domingo, 19 de julio de 2015

The Walking Dead - Temporada 5


Creador: Frank Darabont

  Antes, algo nada que ver: ¿Recuerdan ese capítulo de Los Simpsons en el que nace Maggie y Homero no quería tenerla, y cuando nace la confunde con un niño?, ¿recuerdan qué dice exactamente? Yo sí: "Oh, es un niño... ¡Y qué niño!", a lo que el doctor le responde, "Uh, Homero, ése es el cordón umbilical". ¿Entendieron? Dejando de lado lo hermoso y conmovedor del episodio, y lo gracioso del instante, debo decir que se me vino a la mente porque hace un par de días leí una noticia en la que unos estudiantes de medicina allá en México lesionaron el pene de un recién nacido al confundirlo, precisamente, con el cordón umbilical. Tal parece que no se lo alcanzaron a cortar, pero demonios, pobre niño... Sobre "The walking dead", ya era puta hora de ponerme al día. Por desgracia, una quinta temporada que comenzaba prometedora e intensamente vuelve a cometer los mismos pecados de la temporada anterior, e incluso de peor forma. Cerca del final hay algo medianamente bueno, pero vaya uno a saber si la cosa va a mejorar en los próximos meses...


  Rick y los suyos llegaron al tan ansiado santuario llamado Terminus sólo para encontrarse con que es el refugio de unos caníbales que bastante rápido los incluirán en el menú del día. Desde luego, nuestros queridos amiguitos no se quedaran de brazos cruzados, menos con un Rick cada vez más violento y sanguinario (como debe ser, vamos).
  

  Con el inicio de esta quinta temporada volví a sentir algo que no sentí prácticamente en toda la  cuarta temporada, esto es preocupación por el bienestar del grupo. Tengo lejana la primera, pero sí que tengo presente la segunda y el constante desasosiego que me generaba el que Rick y los suyos no pudieran acoplarse a la tranquilidad de la granja de Herschel, sobre todo a raíz de un hijodeputa Shane que funcionaba como el gran antagonista de la temporada. En la tercera, si bien el Gobernador no era más que un patético desequilibrado mental, al menos sus acciones te mantenían lo suficientemente alerta, especialmente en los segundos ocho episodios, cuando la guerra estaba declarada. En la cuarta la plaga inicial es una soberana ridiculez, la vuelta del Gobernador una jugada repetida que sale podrida, y la separación de todos un alevoso y despreciable mecanismo para rellenar ocho episodios. Sin embargo, esta quinta temporada parte con el antagonismo de este grupo de caníbales que, moviéndose en las sombras, efectivamente me generaban inquietud por el bienestar de Rick y los suyos; es decir, había un propósito narrativo: la lucha contra el feroz y peligroso enemigo. Pero, amén de que el showrunner es un completo idiota, todo se tira a la basura al tercer episodio para posteriormente volver a cometer los mismos pecados de siempre: fracturar la narración, abrir múltiples tramas (el camino a Washington, el rescate de Beth, mantenerse en la iglesia), meter más y más personajes..., todo sin contar ninguna maldita cosa. Recuerdo una escena de "Justified" en la que Johnny Crowder le dice a su primo Boyd Crowder que a pesar de usar cada palabra del diccionario, nunca dice nada útil; pues bien, haciendo uso de la analogía, los guionistas parecen adaptar cada arco del cómic sin tener un propósito de fondo: una pegatina de sucesos, sin intención ni personalidad. El final de la primera mitad es horrendo (muy, muy mal resuelto), y el comienzo de la segunda es incluso peor (¡¡¡!!!)(no sólo por lo vergonzoso de los acontecimientos, sino por la efectista realización); afortunadamente, lo que comienza a partir del episodio 11 es más o menos interesante, aunque claramente los guionistas no lograron armar tramas que protejan apropiadamente esa pequeña llama de calidad que, espero, no se extinga con la pronta sexta temporada.
  Entonces, se pasa del miedo al tedio. La temporada no presenta coherencia interna, no tiene un propósito narrativo, no hay nada que le dé unidad. ¿Cómo no perder la paciencia, más encima con tan mal construidos e interpretados personajes? Como si no fuera suficiente con el soso de Tyrese o lo impresentable de Sasha, ahora hay que lidiar con un despreciable y llorón cura sin el más mínimo sentido de dignidad o compañerismo, la debilitación (o fortalecimiento, juzguen ustedes) moral de un cada vez más políticamente correcto Daryl y Michonne, un Carl que se volvió emisario de la paz, una policía al borde de un ataque de nervios, y todos los demás que se creen mejores que el medio en el que sobreviven. Los únicos buenos personajes son Rick y Carol (y puede que Abraham), únicos realistas dispuestos a ensuciarse las manos. Y he acá el interesante conflicto que surge en la segunda mitad de la temporada: el grupo llega a otra idílica comunidad asegurada con grandes y resistentes muros a encontrarse con que el problema está dentro de los mismos. Más o menos como en la granja de Herschel, son los nuevos invitados los que traen los problemas y conflictos, aunque esta vez reducidos a un Rick (y Carol, que es la que debe disimular corrección) que es como un Shane pero cuerdo y respetable. En un grupo cada vez más domesticado, Rick parece poco a poco ir convirtiéndose en el gran antagonista, o por el contrario, el resto del grupo es el gran antagonista. ¿No quieren un líder, malditos bebés? Pero, como digo, tan interesante planteamiento se pierde entre líos domésticos y peleas sobre cómo gobernar el sitio (además del nuevo romance entre Carl y una chica rara) que parecen enfocarse más en lo superficial del asunto en vez de lo subyacente.
  A todo esto, el inicio de la temporada es toda una declaración de intenciones: ocho hombres van a ser ejecutados como ganado, cuatro del grupo de Rick, cuatro de otro grupo. Poco a poco los extraños van muriendo, batazos en la cabeza y gargantas cortadas mediante, hasta que llega el turno de Glenn; pero, justo cuando el bate se apresta para aplastar los sesos del "chinito", una interrupción: salvado por la campana. Así, esta temporada es puro efectismo: amenazas sin cumplir, violencia gratuita, manipulación barata... Puede que mueran un par, pero vamos, es un simple ordenamiento de fichas disfrazado de "tramas/sacrificios maduros y sufridos". Es como en el último "Game of Thrones": si no te es útil un personaje, mátalo, los fans van a llorar y decir que es la mejor serie de todas por asumir tan grandes "riesgos". No se dejen engañar, aunque dudo que a estas alturas haya alguien que se trague lo insípido que es "The walking dead".
  El tráiler de la sexta temporada parece adelantar una especie de guerra civil entre los leales a Rick, abanderado de Superman, y los moralistas monjes zen liderados por el retornado Morgan, abanderado de Batman. Chistes aparte, apuesto a que la cosa será así: primeros ocho episodios, una guerra fría entre ambos bandos hasta que algo explote (una muerte, supongo, qué imaginación...), para que los restantes ocho sean una dura batalla en la que espero Rick y Carol ganen. Es eso, o que al cuarto /quinto episodio todos se perdonen y justo cuando se estrechen las manos llegue una amenaza externa tipo Gobernador o caníbales o qué sé yo a matar a alguien. Sólo me limito a decir: ¡LARGA VIDA A RICK GRIMES!
  

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