Director: Jim Jarmusch
Cómo son las cosas... el domingo estaba contento y ayer estaba con ira. No es que piense que la exaltación de los ánimos sea la esencia de unos valores fuertes, pero es que cuando me entero y veo tales atrocidades, más de las que ya había visto y más allá de lo que creía ser capaz de imaginar, siento que lo pierdo todo, que me quedo vacío, débil y lastimado, a merced de cualquier amenaza y de cualquier fuerza, sin ganas de querer levantarme de la cama por las mañanas, sólo yacer mientras miro por la ventana un cielo totalmente gris e inalcanzable, esperando el sonido de una lluvia que por fuera no llega aunque por dentro arrecia implacable, así que no me queda nada más que llorar y gritar y enfurecerme para recomponer el ánimo y recuperar las fuerzas, quizás los sueños y la esperanza... además no le hago daño a nadie, a menos que alguien se sienta ofendido/a por un sujeto tan insignificante como yo (tampoco me voy a disculpar). No siempre lo digo todo en el blog, a fin de cuentas decepcionarse de las cosas es algo común y corriente, pan de cada día, así que tengo el derecho de darme un lujo y de vez en cuando sacarme las tripas ante ustedes, a quienes agradezco por pasar por acá a ver imágenes, leer comentarios, soportar mi feble temperamento, etc. Y también tengo derecho a disfrutar las pequeñas cosas de la vida, una buena hora de nado, un buen libro, una buena película, porque no voy a pagar el precio que deberían pagar los malvados y yo privarme de lo bello que hay en este mundo y de lo que puede haber, si es que todo sale bien y seguimos adelante, manos a la obra. En fin... Ayer murió Jeanne Moreau y también nos enteramos de la muerte, unos días antes, de Sam Shepard. Ya llegará la entrada dedicada a la actriz y directora francesa, pero hoy, con humildad, que esta entrada sea en homenaje para el gran Sam Shepard, además de actor, también músico, dramaturgo y poeta.