viernes, 19 de septiembre de 2014

Mysterious Skin - 2004


Director: Gregg Araki

  Hace no mucho les comentaba mis impresiones de la ahora penúltima película de Araki -a la ansiosa espera de que "White bird in a blizzard" aparezca en algún lado- "Kaboom", un cóctel de locura, sexo y mucha diversión alucinógena. Es de esas películas de adolescentes que sólo Araki sabe hacer. Como las dos primeras películas de este director no las puedo encontrar íntegras en ningún lado, voy a contentarme -con mucho pesar, sin embargo- con el hecho de que "Mysterios Skin" es la última película de Araki que me falta por ver, así que en cierta forma, completo su filmografía -¡falso!: caigo en cuenta de que me falta la última que estrenó-. En cierta forma nada más, pues confío en que el futuro, de la mano de un par de buenos samaritanos, rescate la obra de este incomprendido que se dedica a hacer cine. Habrá que tener paciencia, pero por mientras mejor me quedo disfrutando con esta obra maestra absoluta: experiencia hermosa e inolvidable.


  Me parece interesante la frase utilizada como sinopsis semi-oficial: "Mysterious Skin" trata sobre dos jóvenes, uno que no puede recordar nada y otro que lo recuerda absolutamente todo. El que no recuerda nada es Brian, un introvertido que piensa que los aliens lo abdujeron siendo él un pequeño de ocho años, y que desde entonces intenta reconstruir ese misterio; el que lo recuerda todo es Neil, que vive entre las drogas, el ocio y el sexo inseguro, y que se gana la vida con la prostitución masculina. Ambos llevan sus respectivas vidas en un pequeño pueblo de Kansas sin cruzarse el uno con el otro, a las puertas de lo que será un despertar espiritual de aquellos.


  "El verano que tenía ocho años, cinco horas desaparecieron de mi vida. Cinco horas. Perdidas. Esfumadas sin dejar rastro alguno.
  

  Gregg Araki no puede comenzar de mejor manera su película: jugando con los contrastes... pero los contrastes más ambiguos y extremos, pues si comienza mostrándonos a un niño feliz porque le llueven sus cereales favoritos, luego nos vamos a negro y escuchamos las líneas en rosado que puse arriba, para luego ver a un pequeño niño claramente aturdido y con la nariz sangrando en la abrumadora oscuridad de su sótano. Pasamos de una felicidad casi definitiva a una imagen de desconsuelo y violencia implícita. Araki nos introduce en un universo desolador y malvado, pero nos hace sentir sosegados y especiales, a sabiendas de la dureza que hay en él. Al menos así me sentí yo cuando la película terminaba: especial y emocionado. Y eso es un mérito enorme para habernos mostrado secuencias realmente duras e impactantes: el hacerte sentir, de alguna manera, esperanzado, reflexionando en que quizás no todo es tan malo como sabemos que en realidad es. Sólo eso me demuestra cabalmente que Araki es un puto genio del cine y que merece todos mis respetos y admiraciones. Vi esta película hace un par de días y debo decir que no se me ha despegado de la cabeza en ningún momento, pues es de aquellas películas que depositan en el espíritu lo mejor que tienen, no necesariamente lo más reconfortante para la mente pero sí potentes y poderosas: para hacerte pensar y hacerte sentir: hacerte sufrir.


  Lo que hace que "Mysterious skin" sea tan especial es una conjunción de muchos elementos que acá se encuentran con la mayor naturalidad posible: honestidad, sensibilidad cinematográfica y cosmovisiva, atmósfera mágica y profundidad existencial.

  Honestidad porque, más allá de narrar -muy bien, por lo demás- una historia de recuerdos y dolores reprimidos, "Mysterious skin" cuenta la historia de dos ángeles caídos que buscan su lugar en un mundo oscuro, malvado, caótico, lleno de violencia, pero que terminan dándose cuenta de que antes que encontrar un lugar físico de pertenencia, deben encontrarse a ellos mismos tal cual son, tal cual la vida los ha tratado: aceptarse a pesar de las virtudes y los errores. Es sumamente importante saber qué pasó en el pasado de Brian, sí, y es sumamente entender el presente de Neil, sí, pero ambos están en un limbo espiritual tremendo del que tienen que salir, alejarse en pos de encontrar la vida que quieren y que merecen. Todo lo anterior nunca se pierde de vista, y funciona como un norte implícito y subyacente al relato, y el final es elocuente: no es posible desaparecer pero sí es posible, al menos si se le da el intento, tener un poco de paz y tranquilidad, pues como ha quedado claro, lo que importa trasciende lo físico. Eso es todo lo que estos personajes quieren, eso es lo que nunca deja de percibirse, y eso es lo que finalmente cuenta y queda en el espectador. Como lo veo, es honestidad pura.


  Sensibilidad cinematográfica porque es cosa de ver un par de minutos para notar la excelente mano que Araki tiene a la hora de dirigir y utilizar la cámara y los sonidos y la fotografía y el montaje... Siempre me ha parecido que Araki tiene un gusto exquisito a la hora de visualizar sus historias, y claramente el de los noventa es espectacular, pero "Mysterious skin" no tiene nada que envidiar a ese delicioso exceso audiovisual -que con la llegada del nuevo milenio, y a excepción de la cinta de esta entrada, ya no es tan, tan espectacular a la vista-. Como he dicho una, quizás dos veces, el cine de Gregg Araki es imperfecto pero altamente excitante y emocionante, es un estilo que nunca deja indiferente a nadie, es una propuesta que en "Mysterious skin" alcanza, se puede decir, su perfección. De todas formas, no es necesario una perfección milimétrica para lograr una gran película, pues ahí tienen varias que son "perfectas" en todo pero que no logran tocarte ni la vena más superficial -para qué decir la vena sensible, a la que ni siquiera se logran acercar-.
  Como digo, Araki siempre cala hondo.
  Sensibilidad cosmovisiva porque el complejo tema que toca la película, Araki no lo trata convencionalmente. En esto debo decir que me sorprendí, pues el personaje de Neil, desde niño, ya tenía claras sus preferencias. Por este lado, la ambigüedad que genera en el espectador es tremenda, no quedando sólo en la superficie de los hechos, en los nombres cuasi judiciales, sino que en los sentimientos del niño, por más complicados y a veces perturbadores que resulten ser. No trata con asco ni repugnancia todo el entuerto: no es justificación, tampoco es condenación, tan sólo es una profunda exploración. Es altura de miras. Y esto es tan sólo parte de la sensibilidad especial de Araki -lo de los ángeles caídos ya dice bastante, ¿no?-, que filma, quizás junto a "The living end", su obra más personal.

  Atmósfera mágica pues, relacionado a la cinematografía desplegada por Araki, hay un magnetismo irrestricto que se extiende durante todo el metraje. Desde el inicio hasta el final que uno queda enganchado, casi sin respirar ni pestañear para no perder detalles, miradas, segundos de este profundo y crudo drama. Sin embargo, lo que más me encanta es, precisamente, esa palabra: magia. Ya señalé que el mundo de la película es violento, cruel e indiferente con estos personajes que son ángeles caídos e incomprendidos, maltratados por el mundo que los alberga con hostilidad, pero aún así no dejaba de producirme sosiego, cierta tranquilidad y felicidad, claramente sin menoscabar todo el sufrimiento de los protagonistas. Es contradictorio, pero uno de los grandes fuertes de la película: ser, en una extraña manera, absolutamente mágica, no perder nunca esa inocencia pura de los personajes, esa ensoñación, ese deseo, anhelo, a ser feliz y tener una vida simple y tranquila. Ese deseo es más fuerte que cualquier secuencia perturbadora y secretos salidos a la luz, y por eso "Mysterious skin" es tan especial, porque nunca abandona a sus protagonistas, y por ende, tampoco al espectador.


  Profundidad existencial porque, como ya dije más o menos en la parte de sensibilidad cosmovisiva, no se queda en la superficie de los hechos y ahonda en los sentimientos de los personajes. Una de las cosas que hacen de "Mysterious skin" un drama tan duro es ser tan espiritual y existencial, dado que tanto Brian como Neil, además de un par de respuestas, buscan la razón de su existencia, la importancia de su vida y la aceptación de ellos mismos tal cual son. Están en una búsqueda constante que durante el metraje tiene sus etapas más cruciales y que para el final viene a dar la primera respuesta, pero no el fin del viaje.
  "Mysterious skin" es, entre otras cosas, pero esto siendo de los temas principales, una película sobre la identidad, fuertemente influenciada por la memoria y aquel hecho tan doloroso que Brian tuvo que pasar. Desde luego, también veremos temas como el amor, la amistad, la vida misma, etc. Y tampoco hay que dejar de lado el tema de la pederastia, como ya dije, tratado sin justificaciones ni condenaciones, pero sí de una manera directa, valiente y sin concesiones. Puede que parezca raro, pero para mí no es lo principal de la película tanto como el mundo interior de los personajes, movidos por este viaje de autodescubrimiento que sigue una espiral de locura como carretera principal.
  La película no se queda corta en nada. No se le puede reprochar nada, a decir verdad. No le veo fallas, nada malo.

  Mención especial al reparto, que está de lujo y lo hace de maravillas. Joseph Gordon-Levitt es un encanto y Brady Corbet tiene un aire de inocencia que le viene como anillo al dedo. Además actúa Bill Sage como el entrenador de los chicos, y está realmente perturbador el hombre, y eso que en su debut en "Simple Men" del genio Hal Hartley -un director que hizo debutar a varios excelentes actores, para que vean su aporte al cine, además de sus hermosas películas, claro- se parecía a Matt Dillon, incapaz de hacerle daño a nadie.
  En otro aspecto formal, Araki adapta una novela y lo hace escribiendo un guión de lujo, con líneas bellísimas, llenas de una poesía que constantemente traslapa a sus imágenes y secuencias, a la par de la introspección de los personajes, flotando en sus universos personales. Araki es un experto en distintos tipos de poesía visual, sólo que no de aquella que gana premios.

  En conclusión, Araki nos deleita con una obra maestra del cine, conmovedora, honesta, especial, perturbadora pero mágica, con una sensibilidad única. Ya lo dije, Gregg Araki tiene todos mis respetos y admiraciones, pues acaba de demostrar que ningún desafío le queda grande.
"MYSTERIOUS SKIN" ES UNA MARAVILLA

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