martes, 9 de febrero de 2016

Krigen - 2015


Director: Tobias Lindholm

  Dinamarca es un país que llega bastante lejos en lo que a oscars se refiere, siempre marcando una presencia más o menos importante en la categoría de mejor película extranjera, al menos desde el 2010 (antes de ello sólo se cuentan dos pre-nominaciones), cuando la victoria de Susanne Bier comienza un éxito continuado que sólo el año que ganó "Ida" no obtuvo ni siquiera una pre-nominación; el resto de lo que va de década siempre ha tenido finalistas danesas (excepto el 2011, cuando llegaron a las semifinales nada más, un buen logro en todo caso). Por acá hemos comentado, si bien no una ingente cantidad, sí un relativamente apreciable número de títulos daneses, y es que la cinematografía de ese país luce, como siempre digo, la mar de interesante. "Krigen" es la tercera película de Tobias Lindholm y de momento la última de las nominadas a mejor película extranjera o de habla no inglesa que comentaremos por acá, pues ni "Saul fia" (la tercera opera prima nominada... ¿cuál es el récord de debuts nominados?) ni "El abrazo de la serpiente" están en mi poder, pero de acá al 28 o 29 puede que aparezcan, quién sabe.


  Claus es un comandante danés a cargo de una gran cantidad de hombres en algún punto de Afganistán, con la misión de mantener a los talibanes a raya y a los civiles protegidos. En Dinamarca, su esposa intenta cuidar de sus tres hijos y mantener todo estable hasta la vuelta del hombre, en tres meses más. Pero toda situación bélica no sigue precisamente los planes de la gente...


  A ésta también llegaba con impresiones previas que, durante el visionado, probaron ser débiles, por no decir equivocadas. Pensaba que "Krigen" iba a ser un superficial y pueril alegato anti-belicista complacido y preocupado más de su mensaje que de un relato apropiado, más o menos como "Good Kill", de Andrew Niccol, cuyo discurso tenía una base interesante aunque un pobre tratamiento e incluso peor argumento. Tampoco hay que confundirse, pues "Krigen" sí muestra el sinsentido de la guerra, de las muertes que causa y el mal que provoca en los involucrados: chicos daneses con vidas truncadas y personas locales asesinadas por talibanes o por errores militares. Pero el director, que también es el guionista, no se entrampa en estos enunciados morales que ya todos conocemos ("todos pierden en una guerra", etc.) ni hace de los mismos el propósito final del relato, sino que propicia una situación particularmente ambigua y compleja, incómoda y desafiante, que involucra un debate que trasciende el mismo campo de batalla, llegando a los valores de la justicia y los derechos humanos, todo no desde una posición aleccionadora y moralizante, por el contrario, abierta a las múltiples posibilidades que tan problemático escenario provoca. ¿Y es que las no-malas-intenciones son más fuertes que la consecuencia misma del acto no mal intencionado? ¿O es al revés? ¿Bajo qué circunstancias cada pregunta adquiere mayor fuerza argumentativa y moral?
  El director acierta al aterrizar el relato a los personajes, siendo una película de personajes y no de ideales, es decir, no se habla de buenos y malos sino de gente arrastrada por la espiral de la violencia y las consecuencias de los actos: ¿cómo afecta el desempeño de Claus a su familia en Dinamarca, cómo afecta lo mismo a una familia afgana? En un principio "Krigen" tiene toda la pinta de ser el típico canto patriótico al estilo estadounidense, pero no tarda nada en demostrar que lo suyo no son proclamas ciegas sino que reflexiones profundas de pocas respuestas y muchas dudas. ¿Cómo estar seguro de qué es lo "correcto" en una guerra? No se puede. El director así lo ve y se dedica a escudriñar las entrañas de sus personajes, de manera contenida y en base a un retrato al fin y al cabo brutal de este tipo de situaciones. (¿He usado el adjetivo 'brutal' en los últimos tres posts? Bueno, es que las tres películas comentadas son brutales a su manera, por lo demás, todas retratan una realidad mediante muy buenas historias). La solvente y cruda puesta en escena de Lindholm apuesta por un realismo sucio (¿eh?... copio el término), con una cámara en mano que apunta más a lo ilustrativo que a lo poético de la imagen (aunque se puede argüir una poética del despojo o la sobriedad, ¿no? No es la intención de Lindholm tampoco, más de retórica y dialéctica) y una atmósfera (no recuerdo si hubo música en la construcción sonora) sin ornamentos que nos separen de la acción. Admito que no soy muy amigo de la cámara en mano y similares porque pienso que se puede ser "real" y "estar ahí con los personajes" sin recurrir a un mecanismo tan obvio, pero si el director de turno sabe aprovecharla, pues mejor me callo y disfruto la película, ¿no les parece? En cualquier caso, "Krigen" es una sólida y coherente propuesta ejecutada con propiedad y talento, con un guión escrito de manera excelente (destaco sobremanera cómo se utiliza la primera parte en la construcción del discurso global: uno piensa que es una cinta de guerra como cualquier otra, con traumas y bajas, como si ello fuera el todo, hasta que comienza a vislumbrar el panorama completo y la calidad de la escritura) y unas actuaciones apropiadas (siempre es bueno ver algo tan simpático y adorable como el hijo menor del protagonista).
  En definitiva, lo mejor de "Krigen" es que sabe construirse desde la ambigüedad y potenciarse con ella, elaborando un relato relativamente pausado (para ser de "guerra") pero no por ello menos potente, y agobiantemente gris, incluso carente de toda esperanza, pues, al fin y al cabo (me perdonarán el lugar común), ¿alguien gana en una guerra?

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