Director: Taylor Sheridan
El año pasado lo olvidé pero ahora sí que no se me olvida. Hoy, 9 de noviembre, se cumplen... uh... cuatro años del recomienzo del blog. El año pasado estaba haciendo la práctica profesional y por eso se me fue de la mente, la universidad siempre ha logrado alejarme de las cosas que me importan y que me hacen bien. Estoy sumamente orgulloso de que este blog haya sido idea mía y mía solamente, que lo haya hecho por iniciativa propia, que haya tenido el valor de atreverme a hacer algo mío, de mis entrañas, así de la nada. Podría decir que este blog es lo más importante que he hecho en mi vida, el resto es basura que he debido cumplir por obligación; de hecho nadie sabe que tengo un blog salvo algunos compañeros de universidad que aún recuerdan el dato, y me arrepiento de haberles dicho tal cosa, si hasta hubo un pequeño lapso en el que creé una página de Facebook (¡hasta un Twitter!, en qué estaba pensando) para "promocionar" este blog y hacerlo más conocido. Ahora el principio es otro: que lleguen los que sean y que se queden los que quieran, amigos de la casa y más amigos que los amigos (si leen mis entradas hacen mucho más que los otros, ¿o creen que la gente me escucha en la vida real?). En fin, mientras esté vivo este blog seguirá, idealmente, día tras día sin cesar, porque comentar las películas que veo ya se convirtió en una parte esencial de mi vida y, honestamente, ¿por qué habría de parar de ver películas y hablar de lo que más me gusta? Como sea, se dio la coincidencia de conmemorar la ocasión hablando de una de las mejores películas de este 2017, "Wind River", segundo largometraje de Taylor Sheridan, uno de esos guionistas de oro, únicos y como salidos de uno entre un millón (mi favorito, mi guionista de cabecera sigue siendo el gran Nicholas St. John), también autor del libreto de "Sicario" y "Hell or High Water". Y con estos antecedentes, adentrémonos de inmediato en estos territorios...
(...A todo esto, han surgido denuncias de acoso en contra de Louis C. K. ¿Por qué será que eso no me sorprende en lo absoluto? Es cosa de escuchar sus chistes sobre masturbación a solas -pero con previo aviso a la mujer-objeto de que ella será el motivo de la masturbación- o, miren ustedes, frente a otras personas, mujeres de preferencia... Me recuerda a esta escena de "Little Children" -1:40, más o menos comienza la "acción"-; sólo reemplacen la cara del degenerado por la del humorista, contando alguno de sus chistes y ahí lo tienen, el genio en su esplendor, listo para los aplausos. Ojalá, por fin, la gente deje de pensar que ese arrogante imbécil es gracioso... No sé si habré dicho cuán despreciable me cae ese tipo antes, pero si piensan que soy oportunista por hacerlo ahora, adelante...)
Uf, siempre es difícil hablar de las obras maestras: trascienden términos convencionales. "Wind River" es una propuesta que va mucho más allá de sus aspectos formales. No hay dudas en la calidad de su escritura, de la narración, del relato: la calidad de los personajes, de los diálogos, de la estructura, de los símbolos. Tampoco hay dudas sobre la calidad de la dirección, ejecutada con contundencia y firmeza pero también con profunda humanidad, herida humanidad, casi mística, espiritual: la imagen y esa filosofía que sobrevuela el paisaje, la cosmovisión de las cosas. El retrato de una verdad indomable, susurro del paisaje eterno, abrazo del tiempo. La atmósfera elegíaca; pausada pero intensa; hipnótica, asfixiante, agobiante; serena, bella, paciente. Escenas conmovedoras y emocionantes, escenas brutales e indignantes. La justicia, la maldad, la voluntad, el salvajismo. La vida, la muerte: no hay respuestas, no hay perdón, sólo el camino a seguir, irreversible y desconocido. Qué decir de la banda sonora, pedazo de banda sonora, banda sonora que cala en los huesos. Y el reparto: ese enorme Jeremy Renner, de mirada inconmensurable, mirada sabia, mirada abatida, mirada de mil palabras y sentimientos, de mil soledades; Elizabeth Olsen y su mirada frágil, mirada fiera, mirada valiente. Esas palabras: "La suerte sólo existe en la ciudad. (...) Acá sobrevives o te rindes, nada más. Tu destino está determinado por tu fuerza y tu espíritu. Los lobos no matan a ciervos con mala suerte: matan a los ciervos débiles". La sensación de haber visto una gran película: la sensación de haber aprendido algo. Respirar con plenitud. Y continuar mirando al frente.
...qué satisfactorio ver a los hijos de puta despreciables obtener su merecido... qué rabia verlos actuar con impunidad... qué triste aceptar, que existen en realidad...
(...A todo esto, han surgido denuncias de acoso en contra de Louis C. K. ¿Por qué será que eso no me sorprende en lo absoluto? Es cosa de escuchar sus chistes sobre masturbación a solas -pero con previo aviso a la mujer-objeto de que ella será el motivo de la masturbación- o, miren ustedes, frente a otras personas, mujeres de preferencia... Me recuerda a esta escena de "Little Children" -1:40, más o menos comienza la "acción"-; sólo reemplacen la cara del degenerado por la del humorista, contando alguno de sus chistes y ahí lo tienen, el genio en su esplendor, listo para los aplausos. Ojalá, por fin, la gente deje de pensar que ese arrogante imbécil es gracioso... No sé si habré dicho cuán despreciable me cae ese tipo antes, pero si piensan que soy oportunista por hacerlo ahora, adelante...)
Uf, siempre es difícil hablar de las obras maestras: trascienden términos convencionales. "Wind River" es una propuesta que va mucho más allá de sus aspectos formales. No hay dudas en la calidad de su escritura, de la narración, del relato: la calidad de los personajes, de los diálogos, de la estructura, de los símbolos. Tampoco hay dudas sobre la calidad de la dirección, ejecutada con contundencia y firmeza pero también con profunda humanidad, herida humanidad, casi mística, espiritual: la imagen y esa filosofía que sobrevuela el paisaje, la cosmovisión de las cosas. El retrato de una verdad indomable, susurro del paisaje eterno, abrazo del tiempo. La atmósfera elegíaca; pausada pero intensa; hipnótica, asfixiante, agobiante; serena, bella, paciente. Escenas conmovedoras y emocionantes, escenas brutales e indignantes. La justicia, la maldad, la voluntad, el salvajismo. La vida, la muerte: no hay respuestas, no hay perdón, sólo el camino a seguir, irreversible y desconocido. Qué decir de la banda sonora, pedazo de banda sonora, banda sonora que cala en los huesos. Y el reparto: ese enorme Jeremy Renner, de mirada inconmensurable, mirada sabia, mirada abatida, mirada de mil palabras y sentimientos, de mil soledades; Elizabeth Olsen y su mirada frágil, mirada fiera, mirada valiente. Esas palabras: "La suerte sólo existe en la ciudad. (...) Acá sobrevives o te rindes, nada más. Tu destino está determinado por tu fuerza y tu espíritu. Los lobos no matan a ciervos con mala suerte: matan a los ciervos débiles". La sensación de haber visto una gran película: la sensación de haber aprendido algo. Respirar con plenitud. Y continuar mirando al frente.
...qué satisfactorio ver a los hijos de puta despreciables obtener su merecido... qué rabia verlos actuar con impunidad... qué triste aceptar, que existen en realidad...
¿Abel Ferrara volvería a ser el gran director de antaño si dirigiera un guión de Taylor Sheridan?
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