viernes, 17 de julio de 2015

Four sons - 1928


Director: John Ford

  Ojo, que ha salido tráiler de la nueva película de Alejandro González Iñárritu, "The revenant", que ya anda causando orgasmos allá por donde aparece. No es que le haga la cruz de inmediato, pero luego de una estafa tan desvergonzada como "Birdman" hay que tener cuidado, más aún considerando que el avance parece ofrecer lo mismo pero en diferente escenario (interesante escenario, se admite), es decir: muchos planos secuencia, mucho ruido (aunque quizás no tanto diálogo; sería un alivio que no te griten en la oreja durante dos horas), y otro premio más para Lubezki, que no sé por qué no se pone a trabajar bajo las órdenes del "visionario" James Cameron. ¿Es la técnica la esencia de una bella fotografía, la fuente de capacidades expresivas? Digo, en estos tiempos sueltan "hermosa fotografía" y lo único que uno ve es imágenes bien iluminadas y medianamente bien compuestas, pero en fin, que me voy por las ramas y pierdo el rumbo... Tengo que hablar de "Four sons", otra de las películas que John Ford hizo el año 1928, y la última antes de dar el salto a un género con el que hace mucho tiempo que quiero saldar viejas deudas...


  En un tranquilo pueblo de Alemania la señora Bernle, madre de cuatro hijos, celebra su cumpleaños no sólo en una íntima ceremonia, sino que con la pompa del pueblo entero que la respeta. Tristemente, la Primera Guerra Mundial comienza y es probable que la familia no vuelva a estar junta otra vez, pues el ejército necesita soldados...


  ¿Cómo comenzar, a falta de inspiración? Con referencias, pues claro, aunque sean posteriores. La primera que se me vino a la mente, incluso antes de comenzar a ver "Four sons", fue "Four men and a prayer", por lo de los cuatro hijos que en aquella cinta viajan por el mundo intentando limpiar el honor de su padre, víctima de conspiraciones armamentísticas y gubernamentales. Pero, más allá de la similitud del número de hijos, estamos hablando de películas bastante diferentes. La que considero más cercana es "Pilgrimage", que trata sobre una madre que pierde a su hijo en la guerra y que se niega a aceptar su muerte (en palabras simples), teniendo que enfrentarse a sí misma durante un largo viaje. Sin embargo, "Four sons" no trata sobre el luto de una madre y su íntimo proceso catártico, tampoco sobre la unión de unos hermanos cuyo propósito es el bien de su madre; "Four sons" es el desmembramiento de una familia a manos de la violencia de los hombres manifestada en una larga y sangrienta guerra (como todas, no compitamos), que no hace más que poner en bandos opuestos incluso gente que comparte la misma sangre, la misma historia, la misma memoria, etc. Más avanzando el metraje, llama la atención cierto mensaje que se cuela sin tanta sutileza (o es que yo estoy muy sensible, lo cual dudo), y que parece señalar nada más y nada menos que Estados Unidos es la gran tierra de las oportunidades y los sueños, en cuyo suelo te estará esperando la familia, los negocios y la felicidad, en contraposición con, digamos, un pueblito alemán que parece ser tierra de infortunios, muertes y destinos oscuros... Y puede que por "pueblito alemán" se quiera decir Europa entera, pero las lecturas mejor las guardamos en el baúl de las lecturas (hay que mantener el orden, vamos), además sabemos que los estadounidenses vanaglorian su tierra por sobre todas las cosas.
  Volviendo a la película en sí, dicho de otra manera, "Four sons" es otro de esos conflictos fordianos en que la familia ve cómo su incuestionable bienestar comienza a tambalearse y destruirse por culpa de fuerzas externas, afectando a un pilar fundamental para Ford, que es la sufrida pero luchadora figura materna (la fragilidad y delicadeza de la misma varía de filme en filme, pero siempre lleva esa característica: la dignidad en lo alto). Más allá de eso, también se nos ofrece un no tan potente ni bien encausado antagonismo de un Mayor del ejército que recluta y recluta jóvenes sin miramientos, y la vagamente mencionada historia de superación estadounidense del hermano que antes de comenzada la guerra fue en búsqueda del sueño. Desde luego, como buena película de Ford, encontraremos momentos de absoluta y auténtica sensibilidad e intensidad dramática, aunque debo decir que al conjunto le falta un elemento que pudiera elevar su calidad de manera memorable con un golpe final (final no en términos de duración, más bien de cosmovisión). Quizás sea el segmento que cierra la película, nada reprochable por el lado conceptual y argumental (es justo y necesario), pero para mi gusto un poco alargado (paradójicamente resuelto con premuras) y hasta innecesariamente llevado hacia la banal comicidad, bastante desconcertante considerando la espiral de desesperanza que seguía la película (comparen el reclutamiento de los primeros hermanos con el último: la resignación es innegable).
  Con todo, "Four sons" es una interesante e importante película, sobre todo para comprender más el universo fordiano, ese del cual todavía me falta conocer un mundo entero... Qué tan cautivados y conmovidos se sientan dependerá completamente de la disposición con que se sienten a ver la película, y lo digo porque admito que no estaba del todo descansado. No obstante, sin negar la notable calidad, mantengo que "Four sons" no es redonda...

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