martes, 17 de noviembre de 2015

Les Revenants - 2004


Director: Robin Campillo

  La que, se supone, iba a ser la película que comentase ayer. Me sorprende que, mirando el hermoso opening de "Les Revenants" (la serie), no me haya percatado que la misma está basada en la película que ahora mismo les comento, opera prima de un director que apenas cuenta con otra película más en su filmografía. "Les Revenants" es una impecable película cuya mayor virtud es su atmósfera, su excelente ejecución formal, y desde luego, su talentoso director.


  De un día para otro los muertos resucitan. Sin apariencia putrefacta, sin ganas de comer cerebros, sin ninguna de las características a las que nos hemos acostumbrado al hablar de zombis. En un pequeño pueblo (o lo que sea) francés, veremos cómo sus habitantes reaccionan al extraño fenómeno.


  Iba a comenzar de esta forma con el comentario de la serie, pero qué más da: "Les revenants" parte de la duda de qué haríamos si de repente todos los muertos resucitan y vuelven a nuestras vidas. El director, entonces, estructura el relato a través de dos líneas tan paralelas como cruzadas (¿?), primero la social (¿qué hacen las autoridades, qué hace la gente en general?) y luego la personal (¿qué hago yo como individuo, especialmente si regresa alguien querido?). Es interesante que por el lado personal del suceso, ninguna trama de ningún personaje esté imbuida de dudas filosóficas o religiosas, sino que más bien se desarrollan desde y a través de un causa y efecto que, desde luego, no obvia el pasado compartido y el estupor de esta resurrección en masa, pero que prefiere la causalidad emocional. (Acá hay una diferencia con la serie, en la que preguntas religiosas y existenciales rondan constantemente a lo largo y ancho del fotograma). En otras palabras, a Robin Campillo no le importa el porqué o el ser de la situación (por algo la primera imagen es la de los resucitados caminando) tanto como lo que genera, y para mí la trama es una contenida pero profunda y aguda exploración de los valores humanos en situaciones límite. A todo esto, digo contenida porque la reflexión de Campillo nunca deja el terreno de lo sutil y lo sugerente, evitando todo enunciado tendencioso y efectista, lo que también aplica a un guión extraño pero notable, más preocupado de generar extrañeza y de descolocarnos que de contar una trama, lo que no quiere decir que no haya un cada vez más fascinante hilo conductor del que, por supuesto, mejor no esperen respuestas claras. Retomando mi propio hilo conductor, el lado social de la situación, brevemente, se centra en si hay que tratar a los retornados como "personas" (vivas), qué medidas seguir y si, especialmente, podemos relajarnos o, por el contrario, levantar sospechas. A partir de estas sospechas es que el relato se va volviendo cada vez más fascinante e intrigante, sobre todo porque el nulo efectismo (mediante esa diáfana, sobrecogedora y explícita imagen audiovisual) del director convierte a cada sospecha en una mera posibilidad que nos deja en permanente estado de suspensión hasta su misterioso pero fenomenal desenlace, que tampoco nos aclara el panorama pero sí nos remueve de nuestra comodidad. Desde luego, lo anterior no sería suficiente de no ser por la dirección de un Robin Campillo que demuestra una madurez arrolladora y muy apropiada para el crudo tratamiento del dilema planteado. La atmósfera cargada de extrañeza junto con la anticlimática ejecución de Campillo nos conducen a lo largo de una estimulante experiencia fantasmagórica en donde nada es seguro y todo es incierto, en donde estamos despiertos o sumidos en un incómodo sueño. La mejor palabra que puede describir a esta película es despojo... Despojo aplicado a cada elemento narrativo del film: menos es más, la ausencia es la mejor fuente de valor cinematográfico... Sin duda que es una propuesta arriesgada la de Campillo, pero el hombre juega con fuego y acaba victorioso y sin rasguño alguno.
  Gran película, claro que sí. Ahora, no la vean si es que tienen un poco de sueño, pues su ritmo pausado, su anticlimático tempo y su fantasmagórica atmósfera puede ser algo duro para aquellos a los que el párpado les pese o a los que necesiten un golpe de efecto o algo similar cada diez minutos. "Les revenants" es una película exigente pero sin duda que vale la pena, y con creces, el visionado. No se la pierdan.

2 comentarios :

  1. Coincido a medias. El planteamiento es soberbio, y es cierto que Campillo resuelve con naturalidad la problemática de salirse de un género que todos tenemos ya tan asumido, pero también es verdad que como película en sí me dejó un tanto frío y desangelado. Claro es que el tono del film es ese, pero me pareció como si le faltara algo para completarla y hacerla redonda. Me han dicho que la serie la corrige y amplía, será cuestión de echarle un vistazo.
    Un saludo...

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    Respuestas
    1. Quizás lo que le falta sean respuestas, no explícitas ni que maten el misterio, claro está, pero alguna cosa sutil que ofrezca una salida, porque de que es hermética y agobiante, lo es. La serie amplía esa cuestión (del origen, aunque me cuesta determinar el asunto: sigue siendo elusivo), aunque no sé si lo corrige, pues vista la peli prefiero esta versión; ciertamente las similitudes son el nombre y la premisa nada más. El visionado valdrá la pena, eso es cierto.
      Saludos.

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