lunes, 29 de febrero de 2016

What Maisie knew - 2012


Directores: David Siegel & Scott McGehee

  Más por sorpresa que por genuino interés me acerqué a "What Maisie knew", pues me llamaba la atención que los directores de "Suture", un contundente y complejo thriller con toques experimentales, estuviesen a cargo de un drama aparentemente ligero y del montón. Pero me dije que en realidad podía ser interesante la visión que Siegel-McGehee le otorgara al divorcio de dos amargados padres y las consecuencias que esto tiene en su pequeña hija. El resultado final es del todo grato y recomendable, nada acomodaticio ni al uso, ni simplona ni inocua, "What Maisie knew" sorprende y encanta con su medida pero potente sensibilidad e inocente pesar. Me gusta esta dupla y los riesgos que corre...


  Maisie es una niña atrapada en el divorcio de sus irresponsables y amargados padres, una rockera de cuestionable actitud y un vendedor de pinturas igual de desagradable. A raíz de este virtual abandono, la niña verá que puede hallar afecto y seguridad en otras personas...


  Es cierto que uno tiende a buscar temas recurrentes en la obra de un autor, pero admito que sería hilar fino establecer similitudes o paralelismos entre "Suture", la opera prima de la dupla Siegel-McGehee, y "What Maisie knew", su último trabajo a la fecha. Sin embargo, llámenlo actitud defensiva o fundado argumento, por alguna razón no me parece descabellado hacer tal cosa en el presente caso. Siegel-McGehee está particularmente interesado en las personas y sus roles, la autenticidad de lo que son y lo que sienten y lo que piensan: en "Suture" dicho interés se reflejaba en una trama en donde dos medio-hermanos idénticos luchaban por una identidad debatida entre la imagen que la creó o el interior que la adoptó; por su parte, en "What Maisie knew" la trama se centra en la autenticidad tanto de los afectos como de las figuras paterno-filiales que rodean a la protagonista. Si en "Suture" se cuestionaba quién o qué era Vincent Towers (un nombre, una imagen, un hombre, una persona...), en la presente se reflexiona en torno a la naturaleza del ser padre y madre, no centrado en una persona en particular como en el rol y sus implicancias sociales y emocionales; y que el amor mismo no es solamente afectuosas palabras y recordatorios cercanos al chantaje sino que también actos desinteresados y honrados. La dupla realizadora no apunta a las dificultades de todo padre sino al carácter moral de sus acciones: es tristemente natural que los padres deban atender a urgencias laborales con tal de no perder el sustento para el hijo, pero pronto nos damos cuenta de que tanto Julianne Moore y Steve Coogan (el peinado suyo, dios...) son unos padres displicentes e irresponsables que privilegian sus intereses más que los de su hija y que se escudan en sus "obligaciones" para huir de sus responsabilidades, no sólo dejando a Maisie a su suerte en numerosas ocasiones sino que presa de un abandono mayor: el del desinterés y desapego emocional, disfrazado de conveniente afecto, pero desinterés al fin y al cabo. ¿Qué es un padre? ¿Qué es familia? ¿La respuesta se determina por lo biológico o por lo social? ¿Lo sanguíneo es realmente un lazo irrompible o es la vida misma la que lo construye y destruye? Son preguntas y respuestas difíciles que, aunque quedan notoriamente expuestas, de todas formas se tratan con sutileza, sin superioridad moral ni sentencias taxativas: aunque acá me haya despachado un poco con los personajes de Moore y Coogan, el tratamiento de la película, nada complaciente ni condescendiente con ellos ni con nadie, no los invalida como personas pero sí busca reflexionar en torno a su valor como padres atendiendo a la mirada de la única que sufre las consecuencias y que puede ver la verdad. Y con la presencia de la bella Joanna Vanderham (nacida un año antes que yo, jujuju..., y con veinte años al momento del rodaje) y su delicioso acento escocés, acompañada  del simpático Alexander Skarsgard (su personaje es el más humano de la película, el más honesto), la reflexión sigue su interesante y sobrecogedor rumbo...
  "What Maisie knew" es un raro ejemplo de solidez narrativa y sustancial que expresa un montón pero sin ser densa ni pedante, al contrario, aprovechando la sencillez de sus elementos (personajes, montaje, cámara...), aún así de gran potencia y construcción, para ser contundente y certera. Además es muy humana y muy honesta, por eso es que empatiza con el espectador de inmediato, y, sin caer en estridencias dramáticas, nunca deja de tener un halo conmovedor y desolador, pues la niña, finalmente, es la que vive en un terreno incierto, ya ni siquiera legal sino que personal y afectivo: ¿en quién puede confiar y creer? Sólo ella lo sabe...
  En conclusión, lo último de Siegel-McGehee es una bonita y emotiva puesta al día del libro homónimo de Henry James (que no he leído), necesariamente auténtica, y que además de tener todo el trasfondo descrito, está narrada con una fluidez fantástica. Y aunque se le acuse de predecible (no es que uno no vea venir lo que sucede), lo importante es el componente humano. En última instancia verán un drama bien escrito y dirigido (sin cursilerías, o al menos sin impostados sentimentalismos: como digo, todo honesto acá), pero sabemos que se ofrece mucho más que eso...

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