí lo mejor.
Una película bien hecha, conmovedora y que, sin ser una maravilla cinematográfica, qué demonios, tiene una magia en sus imágenes y en su relato, que es de lo que el cine se trata al fin y al cabo. Disfrútenla.
un tema difícil para ver no? ja a no ser que te interese este deporte... saludos
ResponderBorrarLa verdad es que no jaja, me gusta la hípica. Una película de baseball sí que no la entendería, por otraa parte.
BorrarSaludos.