viernes, 8 de febrero de 2019

Le amiche - 1955


Director: Michelangelo Antonioni


"Le amiche", cuarto largometraje de Antonioni, de los que hemos visto, probablemente el más ameno, y sin embargo tan amargo, tan dolorosa y felizmente humano como "La signora senza camelie" y "Cronaca di un amore". Es su visión, es su cine. Y no se repite; sus intereses, obsesiones e inquietudes se manifiestan nuevamente a través de sus deliciosamente compuestas imágenes, de su exquisitamente compuesto mosaico de personalidades y personajes, de caracteres e individualidades, de amistades y lazos afectivos, todo desarrollado como con cierto despojo y/o abandono argumental, aunque, ciertamente, sus relatos estén maravillosamente escritos. Es un pedazo de vida, que, como tal, tiene sus ciclos, sus episodios, cosas que comienzan y que, invariablemente, terminan. Todo comienza, en el presente caso, con una mujer que llega de Roma a Turín a encargarse de una tienda de moda, alojándose en un hotel. En la habitación vecina encuentran a una muchacha cerca de la muerte, pero nada que un lavado de estómago no pueda solucionar. La protagonista, la gerenta de la tienda, es solitaria, no tiene amigos ni menos novio, pero este suceso, curiosamente, la une con las amigas de la suicida y en su trabajo entabla amistad con el arquitecto y, sobre todo, su asistente. No vale la pena decir mucho más: este grupo de mujeres y hombres viven el día a día; se conocen, discuten, se reconcilian; hay desengaños, decisiones, amarguras, honestidad, caminatas y besos, y claro, despedidas. Todo bajo la magnífica banda sonora (porque qué sería de la vida, de los grandes y pequeños momentos, sin música) de Giovanni Fusco, que me parece que compuso en casi todas (por no decir todas) las películas de Antonioni.
La película tiene ese tono y/o atmósfera propia de Antonioni, para qué entrar a intentar definirla. Sí quiero destacar, aunque ya lo hemos hecho antes, el cuidado en su puesta en escena, si bien ahora me refiero específicamente a los personajes, o a los "objetos" del encuadre, el modo en que lo orquesta todo, el modo en que le otorga su propia melodía a cada elemento, por más pequeño que este sea. Fíjense en aquellas escenas más atestadas de personajes (en espacios reducidos, por lo demás): es sencillo identificar a cada uno de ellos, de donde vienen y hacia dónde van, por qué se mueven de tal manera o por qué dicen o mirar así o asá, y la cámara, siempre presta y hábil, para situarse y moverse dentro de todo, sin perderse ni desorientarse ni desequilibrarse. La fluidez, pulcritud y elegancia con que pasa de los planos generales a los primeros planos o planos medios, mediante montaje o movimientos de cámara, es como si nosotros mismos transitáramos dentro del fotograma. Es realmente impresionante y exquisito, un verdadero placer.
Película intimista a la vez que coral sobre personajes de carne y hueso. Aún con sus diferencias (que pueden ser numerosas, si bien ambas son de gran calidad), "Le amiche" me ha recordado a "Career Girls" de Mike Leigh. Grandes personajes, grandes reflexiones y pensamientos los que transmiten y expresan, hay diálogos que son arte puro.
Gran película, una pequeña maravilla. Unir el desencanto con la alegría, la euforia con la madurez, la vida con la muerte, la desilusión con la ensoñación, lo agridulce con el humor... Qué belleza, qué belleza.
Qué bien lo hemos pasado estos días con Antonioni ¿ah?

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