jueves, 21 de agosto de 2014

Inside Men


Creador: Tony Basgallop

  En palabras simples, el nombre de esta serie llegó a mi mente porque en Estados Unidos se tiene planeado hacer una versión local, un remake seriéfilo de la serie original, la inglesa, "Inside Men". Pensé que podría ser interesante ver la serie esta y, ojalá, pasar un buen rato. Cuatro episodios de casi una hora cada uno, dando un total de aproximadamente cuatro horas es lo que ofrece esta historia heist que entretiene y te mantiene atento y nervioso, pero que luego de verla se olvida con suma rapidez, porque no tiene realmente nada memorable. De todas formas, no todo es tan terrible, cómo creen.


  Heist. Una determinada cantidad de hombres que deciden, por un motivo u otro, o quizás por todos los motivos, asaltar algún lugar con gran cantidad de dinero. Joyerías, bancos, o, como es el caso de la presente serie, una casa de cambios. Una bóveda llena de billetes, el botín que los asaltantes esperan disfrutar. Si bien comenzamos el primer episodio con el golpe ya tomando lugar en la fecha acordada, también seremos testigos de su gestación, planificación, posterior desarrollo, y exploración en la vida de los trabajadores del lugar así como de los mismos ladrones. Porque todos importan en la tierra de dios.


  Como todo buen heist, "Inside Men" está muy bien organizado y construido, alternando entre el presente -que toma lugar a partir del golpe o el atraco- y el pasado, unos cuantos meses atrás, cuando todo comenzó a tomar forma. Poco a poco se van ordenando las piezas y tanto personajes como determinados acontecimientos caen en su lugar preciso. Como se le exige, el guión general es redondo y sólido. No muy genial, pero cumple bien su función con respecto al género en el que se enmarca. También debo decir que la dirección es apropiada, pues le otorga esa sensación de peligro, de que esa perfección milimétrica al más mínimo desliz se vaya al carajo. Correcto y efectivo son las palabras que se me ocurren para esta serie, aunque por desgracia no es especialmente emocionante ni memorable. No es la gran genialidad.
  El principal problema es que hay una dicotomía muy marcada entre lo que es el atraco en sí y el aspecto dramático que busca darle una dimensión un poco más humana al conjunto, para que no todo sean los fríos planes de los ladrones; también hay que ver qué está en juego -hijos, familia, lo típico-. Como ya lo he dejado claro, el atraco cumple, pues es intenso, veloz, te pone nervioso y constantemente juega con la aparición de algún error. La dirección y el montaje de la secuencia del atraco y sus planificaciones es notable, la incertidumbre se siente en la nuca y no se va hasta que termina el cuarto episodio. Bien por ese lado, que de no haberse logrado de la manera en que se logró, ciertamente estaríamos ante una basura horrorosa. La buena factura técnica sin duda es garantía de que su tiempo no será completamente desperdiciado. Lamentablemente, por muy buena que sea todo lo relacionado al plan propiamente tal, la parte dramática de los personajes queda plana y superficial, debilitando al conjunto; emocionalmente la cosa te deja frío, y ninguna motivación te provoca empatía. Ni que haya un sujeto que espera un hijo o que otro acabe de recibir a su hija adoptada. Claramente, estos elementos están puestos para darle una dimensión más humana, un "algo que perder" que haga que todo parezca más peligroso de lo que ya es. Aunque haya un personaje que me agrade más que el otro, aún así no es real la identificación con ninguno de ellos, todos son simples y arquetípicos. Igual debo decir que me gusta el jefe del lugar que será asaltado, pues me recuerda un poco al Lester Nygaard de Martin Freeman en la excelente versión televisiva de Fargo: rubio, inseguro, tartamudo, pero que en el fondo tiene mucho que decir y hacer; la escena en el camarín de la piscina me parece sensacional. El personaje negro es el peor de todos, principalmente porque su actuación es horrorosa; pocas veces he visto actores que no tengan ninguna pizca de emoción en la cara, tan plana y expresiva como un maldito zombie. Una que otra lágrima no quita el hecho de que el rostro del sujeto haya estado muerto por años -el actor que lo interpreta, que por lo demás se llama Ashley, es un rapero, lo cual explica un poco su nulo talento interpretativo; sólo 50 Cent en "Power" lo hace decentemente, para qué mencionar al Ice Cube, un caso perdido- y que no sirva para actuar. Ah, bueno, y que quede claro que no soy racista: que este actor en particular sea negro y sin talento para actuar es una mera casualidad.
  Mi humilde solución habría sido, lisa y llanamente, quitar el elemento dramático de la serie, pues es un estorbo, y uno cuando lo ve nunca logra conectar con los supuestos sentimientos en pantalla. Más plan y atraco y huidas habría sido mejor, incluso si en vez de cuatro hubiesen resultado tres episodios. De todas formas, no me quejo de la duración, cada cosa -artículo, libro, comentario en un blog, película, serie- dura lo que tiene que durar, sea así poco o mucho; en este caso, simplemente era necesario extirpar lo dramático, forzado totalmente. Pienso que sin esa carga los personajes habrían quedado incluso mejor, pero quién sabe. Eso es pura especulación.


  Ya para ir terminando, a pesar de tener un desarrollo interesante y calculado -esa frialdad se traspasa al terreno dramático y emocional de los personajes, ya saben: "no te pongas sentimental, de lo contrario todo saldrá mal"-, debo decir que el final no me ha gustado. Tiene un par de diálogos reveladores e importantes, que son un poco una vuelta de tuerca, pero que no tienen la magnitud de lo que claramente se pretendía lograr ¿Por qué no? Pues porque lo emocional es el punto débil de la serie, y toda la explicación/justificación de los actos no tiene ese cariz tan poderoso que otras revelaciones personales seriéfilas tuvieron. Uno entiende lo que se quiere decir, pero no lo siente.

  Se tenía planeado que "Inside Men" tuviera segunda temporada, pero parece que tal objetivo nunca se logró. No es difícil notar porqué: es una serie sin nada que aportar al mundo del heist o de las degeneraciones morales, provocadas por la codicia y otras cosas más. Desear más te trae castigos y blablablá. En pocas palabras, estamos ante una correcta y efectiva serie, entretenida mientras se ve -no así potente dramáticamente-, pero que luego del visionado se olvida fácilmente, en un parpadeo. Es raro, porque mientras veía los episodios me sentía gustoso con la serie, especialmente con el primer episodio, pero las sensaciones finales me dejaron un poco amargado, pensando que todo pudo ser mucho mejor de lo que realmente es: un relato heist bien construido pero rozando continuamente el cliché. Opiniones e impresiones mías.
  A diferencia de cualquier atraco descomunal, como el que ocurrió hace poco en el aeropuerto de Santiago, en el que se robaron una obscena cantidad de dinero, "Inside Men" no será recordada ni quedará en la historia, ni siquiera será rescatada en el futuro en los típicos artículos de "las diez películas y series de atracos más injustamente olvidadas de la historia". No, nada de eso le ocurrirá a "Inside Men", que no es una completa pérdida de tiempo, pero tampoco una serie cuya calidad justifique cuatro horas de tu vida. Me siento amargado y con un sabor agrio en la boca. Mejor recomiendo "Inside Man" de Spike Lee.

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