Il buono, il brutto, il cattivo - 1966

 

Director: Sergio Leone

Ya saben qué día es, claro que sí. Es 27 de diciembre. Es mi cumpleaños, por supuesto. Y el cumpleaños de Gaspar Noé, de Timothee Chalamet, de Olivia Cooke (nacimos el mismo año de hecho), de la gran Hayley Williams, de Gerard Depardieu, entre otros grandes nombres del cine y de las artes que nacieron en este día tan glorioso pero que no siguen con nosotros, por ejemplo la gran Marlene Dietrich, por ejemplo el gran Michel Piccoli, por ejemplo el gran y nunca bien ponderado Eliseo Subiela, por ejemplo la niñita de "Poltergeist". Aunque yo mismo que es de tontos eso de estar orgulloso de cosas en las que uno no tuvo pito que tocar, admito que siempre me ha gustado mi fecha de nacimiento, el número 27, el mes diciembre, incluso el año, 1993. Y que más encima comparta el cumple con otros nombres ilustres... Ha sido un buen día, un día tranquilo. Me saludaron en casa, obviamente, luego mi abuelo, luego la hermana mayor de mi madre, y mientras iba a la piscina hasta me videollamaron del trabajo y me cantaron el cumpleaños feliz, las dos compañeras de la barra y un compadre de la cocina, llamada que me sorprendió y de hecho me alegró y conmovió bastante, para qué les voy a mentir. Es que además iba escuchando a Francisca Valenzuela y su música me gusta mucho. También me saludaron del Club del Goblin (donde compro mangas) y me dieron 35000 puntos de regalo para canjear en nuevas compras, hasta de Sodimac, ja, ja, me dieron un cupón pero será un regalo que respetuosamente debo declinar. Después de la piscina en casa comimos completos acompañados del abuelo, torta obviamente, 32 años. En qué estamos, cómo vamos, cómo saberlo. Las letras me salvarán, el arte me acompañará. Hoy y mañana tengo libre, el lunes trabajo, luego, miren, del martes al viernes tengo libre, ¡cuatro días seguidos!, vaya vaya qué alegría no ir al trabajo. He estado conversando con algunos compas de otras áreas, parece que en general hay bastante descontento, nadie se proyecta en ese local mucho tiempo. Bueno hay gente que está estudiando, obviamente esos cuando estén listos con sus estudios se van, se dedicarán a eso si es que pueden vivir de ello. Y de los que viven de este trabajo de este rubro, como que ven que hay lugares mejores. Yo pienso lo mismo, no me veo el 2026 completo ahí, lo bueno es que he ido agarrando confianza, recuperando mi forma, no sé si seguirá siendo tan difícil conseguir trabajo el otro año como lo fue durante mi cesantía pero qué tanto puede costar mandar currículums mientras conservo ese empleo. Si algo sale, adiós. Tengo que hablarlo con mi compañera la bartender de verdad, no puedo desaparecer de una si es que llega a pasar. A veces me siento mal por haber sido el de la idea del cambio de horarios, ella jura que fue idea del jefe, en los peores días que tiene con la otra me dice "y todo por culpa de este &%$#!" y yo de verdad espero que nunca se entere, así de cobarde soy a veces. Pero ha sido un día tranquilo, harta natación, qué bella y fresca es la vida después de nadar, harta reflexión, harta música, harta comida. Y se viene año nuevo, qué esperar del 2026, qué esperar de lo que sea. Nada. Sólo existe el presente, el presente es tan grande como tu imaginación. O qué sé yo. Pasemos a otras cosas.

Nuevamente el ajedrez. Estamos en el FIDE World Rapid and Blitz, un evento de cinco días, los tres primeros dedicados a las partidas rápidas, los dos finales para las partidas blitz. Imposible comentarlo todo, en estos eventos llega toda la élite del ajedrez, todos los grandes nombres, qué cantidad de juegos geniales. Supongo que el mayor acontecimiento de momento es la derrota del gran Magnus Carlsen a manos de Vladislav Artemiev, aunque así sorpresa tampoco lo es tanto porque para los conocedores del ajedrez Artemiev no es ningún desconocido ni tampoco ningún cualquiera, el tipo siempre está peleando los primeros lugares en esta clase de eventos, ha vencido a grandes nombres como Carlsen varias veces, si no ha ganado trofeos de envergadura es básicamente porque es contemporáneo con una gran cantidad de brillantísimos jugadores que, por cierto y es tema no menor, por lo general están mejor patrocinados, financiados y apoyados, por privados o por sus gobiernos. Así las cosas, es difícil elegir un favorito. Hoy fue el segundo día de las rápidas, mañana todo se decide, quedan cuatro rondas creo. Los dos que lideran con 7.5 son el mencionado Artemiev en compañía de Hans Nieman, ese mocoso hablador. Y luego con 7 y 6.5 la lista eterna de grandes nombres. Todo puede pasar, atentos atentas. Y los dos días de blitz, uf, serán de mayor infarto. 

Me ha dado flojera hacer la edición tapa blanda de mi librito de cuentos, ja, ja, pero oigan, se puede leer bastante bien en formato epub, no me había fijado pero parece que Amazon te deja cambiarle el tamaño a la letra y todas esas cosas, para que se ajuste a tu mayor comodidad visual. Por cierto el fragmento gratis que Amazon pone en línea tiene el primer cuento completo y poco más de un tercio del segundo, para que vean qué tal y luego se decidan y lo compren, como regalo de navidad atrasada o de año nuevo o hasta de cumpleaños, ya saben por mí, je, je. Pero lo cierto es que cada vez me siento más tranquilo, de verdad pienso que es una buena compra, imposible que se aburran con esos doce cuentos, ¡doce cuentos!, toda una ganga vamos. A todo esto, comunico que ya me siento emocional y psicológicamente preparado para comenzar el siguiente libro. Lo he estado pensando bastante, pero muy bastante, durante las últimas semanas. Hay varias cosas que se me han escapado de la mente pero otras tantas han llegado, se han asentado. Será una novela. Imaginen una mezcla de las historias de Halloween de "Regular Show" con la dolorosa profundidad personal y psicológica (y la enfermiza y esquizoide violencia extrema) de Stephen King, sobre todo de algunos de sus primeros libros de cuentos, formato que le queda bien porque la contención de espacio le ayuda a no desbarrar, mezclado todo además con la propia mierda demoniaca que atormenta y entretiene a mi cerebro cada puto día que pasa. En concreto, son ideas que había tenido durante mucho tiempo, muchos años, sin saber cómo ubicarlas o cómo mierda usarlas, hasta que en los últimos meses pasó algo genial: decidí a verme "Regular Show" de inicio a fin, quedando encantado yo con sus especiales de Halloween, y eso se mezcló con todas las lecturas de Stephen King que iba sumando, y listo, alquimia, la pócima maldita, las historias que tenía en mi cabeza, perdidas, de repente encontraron tono, encontraron un tronco, una columna, una razón de ser, ética y estéticamente. Y en los últimos meses, sobre todo en las últimas semanas, ya liberado del peso de Chispazos de autoestima, he ido ahondando en los pocos personajes, sobre todo en su protagonista, la querida protagonista de esta novela. He estado pensando mucho en ella, y yo mismo actualmente me siento muy equilibrado, muy armonizado, muy calmado en general con todo y conmigo mismo, por eso digo que me siento preparado para lanzarme de lleno en este proyecto. Porque el arte es harakiri, el arte es sudar y llorar sangre, es abrirte el estómago y esparcir tus malditos intestinos sobre el papel en blanco, esa es toda la verdad hablar desde dentro desde tus escombros. La vida es gris solamente tu sangre puede limpiar el polvo acumulado y mostrarte el verdadero bello color del paisaje contaminado por la codicia y la maldad reinantes. En fin, tendré hartos días libres, ojalá pueda avanzar. Quiero avanzar, no me quiero detener. Para eso estoy acá.

Y bueno, en un día tan glorioso, qué mejor que hablarles de una gloriosa película. Vi "El bueno, el malo y el feo" en el invierno de este año, durante las vacaciones de mi madre y mi hermana por México (¿y otros países?, ya no me acuerdo, creo que fue sólo México), es decir casa sola, ciudad fría ciudad silenciosa, la lluvia acompañándome la lluvia cobijándome. Y yo, horario de vampiro, viendo esta película a la 1 de la mañana, la terminé de ver a las 4 de la mañana, extasiado, feliz, verdaderamente feliz. Me hace feliz el gran cine, me hace feliz ver películas como esta maldita obra maestra absoluta del CINE con mayúsculas conchetumare. Esta película es poesía, poesía pura.

En realidad no sé muy bien cómo hablar de esta película. ¿En términos convencionales? A la mierda con eso. La fotografía es espectacular, las actuaciones son geniales, si estamos hablando de una obra de arte, para qué redundar. En todo caso la banda sonora del gran Ennio Morricone, uf, otro nivel, de otro planeta, una banda sonora caída del cielo, literal diría incluso, imaginen ver y escuchar esta película en un cine de verdad, la gloria misma, placer puro, éxtasis divino. Viejo, si para la escena del cementerio no pude evitar derramar lágrimas, imaginen que una escena de un pobre diablo corriendo en círculos por tres minutos es una de las escenas más maravillosas que podrán ver, en especial luego de tan largo y arduo viaje, de tan épica aventura. Porque esta obra maestra es western pero es más que un western, es una aventura, una odisea, un viaje espiritual. Sin gravedad ni solemnidad innecesaria ni nada similar, de hecho con sentido del humor y mucha humanidad, de paso nos muestra los horrores y sinsentidos de la guerra, en tanto la aventura emprendida por Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef transcurre en plena guerra civil gringa, mostrando la sangre y la vida y la muerte de cada bando, peleando y masacrándose por qué, ¿por qué?, por ideales etéreos mientras otros bandidos lobos solitarios van peleando y traicionándose por objetos como por ejemplo unas cuantas bolsas de oro, y la vida dónde queda, dónde queda la lealtad. Y qué manera de narrar, de relatar, de dirigir... Sergio Leone, un verdadero poeta del cine, lírica su puesta en escena, una película de tres horas que se pasa en un suspiro, largas escenas de planos largos que no se sienten pesados, que valen cada segundo en oro, las imágenes de Leone son creaciones que te atrapan, te subyugan de inmediato. Ver esta película es una experiencia religiosa. Y no sigo porque me estoy poniendo pesado, tremendista y todo eso. Pero que puta obra maestra, ¿cierto? El cine está hecho de esto...